El fracaso de las izquierdas en Europa - especial referencia en España
Desde finales de la II Guerra Mundial (1939 – 1945), hemos asistido a la decadencia continuada y aplastante de las diferentes izquierdas europeístas; las causas son múltiples y diversas, tanto de carácter exógeno como endógeno, pero con un nexo común, la falta de adaptación a la realidad de los tiempos, el quedar ancladas en anacrónicos postulados y formas de hacer políticas al carecer de humildad a la hora de renovar o readaptar sus postulados; han preferido la desconexión de la realidad social y evolutiva de una sociedad acelerada en el modo de vida, impulsado por la revolución post – industrial, es decir, de lo que algunos ya denominan la Era de la “Revolución de las Nuevas Tecnologías”.
El punto de arranque, ha quedado fijado con la caída del Muro de Berlín (1989), y el desmoronamiento de la URSS; algo que, por otro lado, se venía fraguando desde hacía décadas, con las múltiples manipulaciones gestadas por los países gobernados por las corporatocracias mundiales; sin dejar de lado, la connivencia de gran parte de las elites de la antigua Unión Soviética, que culminaría con la maniobra de lo que se denominó “Perestroika” (reestructuración o reforma), creando una nueva estructura económica; siendo Mijaíl Gorbachov, el que llevaría a la praxis dicho sistema, con el que se creía perpetuaría el socialismo, siendo su resultado todo lo contrario, pues finalmente lo que conseguiría fue la destrucción de un modelo que ayudó a sacar de la más absoluta miseria al pueblo ruso, que estuvo sujeto a los gobiernos autoritarios y teocráticos del zarismo; siendo el triunfo de la clases menos favorecidas, a medio de la Revolución bolchevique denominada el Octubre Rojo de 1917, la que pondría fin a un sistema feudalista y explotador de siervos y campesinos, sometidos a durísimas condiciones de vida. Parece ser, que las generaciones actuales de rusos; las actuales generaciones, han olvidado con suma facilidad y erradamente, el sufrimiento de sus padres y abuelos, cosa que está pasándoles amargas consecuencias de exclusión social que había erradicado el comunismo. Por más que algunos piensen lo contrario, la realidad es incuestionable e incontestable; baste ver, el modo de vida actual de la población rusa en su conjunto (corrupción en las instituciones, prostitución galopante, tráfico de estupefacientes, mafias, pobreza, miserias, alcoholismo, etc.), culminando con la ruptura de la propia URSS, con enfrentamientos entre sus antiguos países miembros, que, asaltados a manos de un engañoso y decadente sistema neoliberal capitalista corporatocrático, más influyente y perverso, si cabe, que el modelo de gobiernos plutocráticos. [1]
Igual podríamos predicar del caso italiano, del francés, e incluso del portugués.
El caso de Grecia y su izquierda más representativa Zyriza, a diferencia de IU española, ha sabido fusionarse en partido único, para intentar paliar la lamentable y patética situación que padece el pueblo griego[2]; veremos, sí finalmente consigue dar credibilidad a sus propuestas alternativas. Hasta hoy, lo que está sucediendo es un rebrote del fascismo más repudiable, representado por las siglas “A. D.”; cosa, por otro lado, inaudita en la Europa actual, pues en Italia y Alemania están prohibidos los partidos y asociaciones de corte fascistas alegóricas a Mussolini o a Adolf Hitler, qué sepamos. Cuanto menos, resulta paradójico.
Alemania elecciones 2013. Respecto a los resultados obtenidos (311 de un total de los 630 diputados que componen el “Bundestag” o Parlamento Alemán), en las recientes elecciones al Gobierno Federal. Ello, nos debiere llevar a pensar que el mundo económico político, está cambiado de una manera rápida y vertiginosa, impulsado por el neoliberalismo capitalista dirigido por la corporatocracia, que, pese a la marcada crisis económica mundial padecida, sigue sosteniéndose; baste ver, como el partido Unión Demócrata Cristiana, liderado por Angela Merkel, ha conseguido en las últimas elecciones, celebradas el pasado domingo 22 de septiembre de 2013, el triunfo frente al resto de competidores, y, todo ello, pese a los disgustos que la economía europea ha brindado a la ciudadanía alemana. [3]
Centrándonos en el caso español resulta paradigmático, la caída estrepitosa sufrida por el PSOE; sin que ello haya conllevado, de manera urgente y prioritaria, un debate interno tendente a conocer las causas del declive, y adopción de un modelo renovador; todo lo contrario, se han posicionado en el inmovilismo continuista, con la consiguiente pérdida de credibilidad ante su propio electorado. Recordemos, que las últimas elecciones generales (2011) perdieron respecto a las anteriores (2008), por la implementación de una política de derechas, cuatro millones trescientos dieciséis mil cuatrocientos cincuenta y cinco (4.316.455) de votantes. [4]
En el caso de IU, ésta no ha sabido canalizar la unidad de las izquierdas, mediante la confluencia o conversión en un gran partido de izquierdas, olvidando el modelo de coaliciones estériles que, de manera absurda continúan manteniéndose siglas que tan sólo arropan, en el mejor de los casos, unos cuantos de miles de afiliados o simpatizantes; por otro lado, no se puede obviar los casos como el de Extremadura, en el que gracias a los representantes de IU gobierna la derecha española, algo inconcebible de tratarse de un partido único y cohesionado, con una ideología claramente definida. Todo lo demás, hemos de encuadrarlo en razones meramente personalistas u oportunistas contrarias al espíritu de su propia ideología.
Conclusión: La izquierda en general, debe confluir en partidos únicos, cohesionados entorno a la ideología de izquierdas, acorde con la política exigida por el siglo XXI; siendo capaz de aglutinar todas las sensibilidades ideológicas existentes, que se posicionan, actualmente, en un proyecto de izquierda, pues de lo contrario perderá el momento coyuntural favorable a un crecimiento exponencial de las izquierdas; como de hecho, ha resultado en el concreto caso español en las elecciones generales de 2013 en el que IU ha subido, pese a una Ley Electoral restrictiva, sustancialmente.
La izquierda española tiene un reto; ahora, es el momento idóneo en que debe tomar las grandes decisiones, aunque ello signifique evacuación de minorías irrelevantes que prefieren pensar y actuar de manera miope, antes que sacrificar sus egos en favor de un proyecto estatal de necesidad e interés general; renovar cuadros en todas las provincias con representación de gente capacitada para configurar una alternativa sería de Gobierno pues, hasta la fecha, ciñéndonos al caso de la izquierda española, ésta adolece, hoy por hoy, de dirigentes, en general, que sean capaces de asumir un planteamiento de política de Estado con mayúsculas.
No olvidemos, que el actual PSOE, salvo excepciones, no se ha distinguido por llevar a cabo una auténtica política de izquierdas, salvo en las dos primeras dos legislaturas (1982 y 1986); a partir de ahí, baste con examinar gracias a qué tipo de políticas se encuentra gobernando el PP; por lo tanto, actualmente, debemos excluir a susodichas siglas de tal ideología; en todo caso, podría situarse a dicha fuerza política como centrista o de tendencia moderadamente conservadora, pero no de ideológicamente de izquierda; sobre todo, tras abandonar la ideología marxista en el en el XXVIII Congreso celebrado en Madrid en 1979. Por otro lado, convendría retrotraernos en el tiempo y recordar que ese mismo PSOE un buen día de 1974, celebró un Congreso en la localidad de Suresnes (Francia) en el Teatro de Jean Vilar, en el que se tomarían entre otras decisiones, algunas de ellas vacuas en la praxis; el PSOE entendía que el restablecimiento de la democracia en España requería con carácter inexcusable las medidas de las que, entre otras, por su importancia y actualidad mediática, derecho a decidir de los catalanes, destacando el “Reconocimiento del derecho de autodeterminación de todas las nacionalidades ibéricas”.[5] Cómo han cambiado las cosas desde el año 1974 a hoy, el poder produce extrañas catarsis purificadoras.
Finalmente, convendría señalarle a la izquierda europea en general, y a la española en particular la conveniencia de emular la forma de aunar postulados de recomposición de los que ha hecho gala una derecha que, caso español, desde la fragmentación de las primeras décadas de la democracia hasta hoy, ha sido capaz de evolucionar aglutinando todas las diversas y diferentes familias o corrientes ideológicas conservadoras, en torno a unas solas siglas; lo que le ha servido para encumbrarla, hasta alcanzar el poder
[1] Recomendamos visionar el documental titulado CATASTROIKA (2012), dirigido por los periodistas griegos Aris Hatzistefano, y Katerina Kitidi, creadores de otro gran documental “Debtocracy”, en el que analizan las consecuencias del cambio de los bienes públicos a manos privadas. Demostrando que las privatizaciones constituyen, halla dónde se han llevado a cabo, un desastre. Expolio y saqueo de los públicos a manos del capital privado, que termina arruinando la economía de los países que han consentido la privatización de sus riquezas a cambio de migajas.
[2] Recomendamos visionar el documental DEBTOCRACY (2011)
[3] Ganadora de la crisis europea, ha resistido pese a las muchas críticas que haya podido sufrir.