El mejor ejemplo a seguir es Secundino Delgado
La gran mayoría de los verdaderos nacionalistas canarios, más del 99%, aceptan al honorable Secundino Delgado como Padre del nacionalismo, incluso como Padre de la Nación canaria. Luego, no podemos entender cómo un pequeñísimo número de patriotas pretenden ahora desplazar a Secundino Delgado en beneficio de otro personaje cuyo mayor mérito fue expulsar de "su movimiento" y de "su partido" a todos los que no estaban de acuerdo con sus dictados. Expulsó a tantos que al final se quedó solo con cuatro fieles seguidores, contribuyendo así al debilitamiento del nacionalismo de estas Islas desde mediados de los años ochenta.
Regresó a Canarias y, quizá creyéndose que era la santísima trinidad política, en 1987 se presentó al Parlamento canario por Lanzarote, al Cabildo por Tenerife y a la alcaldía por Las Palmas, pero no fue elegido. En 1991, su partido volvió a concurrir a las elecciones y cosechó peores resultados que en las anteriores. A partir de ese momento, el personaje en cuestión, comenzaría a llamar traidores a todos los nacionalistas que se presentaran a las elecciones, especialmente desde 2003 y 2004 que surgieron nuevas organizaciones, ante la desidia de las existentes desde los años setenta y ochenta. Su "personalísima" forma de actuar lo llevó, incluso, a descalificar y verter graves acusaciones a organizaciones nacionalistas que se consideran de izquierda, consiguiendo que finalmente no acudiera más de medio centenar de patriotas a las manifestaciones organizadas por él, con la consiguiente mala imagen.
Narro esto con mucha pena, pero es la realidad de un pasado reciente que debemos superar mirando hacia el futuro. Y ese pasado no se puede superar siguiendo ahora una hoja de ruta marcada por alguien que desgraciadamente no puede ser considerado el mejor ejemplo como político nacionalista. No, estimados patriotas. No podemos ignorar la noble y loable labor de Secundino Delgado -que no divide a nadie- para dedicarnos a pedir honores para quien hizo todo lo contrario y que fue ampliamente rechazado por el pueblo canario. Esta es la triste realidad. Un pasado que no podemos cambiar, pero sí podemos corregir al margen de unos poquitos acólitos suyos que no tienen ni proyecto ni ideas, y que en estos momentos se aferran a una "doctrina" fracasada para intentar darle perpetuidad y seguir destruyendo cualquier noble iniciativa.
Me duele tener que tratar este tema, aunque lo hago sin ningún odio o rencor, máxime cuando el personaje al que me refiero ya no puede defenderse. En vida me vi obligado a contestarle públicamente en tres o cuatro ocasiones ante sus acusaciones o descalificaciones. Recientemente me informó un respetable funcionario marroquí que con anterioridad le había enviado un comunicado, por correo-e, "advirtiéndole" de que "J. L. Concepción es pro europeo y que él y su grupo, el MP, quieren constituir en Canarias un Estado europeo". Al respecto, un patriota canario nacido en Marruecos, que era de su entorno, me sugirió que sacara un comunicado para que aclarara este asunto. Pero poco hay que aclarar, ya que el MP lo único que defiende es un Estado canario vinculado a la UE con un tratado especial. Además, este patriota adoptivo, me afirmó que el que se creía en posesión de la última gran verdad me envidiaba y que no le gustó en absoluto que yo fuera a la ONU, pues llegó a manifestar que solo fui a figurar y que yo era un fraude para Canarias. Sinceramente, le he perdonado y deseo que descanse en paz.
Que Canarias está situada al Noroeste de África es indiscutible, pero no se puede insistir que este Archipiélago nuestro forme parte de "una gran república unida" con todos los pueblos bereberes (amazigh), como pretendía nuestro personaje, pues con esas propuestas lo único que se consigue es asustar, igual que manifestando que Canarias deberá estar incluida en la Unión Africana. Eso lo tendrá que decidir soberana y democráticamente el pueblo canario, lo mismo que para cualquier otro vínculo. De momento debemos concentrarnos en Canarias y, repito, seguir a Secundino Delgado como el mejor ejemplo; un patriota que creó la primera bandera nacional canaria, la azul con siete estrellas blancas, la cual fue sustituida por la actual. ¿Por qué?
José Luis Concepción