El 4 de Julio, se celebra la Declaración de Independencia de Estados Unidos, (Filadelfia 1776). La liberación de las Trece Colonias Británicas en América del Norte, por el General George Washington, al mando de un valiente aunque reducido y mal preparado ejército, apoyado por una Francia empobrecida por las guerras, no hubiese sido posible en aquella época y en un relativo corto espacio de tiempo, sin la decidida contribución de España y de sus Colonias Americanas.
La ayuda española a la Guerra de Independencia Americana, aunque de manera secreta, (por el lógico temor al poderoso Imperio Británico), comenzó antes de la Declaración de Independencia de 1776, con un fuerte aporte económico, procedente de sus Colonias de México y Cuba, a través de La Lousiana Española, extensa Colonia propia en territorio Norteamericano, Al declarar España la Guerra a la Gran Bretaña, en 1779, la ayuda española a los rebeldes americanos se hizo abierta y abundantemente.
El primer aporte fue de un millón de libras de la época, con las cuales se compró una importante partida de pertrechos de guerra, continuando durante toda la contienda (1775-1783), siendo La Habana el centro de operaciones de la ayuda de España a los rebeldes norteamericanos. El Rey de España Carlos III, consideró que Cuba por su tamaño, su posición geográfica, sus recursos, su población, sus astilleros, sus arsenales e instalaciones navales, era el lugar idóneo para centralizar la ayuda a los patriotas norteamericanos.
Otra prueba: en La Habana, (que era la más poderosa Plaza Fuerte de las Américas y cercana a las Trece Colonias), eran reparados, artillados y equipados los buques de guerra norteamericanos. De la Habana partían las expediciones de ayuda a la Guerra, allí fueron a parar miles de prisioneros de guerra ingleses. En Cuba se reclutaban y adiestraban Milicias de blancos y negros, España usó también sus cercanos territorios de México, Santo Domingo y Puerto Rico, para apoyar la la Guerra de Independencia Norteamericana.
Mención aparte se merece la valiosa y heroica contribución humana española, en ayuda a los rebeldes norteamericanos, sirviendo de ejemplo el caso del Conde español Bernardo de Gálvez, Gobernador de la Lousiana Española en 1779, que juró dar su vida por defenderla de los ingleses, y organizó una abigarrada y entuasiasta expedición de 667 hombres, con mexicanos, cubanos, venezolanos, dominicanos, puertorriqueños y guatemaltecos.
El decidido y bien dirigido Ejército de Gálvez, fue ganando todas las batallas, venciendo a las tropas británicas y liberando toda la Cuenca del Mississipi. En 1781 ya no quedaban fuerzas británicas en la Región, esto representaba la retaguardia de Pensilvania, de Virginia y de Georgia, lo cual fue muy importante en las decisivas batallas finales de la Guerra. Más tarde, Gálvez ya fuertemente reforzado, sitió y rindió Mobila y Pensacola, las dos principales bases navales británicas en el Golfo de México.
La toma de la importante Base Naval de Pensacola, por una flota española mandada por el intrépido Gálvez, un auténtico genio militar de la época, fue un hito en el desarrollo de la Guerra de Independencia. El Capitán Venezolano Francisco de Miranda, se encargó de las negociaciones de la rendición, y más tarde gestionaría en Cuba fondos para las tropas de Washington. Posteriormente De Miranda pasaría a la Historia como precursor de la Independencia de la América Hispana.
La Batalla de Yorktown, finalizó con la rendición de las fuerzas británicas, al mando del general Charles Cornwalls, el 17 de Octubre de 1781. No hubo negociaciones de paz, porque los victoriosas rebeldes norteamericanos, se negaron a hacerlas mientras no se reconociera la Independencia de las Colonias Americanas, lo cual finalmente hizo del Rey Jorge III de La Gran Bretaña, en el discurso de La Corona, el 5 de Diciembre de 1782.
Una Nueva Nación había nacido oficialmente: Los Estados Unidos de América, con la decidida y decisiva ayuda de España, impulsada por su Rey Carlos III, y ejecutada por ilustres Militares Hispanos como Bernardo de Gálvez y Francisco de Miranda.
A ellos nuestro reconocimiento. A los que regaron con la vieja sangre española la Nueva Nación Americana, nuestro recuerdo y agradecimiento.
Y por último, a los Estados Unidos de América, que aprendan la verdadera Historia de su Guerra de Independencia, que la enseñen en sus Escuelas, y que todos los "4 de Julio", se acuerden de la ayuda que España les prestó, cuando más la necesitaban: cuando estaban naciendo.
(*) Periodista. Escritor. Editor
11:06 h.
viernes, 22 de noviembre de 2024