Javier Morales, diputado de CC-AHI en el Parlamento de Canarias.
Hace muy pocos días la ciudadanía de Canarias manifestó su voluntad sobre las prospecciones petrolíferas en nuestras aguas. Digan lo que digan los conservadores en el Gobierno de España, los 200.000 ciudadanos que expresaron su opinión en la calle nos muestran que la mayoría de la sociedad canaria dice no al petróleo y sí a las energías renovables.
Todos los problemas llevan dentro de sí oportunidades. Tenemos ante nosotros un desafío que lleva aparejada una enorme oportunidad: a) el problema de contaminar nuestros mares y playas, y ser esclavos de una tecnología sucia y con fecha de caducidad; y b) la oportunidad de que Canarias se convierta en un modelo a escala internacional de innovación en energías renovables, inagotables, creadoras de empleo, generadoras de beneficios para la gente y el entorno, y que altamente independientes de los precios del petróleo.
Una vez que la gente de Canarias ha dicho que no quiere el petróleo, los representantes públicos tenemos la gran responsabilidad de poner en marcha un nuevo modelo económico basado en las energías renovables en nuestra tierra. Tenemos que establecer sin pausa una hoja de ruta que permita transformar la generación y gestión de la energía en Canarias desde el modo actual hasta un modelo de energías limpias. Para ello hay que llevar a cabo acciones y resolver dificultades en distintos ámbitos:
1. Tecnológico. Son retos interesantes y afrontables. Básicamente, disponemos de las tecnologías y experiencias de éxito que demuestran que es posible realizarlo a gran escala.
2. Financiero. Son problemas solubles dado que nuestro propio mercado interior los dota de rentabilidad siempre que la legislación del sector eléctrico no se diseñe para dejarlos fuera de rentabilidad.
3. Normativo. La obtención de licencias, autorizaciones ambientales y autorizaciones territoriales son los principales escollos para la puesta en marcha de las renovables en nuestras islas; son las dificultades más complicadas a los que nos enfrentamos, por lo que habrá que destinar la mayor parte de los recursos humanos y esfuerzos que se hagan en el campo de la energía a resolverlas. Es importante reconocer que la falta de una normativa ambiental y territorial ágil y eficaz en Canarias ha impedido la implantación de las renovables.
La gente no sólo ha dicho NO al petróleo. Ha dicho SÍ a las RENOVABLES. Por tanto, ahora no es una decisión optativa el desarrollo de estas energías. En este momento es un mandato de la población hacia el Gobierno.
Tenemos enormes oportunidades en Canarias si cambiamos hacia un modelo energético basado en las renovables. Como ejemplo, el CO2 derivado de los gases de escape de la generación de energía en Canarias permitiría obtener combustible para el 70% de la demanda del parque de automovilístico del archipiélago. Podemos construir un Sistema Energético con balance cero de carbono basado en la captación de CO2 de la atmósfera por medio de algas y cultivos agrícolas; la producción de biodiesel y electricidad a partir de esos cultivos; la utilización del CO2 del gas de escape de la generación de electricidad para combinarlo con H2 procedente de energías renovables; y la obtención de CH4 para mover coches de gasolina. Todo ya ha sido llevado a cabo en la ciudad alemana de Wertle por una conocida marca automovilística europea, obteniéndose el biocombustible a un precio de 1,14 €/l.
El proceso citado se expone en el esquema siguiente:
El aprovechamiento del CO2 de los gases de escape de las centrales eléctricas de Canarias para la obtención de biocombustible sustitutorio de la gasolina (CH4 comprimido) se puede llevar a cabo combinándolo con Hidrógeno procedente de fuentes renovables utilizando para ello una reacción de metanación. De ese modo, los 3,4 millones de Ton de CO2 que se emiten en Canarias para la generación de electricidad permitirían obtener 1,2 millones de Ton de biocombustible, capaz de suministrar la demanda del 70% del parque móvil de las islas (830.000 vehículos del total de 1.200.000). Esto es dinero para la economía canaria, cuidado ambiental, economía del conocimiento y empleo.