LA “PAX AMERICANA” AMENAZA NO SOLO A VENEZUELA (II)

IMPERIALISMO

The Big Stick and the Dollar Diplomacy

 

Roosevelt, antes de ser proclamado como 26º presidente, siendo aún vicepresidente con McKinley, ya había aprendido la lección de cómo tratar a los mestizos del patio trasero. Fue cuando se aprobó en el Congreso USA la infame “Enmienda Platt” que obligó a los cubanos a incluir en su Constitución el derecho de los gringos a intervenir en los asuntos cubanos cuando lo estimaran conveniente, además de obligarles a ceder en arrendamiento perpetuo lo que hoy es la Base Militar –además de inmunda e ilegal prisión secreta- de Guantánamo. Los constituyentes cubanos se vieron obligados a incluir en la Constitución de la naciente República, entre otros del mismo cariz, puntos tan infames como este Artículo III:...el Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos pueden ejercitar el derecho de intervenir para la conservación de la independencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual y para cumplir las obligaciones que, con respecto a Cuba, han sido impuestas a los EE.UU. por el Tratado de París y que deben ahora ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba.” Con este aprendizaje no es raro que sea Roosevelt el autor del siguiente corolario a la Doctrina Monroe.

La enmienda –corolario- de Roosevelt, formulada y aprobada en el “Discurso del Estado de la Unión” ante el Congreso  el 6 de diciembre de 1904, afirma que, si un país latinoamericano o caribeño que esté bajo la influencia de los EE.U U. amenaza o pone en peligro los derechos y/o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno USA está obligado a intervenir en los asuntos internos del país “descarriado” para “reordenarlo” –términos usados en el original- restableciendo los derechos y patrimonios de los ciudadanos yanquis y sus empresas. Theodore Roosevelt, con esta enmienda, solo daba carácter y cobertura legal a lo que ya practicaba. Meses antes, en febrero de ese 1904, en la República Dominicana, sumida en medio de la contienda civil entre jimenistas y horacistas, y con Santo Domingo cercado por los jimenistas, el remolcador de guerra “USS Yankee”, en protección de un mercante gringo –el Colombia- que trataba de romper el bloqueo, es tiroteado por los jimenistas. En respuesta inmediata, el vicealmirante Ch. Sigsbee ordena al crucero “USS Olympia” y al “USS Newark” bombardear Pajarito y Villa Duarte que quedan totalmente destruidos, mientras que desde el “USS Columbia” desembarcaban las tropas que, durante tres días, ocupan parte del país, fusilando en Bayaguana al general jimenista Nicolás Arias (Masana) antes de terminar esa primera intervención en Dominicana. Theodore Roosevelt declara al respecto que los EE.UU son “el gendarme del Caribe”. Nadie supo nunca el número de muertos que causó el bombardeo y la incursión.

Con el mismo Roosevelt en la presidencia yanqui se produce la segunda intervención gringa en Cuba. Estrada Palma alcanza su segunda presidencia de forma fraudulenta en los comicios de 1905 con la repulsa de sus propios compañeros de antaño, incluido Máximo Gómez. La oposición se alza en armas en la llamada “Guerrita de Agosto”y Estrada Palma solicita ayuda a Roosevelt. Otra vez las tropas gringas invaden la isla y el Secretario de Guerra de los EE.UU., William Taft, suspendió las funciones del Congreso y asumió todas  las competencias gubernativas y legislativas para “todo el tiempo necesario para restaurar el orden, la paz y la confianza pública” y, desde luego, para salvaguardar los más de 200 millones de pesos de las propiedades gringas en la isla, que al final de la guerra con España malamente alcanzaba los 50 millones. Taft nombró a Charles E. Magoon como Gobernador provisional de Cuba mientras durara la intervención directa. Se inauguró así la etapa de mayor corrupción, sobornos y represión desde las guerras con España –se llegó incluso a traer esquiroles gringos para frenar las huelgas obreras- que duraría hasta 1909 con la elección del general José Miguel Gómez a la presidencia. En realidad habrá que esperar a la Revolución cubana de Fidel Castro para eliminar el control gringo sobre la isla.

La política del “Big Stick” gringa se extiende por toda la presidencia Roosevelt. En 1907 fuerza al gobierno dominicano para que ceda a los EE.UU. la recaudación de todos los ingresos aduaneros, saqueo que duraría hasta 1940. En Panamá, en las elecciones de 1908, de nuevo el Secretario de Guerra W.Taft amenaza que “Si el fraude irrumpe en las elecciones y surgen diferencias sobre quién o quiénes constituyen la autoridad, surgiría la necesidad, en virtud del tratado vigente, de que nosotros determinemos quiénes fueron elegidos legalmente y reconocerlos”amenaza reforzada con la presencia en las costas panameños de la flota gringa, los acorazados “Idaho” y “New Hampshire” en la costa atlántica y el “Praisie” y el “Tacoma” en la pacífica. Como resultado el candidato Ricardo Arias se retiró de los comicios declarando en un comunicado al país que lo hacía porque  “Intento salvar a la república de la ocupación estadounidense”.

En realidad es con Theodore Roosevelt cuando comienza el imperialismo gringo a extenderse fuera del patio trasero para adquirir carácter universal. Como ejemplos valen su intervención como mediador para acabar la guerra ruso-japonesa por el control de Manchuria y Corea, actuación que le permitió ser el primer gringo en ser nombrado Premio Nobel, en este caso de la Paz, que volvería a alcanzar otro belicoso gringo “pacifista” como fue Henry Kissinger. La demostración del poderío universal USA fue la “Gran Flota Blanca”  formada por cuatro escuadras navales de combate integradas, cada una, por cuatro acorazados con el correspondiente acompañamiento de una escolta de cruceros, destructores, cañoneras y barcos auxiliares. La flota blanca –el nombre le viene de sus cascos pintados de blanco con orlas doradas en la proa- entre diciembre de 1907 a febrero de 1909 realizó la circunvalación del globo en distintas rutas cada una de ellas para demostrar el poderío yanqui. Vale recordar que el canario –de La Laguna-  Juan Bautista Antequera Bobadilla, al mando de la fragata blindada “Numancia” fue el primer marino que circunnavegó el globo al mando de un buque de guerra, episodio que glosó el también canario Benito Pérez Galdós en uno de sus “Episodios Nacionales”

William Taft sucede a Roosevelt como 27º presidente y, junto a la continuidad del Big Stick que propicia que en 1911 acantone 20.000 soldados en la frontera con México y despliegue la armada frente a las costas de la Baja California, siempre con el pretexto de “proteger a los ciudadanos norteamericanos”,  desarrolla la llamada “diplomacia del dólar” desde el inicio de su mandato. Su primer movimiento fue comprar a los banqueros ingleses toda la deuda pública, interna y externa, de Honduras que pasa a ser una neocolonia gringa para medrar a sus anchas las grandes compañías fruteras yanquis: la United Fruit Company y la Standard Fruit Company.

Y tras Honduras, Nicaragua. Las relaciones con Zelaya, presidente nicaragüense por el Partido Liberal desde 1890, se habían agriado por la decisión USA de construir el Canal transoceánico por Panamá. Roosevelt ya había intentado deshacerse de Zelaya apoyando a la minoritaria oposición conservadora y colocando sus barcos de guerra en el Golfo de Fonseca. Con la llegada a la presidencia de Taft, el Secretario de Estado gringo Philander Knox mostraba su decisión de intervenir directamente en Nicaragua si la actuación de la “diplomacia del dólar” no daba resultado. Bloqueó los préstamos ingleses a Nicaragua y apoyó a los plataneros gringos establecidos en la Costa de los Mosquitos-recién liberada de la presencia inglesa- donde el gobernador Estrada Morales se había alzado contra Zelaya. Estrada, para ello, recibió de los plataneros gringos un millón de dólares en ayuda y, de manos del cónsul yanqui, Linard, 50.000 $ y 2.000 fusiles. La flota USA bloqueo las costas para impedir a Zelaya que desembarcara tropa, al tiempo que presionaba a Guatemala a apoyar la rebelión  como efectivamente hizo con armas y municiones. La rebelión terminó triunfando gracias al apoyo gringo y llevó, tras variadas vicisitudes, a Estrada a la presidencia con Adolfo Díaz de vicepresidente. El nuevo gobierno entregó por completo el control económico a los estadounidenses y Taft nombró a Thomas Dawson –el que había gestionado para los yanquis el “protectorado” de la República Dominicana- como asesor especial. Dawson obliga al nuevo gobierno a solicitar un elevado préstamo yanqui para rescindir los monopolios que había establecido Zelaya y para pagar a los inversores extranjeros, préstamo avalado por los ingresos aduaneros del país que pasaban así a manos estadounidenses.

La situación interna de Nicaragua hacia 1911 se hizo insostenible para la población y la pugna conservadores vs. liberales amenazaba con impedir el pago de la deuda a USA. Un golpe de estado obliga a dimitir a Estrada y lleva al vicepresidente Díaz a ocupar la presidencia con el respaldo de Washington. Adolfo Díaz era un administrador de empresas, contable jefe de la empresa minera “La Luz and Los Ángeles” – propiedad de Knox- a la que Zelaya había amenazado. Contra su gobierno tiránico, que había llevado al país a niveles de pobreza y endeudamiento inauditos, se alzó el que fuera su ministro de defensa Mena Vado coaligado con el caudillo liberal Benjamín Zeledón. La rebelión fue aplastada por las tropas gringas – unos 2.700 infantes de marina y marinos- que invadieron el país. Al año, en 1912, el presidente Taft declara que “No está lejos el día en que tres estrellas y tres franjas en tres puntos equidistantes delimiten nuestro territorio; una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. El hemisferio completo de hecho será nuestro en virtud de nuestra superioridad racial, como ya lo es moralmente”

El gobierno USA establece sobre Nicaragua un protectorado. Asume la función del Banco Nacional, de las aduanas, de los ferrocarriles que comunicaban los dos océanos y, en general, de toda la economía del país en desarrollo pleno de la Dollar Diplomacy combinada, como no, con el garrotazo y tente tieso. Las elecciones se amañaban, se prohibía la presentación de candidatos que no fueran conservadores y pro-.gringos y el expolio y control político-económico continuó, con permanentes enfrentamientos entre liberales y conservadores auspiciados y controlados por el gringo invasor a su conveniencia hasta 1927, cuando USA disponía en ese entonces de más de 2.000 marines en el territorio y cuando  el presidente yanqui John C. Coolidge designa al que fue Secretario de Estado con Taft, Henry Stimson, como supervisor en Nicaragua.  Stimson impone de nuevo a Díaz como presidente títere y organiza la Guardia Nacional como única fuerza armada legal en el país que, además de sumamente onerosa para los gringos, era profundamente impopular. La Guardia Nacional y el ejército yanqui fueron  incapaces de frenar a las guerrillas del liberal Augusto Cesar Sandino en una guerra antiimperialista que duró desde 1927 a 1933 en la que intervinieron más de 5.000 soldados yanquis con marina y aviación incluidas. La lucha de Sandino causó un efecto demoledor sobre la imagen gringa no solo en Latinoamérica sino a nivel internacional, por lo que el presidente H. Hoover, en enero de 1933 decidió retirar las tropas invasoras en el mismo día que el liberal Sacasa en coalición con los conservadores ocupara la presidencia nicaragüense. La coalición alcanza con Sandino, una vez salidas de Nicaragua las tropas gringas, un acuerdo de paz en febrero de 1933, pero el control gringo no acaba ahí.

La Guardia Nacional queda en manos de Anastasio Somoza, “Tacho”, que monta un complot para asesinar a Sandino en 1934. En 1936, el presidente Sacasa es derrocado por Somoza en un golpe militar instaurando la dictadura más represiva y cleptómana de la historia centroamericana, hasta el punto que, según decía Tacho Somoza, “Que yo sepa, solo tengo una Hacienda y se llama Nicaragua”. El gobierno gringo de Eisenhower sustentó todo el tiempo al régimen somocista, hasta el punto que el propio Tacho declaraba “Pienso permanecer no menos de 40 años, pero si los EE.UU. me hicieran la menor insinuación de abandonarme, lo haré inmediatamente, pidiendo solamente garantías completas para mi persona” Se instaura así la que él mismo definió como “La política de las tres P”:“Plata para los amigos, palo para los indiferentes y plomo para los enemigos” Desde luego que el gringo lo conocía bien. Recordemos que el Secretario de Estado de Roosevelt –y el propio Roosevelt- decían de él: “Somoza es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”

Roosevelt en 1939 invitó al dictador y a su esposa a los EE.UU. En Nueva Orleans, la Universidad Estatal de Luisiana lo declaró Doctor Honoris Causa en Leyes y a su llegada a Washington lo recibió el propio presidente, el vicepresidente, todo el gabinete presidencial y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, todos ellos con sus respectivas esposas. Se llevó a cabo en honor del dictador una gran parada militar con más de 1.500 tropas diversas desfilando, 30 tanques de guerra, tropas y piezas de artillería, todos sobrevolados por 9 superfortalezas volantes.

 La terrible dictadura somocista perdurará más allá de la muerte de Tacho Somoza a consecuencia del atentado llevado a cabo en León por el poeta Rigoberto López Pérez. Fue transportado herido en un avión militar enviado por el entonces presidente Dwight Eisenhower a un hospital militar de la zona del Canal de Panamá donde, por error médico, murió, pero habrá que esperar al FSLN para acabar con sus retoños Luis y Tachito que, ante la sublevación popular triunfante,  huyen en la madrugada del 17 de julio de 1979 hacia Miami.

Francisco Javier González

Gomera a 20 de febrero de 2019.