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Francisco Javier González

NUEVO ASESINATO PÓSTUMO DE LOS ESTÉVANEZ POR EL AYUNTAMIENTO DE AGUERE

Soberanista

Francisco Javier González | 11 de diciembre de 2016

No puedo sino mostrar mi total apoyo a la exposición que sobre este nuevo despropósito del Ayuntamiento lagunero hace Agustín Miranda Armas, siempre con el semblante amable que le caracteriza y con su más que demostrada sensibilidad hacia nuestros temas.

 ¿Dedicar la Casa Estévanez, o si se quiere Casa Meade-Murphy o su nombre primitivo de “Casa Geneto” a un nonato “Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales” creado en el CICOP,  el escasamente conocido por sus resultados “Centro Internacional de Conservación del Patrimonio”? Aunque Julio Fajardo le atribuya la declaración de La Laguna como Patrimonio de la Humanidad, olvidándose de la verdadera importancia de los valores histórico-culturales que atesora la vieja Aguere y, como diría cualquiera de nuestros magos, encima d’eso se pretende darle el nombre del restaurador italiano de la Capilla Sixtina –por cierto bastante contestada la restauración- Gianluigi Colalucci, contratado en su día por el Vaticano para sus laboratorios, ligado también a la Universidad de Valencia y eminente miembro del aristocrático y exclusivo Club Rotario de Roma, pero para nada en absoluto ligado a nuestra historia o nuestra cultura. Como bien apunta Agustín, hay que acordarse de quién redactó y presentó la memoria mediante la cual la UNESCO dio a nuestra Aguere la categoría de Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Fue María Isabel Navarro Segura y no el CICOP y esta no es una “medalla ajena” que se ha colgado. Es solo la culminación de un trabajo intenso y fecundo de su autora y basta para entenderlo así las obras que ha dedicado a nuestra ciudad. (“San Cristóbal de La Laguna. La primera ciudad-territorio del urbanismo colonial hispano: Una insólita experiencia histórica”; “La validez de una política de defensa de los centros históricos: los aspectos legales y de ordenación de la utopía insular de Platón” ambos en la revista “Basa” del Colegio de Arquitectos de Canarias que se completa con el libro editado por el Ayuntamiento lagunero en 1999 “La Laguna 1500, la ciudad-república. Una utopía insular según “Las leyes” de Platón”). Recordar también el durísimo artículo de esta profesora lagunera de Historia del Arte titulado Gestión institucional, planeamiento y patrimonio mundial: el plan especial de protección de San Cristóbal de La Laguna y la destrucción de una ciudad patrimonio de la humanidad en la revista Scripta Nova, denunciando la destrucción de elementos patrimoniales y el total incumplimiento de los objetivos acordados por el Ayuntamiento en 1999. Al César lo que es del César y al CICOP lo suyo y no más.

La Laguna ha sido también muchas veces víctima de sus propios intelectuales y artistas. Sé la pena que me produce pasear por la mayoría de ciudades europeas –España incluida- y ver el mimo con que cuidan los antiguos adoquinados de sus calles y aquí, en nuestra Aguere, fue uno de nuestros mejores pintores ejerciendo de alcalde, Pedro González, quien los sustituyó por el negro piche que, a su vez, ha sido sustituido por una piedra porosa y absorbente muy diferente del bello basalto negro inicial. Fue otro artista, Adrián Alemán, quien diseñó la remodelación de la fachada de una hermosa casa canaria de la calle Carrera para “modernizarla” con teselas azules para el Bazar Calypso. Fue un catedrático de Instituto, Ramón Rojas, el que cambió el nombre del señero “Instituto de Canarias” para darle el de Adolfo Cabrera Pinto –que ya tenía una calle, casualmente la antigua Calle Facundo donde vivo cuando estoy en La Laguna- y ha terminado por llamársele popularmente “el Cabrera” ignorando así su trayectoria histórica. Los tres eran grandes personas y mejores amigos que ya moran en la esfera de la memoria, pero, en estos casos, estaban profundamente equivocados. ¿Sacamos a relucir en los años 70 lo del derribo del antiguo Casino, con el Teatro Leal –al que también se intentó derribar-, uno de los pocos edificios modernistas de cierto empaque de Aguere? ¿Y quién tuvo la maravillosa idea de acabar con los recuerdos de generaciones que nadaban en el Estanque de los Patos y la remodelación de la Plaza de la Catedral? Recordemos en este caso de auténtica ceguera emocional e histórica a la anterior  concejal de Patrimonio, Julia Dorta, que respondió a las críticas recibidas por las obras de la Plaza Catedral con un escueto  "No tenemos acusaciones de arqueólogos prestigiosos" aunque eran públicas y notorias las de Álvaro Santana Acuña –hijo de un buen amigo- y cuyo curriculum académico se saldría de la página.

¿Para qué seguir? ¿Es menester recordar la nefasta  actividad de María Luisa Cerrillo, aquella señora que afirmó de nuestra Aguere que, antes de que ella viniera, era una ciudad "horrible, fría, inhabitable, aburrida y triste en la que no se podía tomar un café después de las seis de la tarde porque todo estaba cerrado" en la gestión del Plan Especial de Protección? Eso necesitaría de un artículo de mayor extensión que, desde luego, habrá que hacer.

Agustín me ha recordado un artículo mío de hace más de un lustro en El Día, “El asesinato póstumo de los Estévanez”(*). Ahora es un nuevo intento de asesinato de nuestra memoria histórica, ya que, como digo en ese   artículo, además de su último propietario el pintor Borges Salas, “Ligados a la casa quedan también los recuerdos románticos de Ricardo Murphy, unidos a los de sus ocasionales moradores, como Sabin Berthelot, Adolphe Coquet, Blasco Ibáñez, o las correrías infantiles del que luego sería general Leopoldo O'Donell, las tertulias políticas y literarias con una ilustre nómina de nombres desde Viera y Clavijo a Teobaldo Power, pasando por Valentín Sanz, Alfonso Dugour, Elías y Antonio Zerolo, Tabares Bartlett, Rodríguez Moure, Fco. Mª Pinto, Agustín Guimerá, Ramón Gil Roldán y una larguísima lista de exiliados o desterrados españoles republicanos en lucha con el nepotismo y el despotismo monárquico hispano” Me pregunto si cualquiera de esos ilustres nombres no sería válido si se comete el disparate de quietarle el de CASA ESTÉVANEZ  y sustituirlo por el del Sr. Gianlugi - o Juan Luis- Colalucci, todo lo respetable que se quiera, pero totalmente ajeno a la Casa y a nuestra historia y cultura. ¿No se revolverían en sus tumbas? ¿Eso es “Conservar el Patrimonio” que, parece ser el objetivo del CICOP, al menos es lo que dice el nombre? ¿No le basta a la ONG conocida como CICOP con las espléndidas instalaciones que ya les ha cedido el Ayuntamiento lagunero en la antigua Casa de los Capitanes Generales? Me pregunto también quienes y cuantos van a ser los “elefantes blancos” de que habla Agustín que, como casi todo lo que pasa por las manos del pseudonacionalismo canario, haberlos, haylos.

Espero y deseo que el Cabildo Tinerfeño no acceda a la propuesta del Ayuntamiento lagunero de ceder el histórico inmueble a tal fin  –y con él los más de DOS MILLONES de euros gastados hasta ahora en la restauración- como propone la “nacionalista” concejal de Hacienda y Servicios Económicos y Ordenación del Territorio, concejalía a la que nuestro ilustre y cultísimo ayuntamiento lagunero ha añadido, cual piojo pegado, el área del Patrimonio Histórico y Artístico. Seguro que ha tomado la inspiración de su Master en Tributación de Empresas y se sabe de memoria que esta ONG tiene sus rentas exentas.

La Laguna es y siempre ha sido una ciudad celosa de sus tradiciones aunque abierta extraordinariamente a toda modernización que respete sus esencias. ¿Nos quedaremos callados y sumisos los laguneros ante este nuevo despropósito municipal, protegido, parece ser,  por el ex alcalde y actual Presidente Autonómico –que no Autónomo- que ya nos carga a todos los canarios con el terrible debe de su Ley del Suelo? Espero que nadie nos diga, como a Boabdil, que no lloremos mañana por lo que no supimos defender hoy.

Francisco Javier González

Gomera a 10 de diciembre de 2016

 

(*) http://web.eldia.es/laguna/2010-08-29/2-asesinato-postumo-Estevanez.htm

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