Recién vuelto a esta pequeña patria colonizada me tropiezo con la noticia de que Muhammad Alí (alias Cassius Clay) ha pasado a morar a la esfera inmarcesible de la memoria y, de forma casi automática, en lugar de aquellas épicas peleas con Foreman, Frazier, Floyd Patterson, Sonny Liston……, me viene el recuerdo de una de sus frases. La que encabeza este recuerdo póstumo.
Eso es lo que siempre quiso y por lo que luchó y no solo “volando como una mariposa y picando como una abeja” en el ring, porque, fuera del cuadrilátero, en su realidad vital, fue una carga de profundidad en los USA de su tiempo –que parece inminente se repitan con el guirre xenófobo y racista del Donald Trump- lanzada contra la discriminación racial, la infravaloración de negros e hispanos, la furibunda propaganda guerrera imperialista y, resumiendo, contra una sociedad, la gringa, fosilizada y retrógrada en lo político y lo social. Lo que no admitió nunca es la supremacía del conquistador. Clara fue su definición cuando eligió su nombre real, no el alias con el que le bautizaron: “Cassius Clay es el nombre de un esclavo. No lo escogí y no lo quería. Yo soy MUHAMMAD ALÍ, un hombre LIBRE
Él no quiso ser líder, pero lo fue. Lo fue y a lo grande cuando se enfrentó, con alto costo, a la maquinaria bélica y administrativa gringa, negándose a participar en la aventura guerrera imperialista, que intentaba aplastar a los vietnamitas que luchaban por su patria y dignidad y que, aclaraba, “ningún viet me ha atacado ni llamado siquiera nigger”; lo fue cuando apoyó las reivindicaciones de los negros americanos; lo fue siempre en su lucha en medio mundo por la dignidad humana y los derechos civiles.
Nos dejó una gran lección a todos los que luchamos por un ideal o tenemos sueños –que, parodiando a Martin Luther King, “We all have a dream”- cuando nos dijo “Imposible no es un hecho, es una opinión. Imposible no es una declaración, es un desafío….. Nada es imposible”
Como todo hombre, Muhammad Alí tuvo luces y sombras, aciertos y errores, pero aunque en sus propias frases expresaba que “cuando tienes razón nadie lo recuerda, pero cuando estas equivocado, nadie lo olvida”, como todos los que también nos hemos equivocado prefiero olvidar los errores y recordar el gran corazón que albergó aquel pecho luchador de pulido ébano.
Francisco Javier González
Gomera a 4 de junio de 2016
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