Los independentistas canarios estamos equivocando el camino. Durante muchos años fuimos la punta de lanza de los movimientos sociales en esta colonizada patria, desde objetores de conciencia –valga el recuerdo del abogado Francisco García (Paco “El Toro”) cuando se declara como insumiso por ser Canarias un territorio colonial- la lucha por los espacios naturales como Veneguera o MalPaso, la permanente oposición soportando la violencia policial a todos los “pendones” que los cipayos criollos enarbolaban por estas islas, desde Las Palmas con los entamarcados y encadenados compañeros de Solidaridad Canaria –entre ellos nuestro poeta nacional Paco Tarajano- al boicot durísimo a la celebración en esta colonia de una etapa de la Vuelta Ciclista a España, porque “por más Vueltas que le den, Canarias no es España” hasta la aceptación pública de nuestra bandera y el rechazo a la bandera colonial. Hoy estamos retrocediendo en todos esos frentes. En las fiestas populares vuelven a aparecer banderas coloniales sin oponerles la nuestra y los militares españoles se pasean a su antojo armados por nuestras fiestas y nuestros colegios y nosotros, los independentistas, nos estamos quedando callados ante estas provocaciones.
Ahora ha sucedido en Teror con El Pino. El ejército colonial ha desfilado armado en nuestra fiesta con la aquiescencia de las “autoridades” jilufas y con la pasividad de la población. Solo un grupo de compañeros de la Coordinadora Canaria por la Paz intentó, con pancartas, panfletos y pegatinas manifestar su oposición a la presencia militar en la procesión. Como en las colonias la libertad de expresión no pasa de ser una entelequia la Guardia Civil española los reprimió, incautándose del material “subversivo”. Algo hemos avanzado porque no se les ha enjuiciado como terroristas pero, para mí, lo lamentable es que han estado solos. NO ESTÁBAMOS LOS INDEPENDENTISTAS. NO ESTABAN NUESTRAS PANCARTAS NI NUESTRAS BANDERAS.
O volvemos a ser la punta de lanza de todos los movimientos sociales o solo seremos independentistas de salón y barra de bar. Y mereceremos continuar colonizados. La independencia hay que ganarla, día a día, en las asociaciones, en los colectivos sociales y en la calle
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