Canarias, una víctima del saqueo patrimonial
En los últimos años el desarrollo de la investigación histórica ha ido aportando la suficiente información y pruebas sobre la población prehispánica del Archipiélago Canario.
Los historiadores han realizado a lo largo de décadas un meticuloso trabajo gracias al que sabemos detalladamente cómo, dónde y cuándo se fueron ubicando los núcleos aborígenes. Nos proponemos demostrar que el origen de los primeros pobladores del archipiélago fue el norte de África y que una parte substancial del acervo genético de los canarios actuales procede de la población prehispánica, siendo la contribución de sus linajes maternos muy superior a la de los paternos. Conocemos también su tradición, su dieta, su lenguaje, sus muestras pictóricas... y todo ha señalado siempre la procedencia bereber como la más probable aspirante al título de cuna de aquella etnia.
Los estudios arqueológicos establecen claros nexos entre la cultura aborigen y la neolítica norteafricana pero esta conexión podría explicarse como una influencia cultural. En esta cultura aborigen podemos encontrar un gran patrimonio cultural histórico destacando sobre todo los yacimientos con pinturas rupestres en cuevas, restos de material cerámico, refugios, indumentarias, material lítico, maretas, figuras antropomorfas en representación de ídolos, momias aborígenes, etc. Una de las principales cuestiones de la mayor parte de la población canaria es la siguiente: ¿Todo nuestro patrimonio está protegido?
Existen diversos lugares en Canarias que poseen unos valores suficientes para que su protección y tutela se considere de interés público y les sea otorgado el grado máximo de protección legal, a esta protección del lugar se le denominan bienes de interés cultural (BIC). Son declarados BIC aquellos bienes que ostenten notorios valores históricos, artísticos, arqueológicos, etnográficos o paleontológicos, o que constituyan testimonios singulares de la cultura canaria. Podemos decir que “el patrimonio prehispánico se encuentra protegido y está a salvo de cualquier expolio”, pero esta afirmación no se cumple siempre. En nuestro Archipiélago podemos mencionar varios bienes de interés cultural prehispánico: Los grabados de Aripe (en Tenerife), La cueva de Chifetera (en Lanzarote), Parque arqueológico del Maipés de Agaete (en Gran Canaria), entre otros…
Algunas instituciones en Canarias, en ocasiones, se encargan de conservar el patrimonio aborigen. Los motivos pueden darse por varios factores: ausencia de museos o lugares de exposición, conservarlo o protegerlo de condicionantes físicos…
Sin embargo, el gran enemigo de nuestro patrimonio cultural canario es el expolio. La consecuencia de ello es que algunos bienes culturales, se encuentran en un lamentable estado. Si ya la colonización de las islas, desde el siglo XV, supuso una progresiva desaparición de los asentamientos aborígenes. En el siglo XVIII, con la llegada de la Ilustración, el interés por cualquier aspecto relacionado con el conocimiento, con la cultura en un sentido amplio. El afán por investigar ese pasado, con elementos tan fascinantes como las supuestas momias, o los numerosos restos antropológicos, así como otras manifestaciones culturales: grabados rupestres, cerámicas, ídolos, pintaderas, determinaría una incesante búsqueda, que en ocasiones se envolvía de una retórica científica, que vanamente intentaba ocultar lo que en muchas ocasiones constituía un expolio en toda regla. El saqueo del patrimonio artístico se ha llevado a cabo en todos los tiempos y por todo tipo de gentes en todos los lugares del mundo,
Podríamos decir que la cultura no es algo estático, que se crea una vez y permanece igual. La cultura se va haciendo. Sería equivocado considerar como patrimonio cultural sólo los viejos edificios y los objetos que hicieron nuestros abuelos y que hoy están muertos en bodegas y museos nacionales e internacionales; todas estas creaciones materiales son manifestaciones de la creatividad de nuestro pueblo en algún momento de su historia, y esta creatividad sigue expresándose continuamente. No sabemos el número de bienes culturales tangibles expoliados en los siglos XVIII y XIX, tampoco dónde están o si son ciertas las referencias de que existen bienes muebles canarios en otros países que se suman junto con España al saqueo del patrimonio cultural del Archipiélago Canario. Canarias ha sido una clara víctima del expolio en toda su historia y es lamentable que nos saqueen nuestro propio patrimonio.
En el patrimonio cultural se fundamentan las características de la nación; gracias a él nos identificamos. Al mismo tiempo, con los logros culturales del pueblo canario, alcanzados a lo largo de su milenaria historia, ofrecemos una valiosa contribución al patrimonio cultural del continente y del mundo. Por lo tanto, la responsabilidad en esta labor es de cada uno de nosotros, ya que el patrimonio es de todos.
Echedey Sánchez Bonilla.
La verdad de Lanzarote.
25/10/2014