Me asalta en estos días, y tras ver ciertas actitudes de partidos y sus “renovados” cargos orgánicos, una duda por no decir unas cuantas.
Cuando los que tenemos la posibilidad de participar en una organización política hablamos del interés o la idoneidad política y temporal de las cosas ¿No es el mismo interés o idoneidad de nuestra sociedad y los que en ella vivimos?.
Duda alguien sobre la necesidad de Lanzarote de contar YA con un planeamiento insular que acabe con las incertidumbres jurídicas y posibilite que los inversores (que serán los que puedan generar empleo) inviertan en nuestra Tierra con la garantía de que su dinero no se perderá en eternos litigios judiciales.
Nos niegan el Avance y la posibilidad como pueblo de salir de esta situación de crisis que ya se alarga más de lo deseado. Ojo!! y por si algunos tienen la tentación de tacharme de especulador, amigo del ladrillo y no sé cuantas cosas más por apostar por el futuro. Hablamos de desarrollo, que no de crecimiento desordenado; hablamos de que nuestro sector primario, industrial, tecnológico o turístico sepan, con una imagen preconcebida de Isla en los márgenes que permitan su conservación, que somos y queremos seguir siendo referentes mundiales en Turismo y desarrollo sin dañar nuestra materia prima.
Era Aytorn Senna campeón del mundo de Fórmula I, se votaba en referéndum la independencia de Ucrania o triunfaba en los cines TERMINATOR 2 cuando, en 1.991, un Nicolás de Paiz de la UCD sacaba adelante el Plan Insular que a día de hoy (23 años después) seguimos teniendo que aplicar. Un documento que sería en su tiempo lo que esta Isla necesitó pero que a día de hoy, está obsoleto y no da cabida a los Avances que algunos políticos con su actitud niegan a nuestra Isla.
¿Saben esos dirigentes que este PIOL del año 91 niega la posibilidad de huertos solares, o que impide el desarrollo de un puerto deportivo para Costa Teguise, que niega la solución a los “esqueletos” de nuestro núcleo turístico por excelencia, que perjudica a los vecinos de los diseminados que no pueden afianzarse como núcleos o que impide la construcción de plantas desaladoras para el sector primario en las zonas necesarias? ¿Lo saben?
Lo peor es que yo creo que sí, que sí lo saben pero que no les importa. Están dispuestos a sacrificar el futuro de esta Isla y de los que en ella vivimos por evitar que su adversario político en mayo arranque un puño de votos más de los ciudadanos. Tristeza y decepción, son las palabras que mejor definen lo que pensamos aquellos que hace algunos meses mirábamos con esperanza las elecciones de nuevas direcciones orgánicas en Lanzarote, que parecían pretender sacar adelante la misma y no poner trabas absurdas a su desarrollo. Creímos muchos, que habían aprendido la lección que los ciudadanos quisieron darles en las urnas en 2011 pero NO FUE ASÍ, esa renovación continúa con los vicios de la triste historia política Insular, jugando sus cartas y sacando adelante iniciativas que hoy son ejemplos históricos judiciales de como NO hacer las cosas en cuanto a crecimiento sostenible y cuyos puestos en las instituciones se recuerdan sistemáticamente como el obstáculo a los planes generales, las normativas sectoriales o cualquier cosa que entiendan no lleva su firma en el final del documento o no se producen en el calendario político que entienden como aceptable.
Desde que en 2011 los vecinos de Teguise primero y el Alcalde después depositaran en mi la confianza de coordinar y trabajar el proyecto de desarrollo urbanístico y territorial para mi municipio he tenido la oportunidad de aprender que el mejor modelo es, sin duda, no el del PP, el del PSOE, el del PIL o el de Coalición Canaria sino el que con el consenso de la sociedad y la escucha de los colectivos y ciudadanos, en los plazos de información pública, decidamos para nuestra Isla y municipios. Ojalá y esto que pusimos como primordial en Teguise (y no sólo Coalición Canaria) se extienda a los partidos con representación en el Cabildo para que den a los ciudadanos la posibilidad de participar en el documento del PIOL tras su aprobación inicial y con las sugerencias y alegaciones que marca la Ley.