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¡POR GUADARFÍA, EL ÚLTIMO REY!

Director | 30 de septiembre de 2021

Hace muchos años años ya, pero mi mente aún lo recuerda. Mi abuelo, Antonio el Canario (nacido en Tenoya, aunque los últimos 50 años de su vida los pasó en Lanzarote), no sentía ningún apego por los sucesivos "gobiernos" que habían marcado a España (y sus colonias) en el tiempo que le tocó vivir: sufrió la monarquía de Alfonso XIII, hasta que optó por emigrar a Cuba; nunca entendió a la República Española y sus desórdenes internos; acabó preso en  el Castillo de Mata durante la Dictadura Franquista; y desde luego, nunca supo hasta el fin de sus días, lo que significaba ese término (o concepto) tan extraño denominado "monarquía constitucional"... Por eso, a veces levantaba un vaso de whisky en alto, y gritaba: "Por Guadarfía, el último Rey".

 "¿Quién era Guadarfía? y ¿de qué fue rey?" le preguntaba, en medio de mi inconsciencia infantil. Y mi abuelo, aquel hombre duro y curtido tras toda una vida trabajando en las carreteras del Archipiélago, primero; y en los puertos canarios después; me miraba con una sonrisa medio cariñosa y medio pícara... "Guadarfía fue el último Rey que tuvo Lanzarote" me decía, "y desde luego, que es el único Rey al que he venerado en toda mi vida, porque no ha habido ningún gobernante después que haya merecido mi respeto".

 Y bastante razón tenía. Guadarfía defendió su pequeño "reino" durante años frente a los invasores europeos, de tal manera que las Crónicas (de los Conquistadores) reconocen que "fue capturado 7 veces" y en todas ellas "logró escapar por su fuerza". Históricos son ya los últimos 2 años de su "reinado", en su lucha titánica contra las huestes gasconas y potevinas (que no normandas) de Gadifer de la Salle: sus victorias, sus capturas, sus prodigiosas fugas cargado de cadenas, y la derrota final... Su carisma continuó tras la Conquista, de tal manera que para mantener "apaciguada" a la población aborigen, se le concedieron unos derechos señoriales: "las mejores tierras de la isla" y el mando de sus hombres de confianza.

 Tras su muerte, los sucesivos Señores Feudales que tiranizaron la isla buscaron mantener el control de la siempre mayoritaria población Maha, emparentándose con la "sangre real": el sanquinario Gobernador Maciot de Béthencourt, tuvo como concubina a Teguise, la hija de Guadarfía, para legitimar su poder; años después, el Señor Sancho de Herrera tuvo relaciones amorosas con una biznieta de Guadarfía (nieta de su hijo Dafrá), con la que tuvo a su única hija, bautizada como Constanza de Sarmiento. Dama ésta que llegaría a ser Señora de Lanzarote y Fuerteventura... ¡El legado de Guadarfía continuó!

 El Archipiélago Canario se convirtió en una Colonia del Reino de Castilla, y como tal ha sido tratado desde aquel entonces: sus riquezas expoliadas, sus recursos esquilmados, y sus gentes marginadas... Eso sí, monarcas absolutos han adornado sus escudos con sus "dominios" canarios, y gobernadores indignos han hollado con sus calzas bermejas la sufrida tierra canaria... Con el tiempo llegó la República Española, que en vez de aportar soluciones, siguió dejando a Canarias "a un lado"... La Dictadura abrió más la herida, provocando la emigración forzada de decenas de miles de canarios mientras su tierra era saqueado por los nuevos "señores feudales"... Y luego llegó la monarquía constitucional (que no Parlamentaria), que sólo ha visto a Canarias como su "lugar de vacaciones"...

Con toda esta reflexión, yo, al igual que mi abuelo, levanto mi vaso de vino y brindo en voz alta: ¡POR GUADARFÍA, EL ÚLTIMO REY! 

Porque no ha habido más Rey...

 AURELIANO ANTONIO MONTERO GONZÁLEZ

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