La primera madraza-universidad del mundo fue marroquí, pero su religión no la dejó prosperar
La primera madraza-universidad del mundo fue marroquí, pero su religión no la dejó prosperar
Se dice vulgarmente que, para ser culto, se debe estudiar una carrera en una universidad.
Si eso es cierto, pregunto: ¿Unos 3.000 a.C los sumerios y egipcios que no estudiaron en una universidad eran cultos o no, cuando los primeros fueron capaces de crear arcos y escritura cuneiforme, etc., y los segundos, pirámides y muchas otras obras que aún perduran?
Siguiendo la batuta del saber, si los sumerios y egipcios no eran cultos, podríamos decir que los actuales eruditos dentro de unos 200-300 años, quizás serán considerados medievales en ese porvenir.
En relación con lo que he expuesto hay alegatos que dicen que, las escuelas que había en ese entonces durante la vida de sumerios y egipcios, eran como universidades, aunque no expedían títulos de doctorados, etc.
Pues resulta que en todo esto aunque parezca irreal, la primera universidad reconocida en el mundo fue marroquí; la Universidad de Al Qarawiyyin (también conocida como Al-Karaouine o Al-Quaraouiyine) que fue fundada en Fez 859 d.C, y es considerada por la Unesco y el Libro Guinness de los Records como la más antigua del mundo y que sigue en funcionamiento. Su creación data 200 años antes del surgimiento de la universidad de Bologna, Italia, la primera de Europa, en 1088 d.C.
Aquí cabe una gran pregunta: ¿Si el antiguo Marruecos fue el primer país en crear la primera madraza-universidad del mundo, por qué razón no siguió su adelanto de sabiduría superando a toda Europa y al resto del mundo?
La respuesta posiblemente se halla en que tal vez los marroquíes de ese tiempo en su “madraza-universidad que fue creada por una rica mujer llamada Fátima al-Fihri,”-hoy dicho ente nombrado universidad- “no se dedicaba en ese entonces a enseñar formas de cómo obtener más de la Madre Naturaleza, si no a lavadas de cerebro de sus ciudadanos con la religión relacionada con el Korán, que era más o menos el mismo método religioso que con credos similares, casi todas las naciones del mundo avanzado de ese lapso histórico usaban para controlar a las masas -cada cual con su interés”.
La diferencia que ha habido entre quién fundó la primera madraza-universidad del mundo y en los que le siguieron, es que, en Marruecos hasta el presente, no ha habido una revolución cultural y política general como ha ocurrido en naciones europeas y de otras latitudes.
Marruecos sigue gobernado por medio de un Reinado alauita que es un sistema que acogota todos los posibles cambios sociales y políticos que vayan encaminados a un total o semi olvido religioso coránico. Contrario, Europa y el resto de países que profesan una religión, avanzan hacia la prosperidad porque la mayoría de sus ciudadanos no cumplen a raja tabla sus dogmas por creerlos muy antiguos y salvajes, como es el Antiguo Testamento, -para los tiempos modernos en los que vivimos donde la astronomía vota por tierra todas las Escrituras Religiosas de las casi 4.200 religiones habidas en el mundo, aunque más del 75% de la población global se reparte entre cristianismo, islam, hinduismo y budismo-.
En sí, podríamos decir que Marruecos y otras naciones que se rigen por sistemas religiosos no prosperan al 100% porque sus planes sociales, políticos y económicos están basados en prédicas e ilusiones religiosas que no son escuchadas por el Cosmo-Poder, pero que si son beneficiosas para los supuestos de sangre azul, ricos empresarios, militares, policías, etc, que manipulan y ayudan a mantener y conservar el poder del Reinado marroquí; mientras miles de sus pobres piden limosnas y muchos mueren en las calles de sus ciudades sin tener un trozo de pan que echarse a la boca.
Alá, Dios, Jehová, Iajuv, God, Gott, y cuantos más nombres le quieran dar a ese supuesto poder religioso, no escucha las plegarias de una humanidad que en este mundo basa su fraternidad en una hipocresía que te hace esclavo con creencias, rezos y diezmos que únicamente favorecen a los que predican tales ilusiones que ni ellos/as creen.
Amén.