Humanos y animales.

Delfines

Estoy contra del maltrato animal y también abogo por la conservación de la biodiversidad y Medio Ambiente, pero al mismo tiempo no huyo de la realidad que es la siguiente: Los animales carnívoros y nosotros los mal llamados humanos que igualmente somos carnívoros, tenemos colmillos que nos acredita como seres que nos alimentamos de carne, verduras, hierbas, etc. Si quisiéramos prescindir de las proteínas de carnes de animales, tendríamos que dedicar más territorio a plantaciones, y con ello robaríamos más espacio a los animales; e igualmente si dejáramos a todos los animales libres en su medio salvaje, su expansión en número de nacimientos chocaría  con una población mundial humana que se multiplica a pasos agigantados.

El universo con el mundo fue hecho de la (Nada) por el Cosmo Poder= Energía Suprema que muchos de ustedes llaman Dios, God, Ahlá, Yahu, etc. Esa Energía Suprema creó, dio y da forma a la vida que existía y existe sobre el geoide desde tiempos remotos, y a causa de esas transformación, en tierra y mar hay animales diversos rumiantes y carnívoros, donde casi siempre el carnívoro se come al rumiante.

Toda la biodiversidad que se encuentra sobre tierra, sobre el lecho marino y en el mar, es alimento, sea flora, animales o humanos. Toda esa cadena alimenticia posee una parte de eslabones que por supervivencia se sacrifica en provecho de  nutrir a otros, y así sigue el incompresible sistema natural de vida que no cuida  ni valora a nadie ni a nada, ni llama a uno animal ni a otro humano.

La propia Naturaleza obliga al hombre y a los animales a comerse entre sí, y las religiones son culpables de que el hombre se halla auto nombrado dueño de los animales, de las plantas y de los árboles, etc., porque sobre todo según exponen los dogmas el Judío y el Cristiano: “Todo lo comestible habido con vida o semivida sobre la Tierra, fue hecho para que el hombre lo aproveche y señoree en ello”.

Génesis.

1:22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. 
 

1:23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto. 
 

1:24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. 
 

1:25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. 

1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 

Conclusión.

Las personas civilizadas no rigen sus vidas influenciadas por fundamentos religiosos porque reconocen que son cuentos primitivos y que sus dioses no existen. Tampoco por la ecolojetía que es también otra clase de nueva religión.

Los hombres y mujeres que se sienten libres de dogmas captan la Naturaleza tal como es, cruel e incomprensible, y en ello se olvidan de dioses y religiones y procuran dañar su medio ambiente lo menos posible tomando de él sólo lo que necesitan para vivir holgadamente.

No podemos liberar a todos los animales domésticos ni tampoco proteger a todos los salvajes porque incluso si dejamos de comer carme y nos convertimos en vegetarianos, nos ocurriría en pronto futuro el problema de la súper población humana y animal que demandará más hábitat que hará que mengue el territorio para ambos.

Tampoco debemos dedicarnos a sacar de la flora y fauna todos los productos que necesitamos para la vida cotidiana porque incurrimos en el error de tomar mayores expansiones de territorios y mares que afectaría igualmente tanto a los animales salvajes como a los humanos. (El reciclaje es la solución por unos siglos. Luego ya se verá).

Y en todo esto como final cabe añadir: “No debemos únicamente proteger a unos animales por su simpatía o su inteligencia, porque resulta que todos los animales incluyendo a los humanos dentro del mismo género, somos todos simpáticos e inteligentes. Por ejemplo, una hormiga que posee un cerebro millones de veces más pequeño que el de un hombre o un perro y que muchos otros animales, es simpática, trabajadora e inteligente como cualquier humano u otro tipo de animal, pero no se les toma con la misma consideración que a un delfín o que a cualquier otro cetáceo, alegándose siempre en la defensa de los cetáceos, que, los zoos y delfinarios son circos de payasos de animales enjaulados, cuando que gracias a los libros, vídeos y zoos, se han estudiado a varios animales y se ha podido difundir entre adultos e infantes el amor y respeto hacia ellos”.

¿Quién no sea pecador por no haber comido carne de animales o no haber maltratado a un animal? Por favor, tire la primera piedra.