Humanitas et animalia versus Terrae
Se puede decir que la mayoría de científicos postulan que, el calentamiento global variable ha existido desde siempre, sin embargo, debido a las actividades y emisiones masivas por el hombre, este fenómeno se ha incrementado, especialmente con la quema de combustibles fósiles y los cambios en el uso de las tierras de labranza, tales como la deforestación, así como varias otras fuentes primarias y secundarias.
También estamos contaminando, suelo, lagos, ríos, mares y océanos con materias que no son biodegradables y cuales permanecen cientos de años activas, como son por ejemplo, derivados de los plásticos y de residuos nucleares, etc.
Es posible que el calentamiento global, sea sobre todo, un fenómeno que ocurre entre etapas de miles de años, debido a las congelaciones y descongelaciones que han sucedido y siguen sucediendo en la Tierra, y que han estado y están ligadas al sistema solar.
Por otro lado, el cambio climático y la energía solar no son tan buenos amigos como nos avisan algunos científicos. Un estudio publicado en Nature pone en evidencia cómo el calentamiento global está haciendo menguar la irradiación solar- o en forma coloquial, los días soleados- sobre todo en partes del planeta que hoy dan mayor rendimiento de energía renovable. Y es debido a ello que el cambio climático afecta negativamente, y va a continuar afectando en futuro pronto, a la producción de energía solar a escala mundial. Estos cálculos se han visto también confirmados por otras investigaciones publicadas hace poco, y que señalan cómo, en los casos de varias naciones, en las últimas décadas, ya han aminorado la producción de energía solar y eólica.
Tengan razón científicos que afirman que el calentamiento global se produce por causas de acciones humanas y animal, o quienes afirman lo contrario, que es debido a causas relacionadas con el sistema solar; lo más razonable es aceptar que si es por una causa u otra, o por ambas, de todas formas el calentamiento global está ocurriendo, sobre todo, debido a que la población mundial va en aumento a pasos agigantados, y que si no controlamos el crecimiento poblacional, dentro de unos cientos de años seremos tantos que malamente cabremos sobre el mundo, dando lugar a que las energías renovables, los alimentos y el espacio vital queden reducidos hasta tal punto que solo guerras y virus podrán poner atajos a la multiplicación de humanos y animales en favor del cambio climático positivo.
Si no reducimos la población humana y animal hasta una situación que se mantenga estable en relación con la capacidad mundial que tenemos, o que tendremos para producir, alimentos, vestido y cuanto más necesitemos, como personas y animales, no habrá forma para que todos podamos seguir viviendo holgadamente, mientras nos expandamos en la odisea por la supervivencia y ocupando territorios pertenecientes a animales, tantos de tierra, de lagos, de ríos, de mar, de océanos y de cielo.
Con la expansión humana y animal, llegaremos a fronteras territoriales y marítimas donde a los animales los acorralaremos y los meteremos en zoos y granjas. Pero un día temprano o tarde, seremos demasiados, y aunque resolvamos el problema del calentamiento global, el mayor dilema que nos aparecerá, será cómo aminorar la población humana y animal para que haya espacio donde podamos convivir con los animales salvajes y domésticos y que sea una cantidad apropiada que el Globo Terráqueo pueda soportar.
Por lo dicho, la solución para que la humanidad y animales no se vuelva “Versus Terrae”, se encuentra en aminorar los nacimientos humanos y animal hasta un punto estable con el que se logre un intercambio igualitario con la naturaleza. En otras palabras, debemos dar a la Tierra lo mismo que ella nos da, aunque nos dediquemos a jugar a dioses en la soledad de la no existencia de uno u otro ficticio Dios, cual es reemplazado por el CosmoPoder que es la Energía Suprema que desde la NADA y a través de Big Bang creó el universo y/o universos que conocemos y no, y todo su habido.
Amén.