África no es un negocio para Canarias, sino un peligro económico y político
Recientemente, el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, ha manifestado en diversos medios que África representa una oportunidad de negocio para Canarias. Esta afirmación es, en gran medida, engañosa. La realidad es que la relación entre Canarias y África ha estado marcada más por desafíos que por beneficios, y es crucial reconocer que África no es un negocio para el archipiélago, sino un peligro que amenaza su estabilidad económica y social.
Desde hace siglos, los canarios han mantenido una conexión histórica con las aguas del caladero canario-saharaui. Desde aproximadamente el año 1700, los pescadores canarios han faenado en estas aguas, pero esta relación se vio truncada en 1975 con la Marcha Verde, un evento que marcó el inicio de la pérdida de acceso a estos recursos. Desde entonces, la situación ha cambiado drásticamente, y lo que antes era una fuente de sustento se ha convertido en un recuerdo distante.
Es importante destacar que los canarios tienen raíces bereberes, lo que les otorga un vínculo cultural y ancestral con la costa africana del oeste. Sin embargo, este lazo no se traduce en beneficios económicos tangibles en la actualidad. En lugar de prosperidad, Canarias se enfrenta a un gasto significativo en la gestión de la inmigración ilegal. Se estima que, entre el Gobierno canario, el Estado español y la UE, se destina alrededor de 1.000 millones de euros anuales en ayudar y tutelar a inmigrantes ilegales, incluyendo menores no acompañados (MENAs), estancias de adultos y subvenciones a países como Marruecos, Mauritania, Senegal y Gambia.
La inmigración ilegal ha traído consigo una serie de problemas que afectan la vida cotidiana de los canarios. La pérdida de tradiciones culturales, el aumento de la delincuencia y las okupaciones son solo algunas de las consecuencias visibles de esta situación. La llegada masiva de inmigrantes ha generado tensiones sociales y ha puesto en jaque la cohesión de la sociedad canaria.
En resumen, es fundamental replantear la narrativa que se ha construido en torno a la relación entre Canarias y África. Lejos de ser un negocio, África representa un desafío que requiere atención y soluciones efectivas. La pesca, aunque sigue siendo una actividad importante, se realiza a precios elevados y no compensa los costos sociales y económicos que la inmigración ilegal impone al archipiélago. Es hora de que Canarias reconozca la realidad de su situación y busque alternativas que promuevan un desarrollo sostenible y una convivencia armoniosa, en lugar de perpetuar una visión errónea de África como una oportunidad de negocio.
Final. Por favor, mira este video en el que F. Clavijo expresa opiniones erróneas, como la de ofrecer ayuda a Mauritania en áreas como la educación y el acceso al agua potable, a cambio de que el gobierno mauritano ejerza un mayor control sobre la inmigración ilegal que llega a Canarias desde ese país. Clavijo parece ignorar que Mauritania, al igual que muchos otros países africanos, enfrenta problemas de corrupción, lo que hace poco probable que se pueda frenar la inmigración ilegal simplemente subvencionando algunos aspectos sociales y económicos. La solución no radica en estas medidas, sino en cerrar los albergues existentes en Canarias y deportar de manera inmediata a todos los inmigrantes ilegales que lleguen por vía marítima o aérea. Además, la distribución de menores no acompañados (MENAs) y adultos entre las 16 comunidades autónomas españolas no resuelve el problema; por el contrario, lo agrava, ya que al medio vaciar los albergues, se envía un mensaje a las mafias para que convenzan a adultos y MENAs de embarcarse en una patera, zodiac o cayuco hacia Canarias, donde se les ofrece todo de manera gratuita durante varios años.
https://www.youtube.com/watch?v=IywTc95SGWE
Ver en este enlace lo que F. Clavijo ha solicitado como ayuda económica para Mauritania, argumentando, según él: Es necesaria para frenar la inmigración ilegal.