Nadie coopera con el campo
Esa –la cooperación- pudiera ser la solución del drama de un campo cerrado a la acción propia del mismo (agricultura y ganadería). No hay institución, asociación, ong, sindicato, grupo, entidad, ecologistas, universidad, prensa, etc., que se ocupe de ayudar al que es llamado en el mundo –menos aquí- el sector primario o primero. Sin ese arrimar el hombro, la cosa va a ir a peor. Y esa es la única salida de la crisis, y la solución económica que nos hunde. Se acabaría la pobreza, y con ella el hambre y el paro. Estamos ante el mayor de los absurdos. Lo que se ha levantado desde siglos, y con tantísimo esfuerzo, deja de ser sostenible por capricho e inoperancia de un ckabildo que sobra y debe desaparecer. Hasta hace medio siglo, la cosa venía como siempre, pero empezaron a llenar de pinos la isla y la vaciaron de ganaderos y de agricultores que eran los mayores enemigos de la reforestación de árboles inútiles y la defensa de retamas y de tabaibas. El campo, comenzó a desplomarse (años cincuenta del siglo pasado). El miedo ambiente (la administración), lo ha derrumbado todo. El campo, se ha ido al garete. Ya nadie proyecta ganados, ni plantaciones (salvo para sobrevivir algunos pocos, sin ir más allá del propio sustento, de forma mínima y reducidísima que no alcanza a ningún porcentaje). Parece nadie reflexiona sobre el impacto de una política cerril y sin sentido. El terreno se asilvestra y se tupe, sin que se pueda tocar un escobón, por miedo a una descomunal multa y hasta cárcel por ello. Y ello, cuando el campesino no tiene dinero ni para comer, tiene que pagar miles y miles de euros (millones de pesetas, por nimiedades). Ya no hay cultivo, ni rebaños. La lluvia, ya no beneficia sino la posibilidad de mayores incendios. La hierba no hay animal que se la coma. El campesino –y en general- cada vez más pobre. Los políticos no deciden nada respecto al campo, lo ignoran. Han trasladado el concepto “sector primario” al servicio y turismo. Carecen de moral y de principios, no tienen ética, ni fe. Todo se les va en ayudas que no alcanzan sino a más parados. El campo, estaba lleno; ahora, vacío. Los políticos dañan al campo. Encima atacan a la Iglesia, que es la única que mata el hambre a tantos que tocan a sus puertas de las Cáritas (no para el culto, ni catequesis o formación). El subdesarrollo crece vertiginosamente, sin que el campo la pare, por imperativo y prohibición del ckabildo. Nos siguen llegando refugiados o inmigrantes. Un litro de agua cuesta o vale más que uno de leche (demencial). Tantos parados, y cuántos con sueldos elevadísimos, que compran de todo y es escándalo para los pobres, por estos dos niveles. Y aquellos cobran, sin hacer nada, sin producir algo. No actúan contra el hambre, teniendo el campo encadenado, vigilado, prohibido tocarlo. Los fondos los dedican a obras innecesarias (embellecer la isla con geranios y pintando paredes derruidas, llenar la isla de mallas cual si fuera un enorme y gran gallinero con telas metálicas que afean el paisaje, nada protegen y pagan campañas y favores, o llenando de paredes la isla y no de alpendres y casas, etc.). No se toman en serio el futuro (ni el presente [ni respetan el pasado]). Ni se acercan al campesino, ni les importan sus problemas. Solo toman decisiones los técnicos, que no son del ramo, ni conocen el campo, sino desde libros, clases y aulas. No trabajan por cambiar este estado de ruina, y mantienen al pobre que crece injustamente. Dependemos de Bruselas. La PAC nos ha arruinado. La UE, ha sido el remate. Somos, la peor de las colonias (¡la única y última colonia!). Los políticos sin credibilidad; nada cabe esperar de ellos, y no se van, ni dan paso a gente nueva. Vamos de mal a peor. Las empresas desaparecen, no hay materia, nada producimos. El campo, no tiene actores. No se respeta la Historia. No somos autosuficientes. Dependemos totalmente. Vivimos en situación de conflictos. Se acaba la dignidad y otros valores. Vivimos una autentica catástrofe natural impuesta y mantenida. Es humillante vivir así, encorsetado (sin poder levantar una pared que se caiga, sin poder vallar unas coles que plantes y se las coman los conejos, que planten pinos para que vuelen unos pájaros que no existen (los pájaros azules [que nadie jamás los vio]). El campesino se siente incapaz, de hacer algo o nada, por miedo a miedo ambiente que impide el medio ambiente. La cosa se pone seria. La pobreza aumente más cada día, sin freno y acelerada. La causa de la pobreza es la inexistencia de agricultura y ganadería. Nadie hace nada, para evitar este drama que pasa a tragedia, pues no se actúa contra las causas de la miseria. Trabajan en el campo, los del ckabildo (miedo ambiente), bomberos, el seprona, y similares, nadie dando un mochazo, o cogiendo un haz (jase) para la cabra (que no tienen, porque les exigen tanto, que es imposible cumplir con una legislación agobiante, y hasta segar un puño para la cabra está penado, castigado, multado...)...