Lo sabía hasta el último quisque de esta sufrida isla. Le gustaba al individuo los buenos tragos y salir como los vampiros. Alguna mente de incalculable valor + el I.G.I.C., pregonó en su día que el futbolista era un camión dentro del terreno, pero lo que no apostilló es que si que era un camión, pero CUBA.

Con éste ya de vuelta con los suyos, y con algún que otro barullo ramplonero, la desangelada vida del gigante lanzaroteño se “arrima” más a hace ya un puñado de años atrás cuando la servidumbre del club, en funciones de la Gestapo , acechaba a que algún que otro “cabeza ligera” no se le olvidara a irse a acostar, al menos antes de la media noche.

Han pasado las fechas y las temporadas, pero el planeta tierra hace tiempo que ya no gira para la UD LANZAROTE. Con un alquiler de larga estancia en la 3ª División, y con un amor isleño poco más o menos que de oidas; cualquier chanchullo extra y deportivo que suceda en las filas de este exglorioso club importa casi tanto como interesarse por saber cuantos pies tiene un ciempiés.

Y encima, y para echarle más “exquisiteces” al muladar, nueva derrota del sobrevalorado representativo ante un Don Nadie U.Viera que envía al equipo del “jefecito” Adolfo Pérez  a las malditas cavernas de esta racana Tercera División. Que Dios salve al rey Machín, porque sólo él puede.