En la sociedad actual se vive en lo que podríamos denominar asintomía entre los poderes públicos y las Organizaciones no gubernamentales, que en el estado español jugó un papel trascendental en el paso de la dictadura a la democracia, por ello se dice que las O.N.G. fueron auténticas Escuelas de Democracia, existía vertebración social que facilitaban la participación pese a las no existencia de normas que regularan las mismas, aparándose en la Ley de Asociaciones, que desgraciadamente se reformo por las Comunidades Autónomas, porque la Ley 57/03 de Grandes Ciudades lo que ha hecho en la práctica politizar a los representantes sociales-vecinales.
Ante lo que se está denominando la tercera Revolución, después de la Agraria, Industrial y la actual acuñada con la “Revolución Tecnológica” se está produciendo una desarticulación de la sociedad civil que tanto ha contribuido al bienestar colectivo en todas las facetas, unido ello al funcionamiento de una Administración más propia del siglo XIX tanto en su funcionamiento como en su organización que es del siglo XXI, es por ello que ante esta sociedad cada vez más consumista, individualista y materialista se está implantando una figura social que llamo “El voluntario individual”. Fruto de todo ello lo podemos ver en el fracaso escolar, en el aumento de la violencia juvenil, el maltrato en la familia en general (esposas, esposos, jóvenes y los mayores), el paso…pasotismo, etc….Ante esta situación se hace necesario dotar a la sociedad de manera “APARTIDARIA” de instrumentos que faciliten el resarcimiento de las O.N.G. y que den respuestas a los nuevos problemas que plantea la sociedad de la Tecnología y es, o debe ser obligación de las Administraciones Públicas de dotar de recursos a estas entidades para la formación de agentes sociales, vecinales etc…como verdadera Autoridad Vecinal.
No solo nos valen las fiestas de los barrios y sus santos (Fé cristiana), sino enseñar el respeto a los mayores y obedecer, y eso se hace con la edu cación, cultura, tradiciones, folklore, valores y respetar lo nuestro.
Andrés Santana, dirigente vecinal en Canarias.
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