EL TRANSISTOR DEL FACEBOOK
Por supuesto, han adivinado que me refiero a Mariano Rajoy, y el calificativo de keatoniano tiene su significado porque su rostro ofrece la misma apariencia del que nos mostraba en sus películas el famoso actor Búster Keaton, si bien con resultado contradictorio, pues si el actor nos hacía reír, el presidente del Ejecutivo nos lleva a la dramática situación que padece la fuerza del trabajo y la clase media del pueblo español.
El actor al que me he referido en sus películas mudas, como he dicho, ofrecía un rostro impasible, que hizo que se le conociera como “cara de piedra”. Recuerdo ver sus películas en mi infancia en el mítico Torrecine en la época de los años treinta. Así mismo era muy aficionado a las primeras películas del oeste que, entre otros protagonizaban Tom Mix y Buck Jones. Me identificaba tanto con esas películas de gratos recuerdos, que en mi mente me figuraba ser yo el muchacho de las mismas, acabar con el bandido y quedarme con la muchacha. Los que conocen el emplazamiento del Torrecine, del cual en algún momento me acercaré a su historia, recordarán lo que era aquella zona deshabitada en donde se acostumbraba a emplazar los circos que venían a Las Palmas. Su propietario, Juan Torres Fleita definía y hacía las cosas con su humor característico, advirtiendo en el anuncio de sus películas cuando se referían a un drama que no se olvidaran las sábanas; y gran aficionado al juego de damas, decía que para participar en este juego tenía que hacerse vestido de esmoquin y corbata de pajarita. Observando yo con la impasibilidad que se conduce el primer Ejecutivo del gobierno, llegando al límite de huir momentos de debate ante el abuso social que está cometiendo sobre el pueblo español, me recuerda al actor Búster Keaton y el epíteto del que gozaba lo traslado a Rajoy, llamándole por mi cuenta y además del que quiera hacerlo, cara de piedra. En los pocos debates que se ve obligado a intervenir, justifica su actitud diciendo que es una herencia que había recibido. Cuando yo le oigo esa indigna defensa le recomiendo, cosa que todavía no le he oído decir, que tenga muy en cuenta la creación de Aznar en la burbuja inmobiliaria, los activos tóxicos, con su consecuencia de su facilidad crediticia.
Este conglomerado de situaciones que nos está dejando el partido populista, máximo ahora que tiene en su poder el canal 1 de Televisión Española que por la doctrina editorialista que sigue en su editorial político informativo merece ser llamado canal del Partido Popular, provoca el repudio de los pensamientos donde la libertad de expresión es cosa sagrada. La medida que ha tomado de adueñarse de este importante medio informativo acabó echando por los suelos una época televisiva de ese canal donde la libertad de expresión se rezumaba a plena satisfacción de todo sentimiento democrático. Me viene a la memoria cuando José Manuel Soria López justificaba esta infame absorción diciendo que se tomó la medida porque era imposible aguantar los informativos contra el Partido Popular. Cuando lo escuché me hizo sonreír y pensar que es un personaje de cabeza hueca.
Me veo obligado a decir que me estoy refiriendo concretamente a la línea editorial que se sigue en ese canal del Partido Popular, pero no a todos sus programas, y dada mi honestidad de criterio, si nos apartamos de la mediación perversa que estoy denunciando, tengo que decir que nos ofrece también excelentes programas. Siendo un canal del Estado, todos los españoles tenemos derecho y obligación de exigir absoluta libertad de expresión, lo que invariablemente debe ser una conducta en toda sociedad democrática, y mucho menos caer en manos de un partido que para más inri es el que está gobernado, suprimiendo lo que no le interesa que se sepa y enardeciendo la información a su favor. Voy a poner dos ejemplos claro: uno, cuando una componente de su camarilla se deja decir que los muchachos españoles no se marchan de España por no encontrar trabajo, sino que lo hacen por su espíritu aventurero; otro, cuando se sale hablando de su agradecimiento a los pensionistas por su comportamiento conformista y patriótico de participar con su peculio en la resolución de la crisis. Loa abusos que lleva a cabo este Gobierno justifican el malestar colectivo que se está sufriendo en España. Son todos los profesionales los que elevan su protesta, dando lugar al grito colectivo de dimisión del Ejecutivo.