¡Que viene el moro!
Lo cierto es que el moro siempre ha estado ahí –antes de que existiera España–, históricamente se ha relacionado con nosotros –con el pueblo canario– y, a causa de tal cercanía geográfica, no hemos sido invadidos ni aniquilados por sus pretensiones expansionistas, como algunos quieren difundir sin rigor y tan sólo como aprendida cantaleta o, también, colaboración con el sistema impuesto. No obstante, la insidia es lo más propenso en las testas romas, contaminadas y envilecidas por la doctrina colonialista española, esto es, que ha inoculado en sus psiques el sentimiento bastardo que le hace dudar de su esencia y ascendencia, pues, basculan, esquizoide, entre la españolidad y la canariedad, sin lograr llenar ese vacío existencial que les enajena y les tiene en estado continuo de ansiedad. Semejante orfandad patria, les escora de forma autómata a defender y justificar la perversidad de su madrastra arbitraria –aunque ésta le haya tenido arrodillado más de quinientos años, expulsado a sus familias para ocupar plazas en Las Américas, levarlos para las cruzadas a fin de defender los intereses de las monarquías parásitas españolas o esclavizarlos física y moralmente– ante el imaginario e infundido peligro de otros que nunca han atentado contra nuestra nación. Para eso ha servido la enseñanza, tanto privada como pública y, en tal sentido, ninguna nos ha servido para conocer nuestra realidad: en una colonia toda enseñanza es colonial y sólo sirve, igual que otros medios de masas, para la confusión, distorsión, adiestramiento y sumisión de nuestro pueblo. Si, esta es la reacción y el producto de todo un proceso de asimilación colonial, inculcado desde que se aprenden los primeros garabatos escolares, y que ha animalizado a tantos canarios, haciéndolos gendarmes de su propia prisión, proselitismo maniqueo que les ha hecho sentirse inferiores a los españoles, superiores y enemigos de los moros, o que le deben la vida a su proxeneta Metrópoli por haberlos prostituido en toda Europa y “defendido de la invasión de Marruecos”.
España nos mata de hambre pero, da igual, la culpa es de los moros. España nos expolia e impide nuestro desarrollo y la culpa es de los moros. España es un país de corruptos, ídem, los moros son los culpables de la corrupción de España. España quiere rapiñar el petróleo de nuestras aguas, da igual que el piche llegue al Roque Nublo, porque si no, lo hace Marruecos. El Borbón es un corrupto y un tirano que está por encima de la ley, pues, el monarca alauita es más corrupto porque lleva chilaba…
Por apuntar un dato a favor de Marruecos, quisiera recordar el proyecto de la central nuclear que tiene para instalar en Tan-Tan –pues un estado soberano puede hacer en su territorio lo que le plazca para su interés nacional– fabricación que ha paralizado o ha aparcado por los ruegos del Gobierno de Canarias y el peligro potencial que supondría para los canarios, súplica que, de buena vecindad, aceptó el país alauita: a ver si España es tan sensible con los canarios en referencia al expolio petrolero, ¡morófobos! ¡Así nos va en Canarias!, con tanto macaco que necesita de un amo que le lleve a la feria y lo haga bailar, que le tire unos manises con cáscara para que se entretenga y lo vuelva a meter en la jaula, sin la que no concibe su vida.
Jamás he hablado en un escrito mío de copiar el sistema político de Marruecos –como algunos disléxicos o españolistas han querido instrumentalizar– y me reafirmo que para que Canarias logre un verdadero sistema de justicia social precisamos urgentemente nuestra soberanía nacional que, efectivamente, por cuestiones estratégicas, de vecindad, para llevar el asunto de la descolonización de Canarias a las Naciones Unidas, nuestras relaciones diplomáticas con Marruecos son cruciales: es con el país vecino con quien tenemos que acordar la frontera y no buscar la hostilidad, enfrentamiento que sí está auspiciando España, para prolongar el estatus colonial en nuestra nación, como unos tantos que viven muy bien en el sistema ultraperiférico, haciéndose llamar de izquierda. La ceguera españolista no les deja ver cómo se militariza Canarias hasta el último rincón, porque España nos metió en la OTAN –y no Marruecos– haciendo de nuestra tierra el portaaviones del capitalismo para saquear África. A aquellos defensores de la igualdad, y no menos de las causas ajenas, les sugiero un análisis sensato, empezando por entender qué es Canarias en sí misma y ante el mundo, para que después le endosen regímenes y modelos concretos. Si conocieran, o se esforzaran un poco en conocer, que nuestra nación es una colonia, que una colonia es un país sometido por la fuerza, que las leyes fundamentales para su explotación las hace la metrópoli y las otras menores sus esbirros coloniales, se sobreentiende que, si Canarias no tiene capacidad de legislar para defender y explotar tus potencialidades y singularidades, tampoco pude alcanzar sus riquezas y el desarrollo de su pueblo. Como dicen algunos, el problema de Canarias y de su pueblo no radica en la mala distribución de sus riquezas –en todo caso de sus migajas– sino en el expolio que el colonialismo hace de ellas, fugando todas las rentas para engordar a la Metrópoli e impidiendo nuestro desarrollo para hacernos sentir incapacitados para la emancipación. Para repartir las riquezas entre el pueblo o invertirlas para el bienestar del mismo, éstas han de ser propiedad de la nación, asunto que no pasa porque no tenemos soberanía… ¿qué es, entonces, lo que se pretende repartir?, ¿humo? Pues bien, sigan ustedes haciendo humacera y confundiendo al personal, que puede que nos asfixiemos todos. Relaciones con Marruecos, ¿y por qué no? ¿Por qué desde Canarias tenemos que viajar obligatoriamente a España para volver aquí, a África? ¿Por qué se nos ha impedido relacionarnos con los países de nuestro entorno geográfico? La mayoría de los países africanos tienen regímenes seudo-dictatoriales y, sin embargo, las potencias llamadas democráticas de Europa y EE.UU mantienen relaciones con esos regímenes. ¡Qué pasa!, ¿es que Canarias desde su situación colonial tiene que elegir relacionarse con los países afines a los pensamientos de ciertos adoctrinados e iluminados, aunque esto suponga seguir como una colonia?, ¿como un país subdesarrollado? En la independencia está la igualdad.