¡No quieren a LA VERDAD DE LANZAROTE!
No es ningún secreto que este medio de comunicación digital subsiste gracias al apoyo desinteresado de un puñado de ciudadanos (de las más diversas ideologías), que todavía creen en la LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Y que por ello nos hemos ganado un montón de enemigos en todos los estamentos políticos. Pero jamás llegamos a imaginar que el colectivo de los grandes empresarios de esta sufrida isla hubiese formado "una piña" contra las informaciones de LA VERDAD DE LANZAROTE.
Hablábamos en pasados días con uno de los miembros del "glorioso" gremio de "poderosos" empresarios de la isla. Este conocido nuestro, fiel seguidor de LA VERDAD, nos confesó que sus "compañeros" de la patronal "están que trinan" con las informaciones que publica este humilde periódico digital. Sobre todo, en lo referente a las supuestas corruptelas de pesos pesados tales como Juan Francisco Rosa, Rafael Lasso, Lleó o Armas entre otros muchos. Tanto es así que nuestro confidente (en sentido cariñoso) nos explicó que "ningún empresario fuerte quiere poner publicidad en LA VERDAD", porque ello supondría "hacerle un feo" a sus colegas del ramo.
Es decir, que los poderosos empresarios de la isla forman una "piña" a la hora de apoyar a cualquiera de los suyos, por muy corrupto que sea. Y por supuesto, jamás permitirían que uno de los "suyos" colaborase con los medios de comunicación libres e independientes (muy pocos) que informaran a la opinión pública de los mangoneos de "otros de los suyos"... Por un lado, nos sorprendimos, porque no pensábamos que el empresariado de la isla fuese tan "corporativista". Pero por otro, nos emocionamos mucho, pues así descubrimos que en apenas 6 meses de vida, LA VERDAD DE LANZAROTE ha infundido respeto y provocado temor en la corrupta clase empresarial... y en sus "colegas" de Patronal.
Ya desde la fundación de este humilde diario digital, advertimos a los lectores que JAMÁS admitiríamos publicidad alguna de los Partidos Políticos ni de las Instituciones de la isla... Así nadie podría acusarnos de estar vendidos al mejor postor. Y ahora con la reacción del Empresariado, estamos más seguros de que llevamos el camino correcto.
¡Ladran, luego cabalgamos!