¡No a la privatización del sistema de pensiones!
La reforma del sistema de pensiones, propuesto por expertos, es brillante
El último ataque contra los ciudadanos, se configura contra el sistema de pensiones; cosa que se ha justificado con un supuesto comité de expertos. ¿Expertos en qué y de qué?, cabría preguntarse, pues muchos de sus componentes han sido miembros de grupos con intereses encontrados. De ahí, lo de brillante.
Entrando en el fondo del asunto, hay que decir que existe un enorme desconocimiento de la realidad social española, es decir, no se ha sopesado el colchón o sostén que las pensiones de los “abuelitos españoles” están paliando la falta de ingresos en las familias cohesionadas; ni que decir, respecto a las desestructuradas (padres divorciados y sin trabajo, etc.)
Hay que aclarar, que gracias a los ingresos por pensión, los abuelos sostienen muchos hogares, que de otra manera estarían muchísimo peor de lo que el sistema del capitalismo especulador y sin escrúpulos, ha puesto contra las cuerdas a gran parte de la ciudadanía europea, pues esto no es únicamente un problema de España, es un problema que afecta a muchos países que se han metido en un club de ricos (Unión Europea) sin serlo, caso de los países pigs (cerdos), pero fácilmente podría decirse “pringados” (1); por cierto cada vez son más, pues Europa está pensada a la medida de países industriales con un alto poder de redistribución de la riqueza, que nada o muy poco tienen que ver con los no industrializados, que siguen a remolque del sector servicios, sin desarrollar ni diversificar sus respectivas economías. Amén de la corrupción, evasión del dinero a los denominados paraísos fiscales o de bajos impuestos; cosa contra la que no se está haciendo nada o muy poco.
- Pigs en inglés significa cerdos, pero está referido a las siglas de los siguientes países (Portugal, Irlanda/Italia, Grecia, Spain), pero sería acertado utilizar el término español de Pringado, que de acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, significaría: Que se deja engañar fácilmente.
Hay que aclarar, que existe un muy grave error, en aplicar políticas restrictivas que no sólo no sirven para fomentar crecimiento económico alguno, sino que además agravan la situación de los países que aplican dichas políticas liberales capitalistas, que han demostrado ampliamente su incapacidad de conseguir desarrollar el país, pues si bien en el corto tiempo podrían dar la impresión de mejora en el ahorro, a medio plazo se demuestra que son un puro fracaso, que lleva al desastre económico a los países que se empecinen en continuar aplicando tal modelo económico, pues son generadoras de pobreza a medio y largo plazo. Léanse a economistas de la talla de “Paul Krugman” (2); “Joseph Stiglitz” (3); “Vicenc Navarro” (4), que nos están advirtiendo, junto a otros muchos, que las políticas de recortes y de restricciones, son contrarias a cualquier tipo de desarrollo de un país civilizado.
Los Estados no pueden continuar dejando hacer; han de intervenir en la economía, para poder salvar tan dramática situación, la empresa privada, reiteramos, es absolutamente incapaz, por múltiples y variadas razones, hartos conocidas. Baste echar una mirada a la génesis filosófica del capital burgués (Calvinismo capitalista, allá por los siglos XVII y XVIII), mal que ha venido creciendo, siglo a siglo, hasta el punto que hoy día existen fortunas unipersonales mayores que el presupuesto de algún que otro Estado; ello debería llevarnos a modificar la legislación, poniendo un límite a la acumulación de riquezas, pues no resulta saludable, para los intereses del conjunto de ningún país, ¿quién asegura que alguien que atesora ingente cantidad de dinero no pueda estar tentado de comprar voluntades, para cambiar un gobierno a su capricho? Resulta una obscenidad, pero hay están los casos, baste mirar las hemerotecas de cualquier país, para ver los tráficos de influencias, corrupciones, compras de votos, etc.
(2) Premio Nobel de Economía 2008; Galardonado con el Principe de Asturias en 2004.
(3) Premio Nobel de Economía 2001.-
- Ha desempeñado la Cátedra de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España).
De vueltas; y en referencia al tema de las pensiones, nos han estado asegurando por parte de políticos, algunos economistas, incluso alguno que otro sindicalista, que las cosas cambiarían; citaremos algunas de las siguientes falacias vertidas, en momentos diferentes:
1)La entrada de emigrantes, asegurará las pensiones (Seis millones de parados)
2)Comienzan a verse brotes verdes (Bankia, Marbella, preferentes, etc.)
3)Alargar la edad de jubilación (56% de jóvenes en paro)
4)La reforma laboral introducida fomentará el empleo (Aumento del desempleo)
5)Liberalización del mercado (Desmantelamiento de la productividad interna)
6)Globalización (Evasión de capitales y aumento del paro)
7)Privatización de los servicios públicos (Empobrecimiento del Estado y encarecimiento de los servicios al usuario, sin mejora consustancial)
8)Reducir el número de empleados públicos (Aumento de la pobreza exponencial)
9)Reducción salarial (Menor consumo y, por tanto aceleración de la pobreza)
10) Reforma del sistema de pensiones (Alarma social)
En fin, con lo expuesto podríamos calificar la situación económica actual de desastrosa; toda vez que, la empresa privada es incapaz de crear empleo, y el sector público no asume su función, pues cae en la falacia, demostrada históricamente (Crac de 1929) del “laissez faire, laissez passer” expresión francesa que significa “dejad hacer, dejad pasar”, refiriéndose a una completa libertad en la economía, con la creencia que las bondades del mercado, le hacen capaz de autorregularse, a sabiendas del fracaso de dicho postulado económico; tal y como se demostró en su día, reiteramos, tras los luctuosos y tristes acontecimientos acaecidos a causa de la Gran Depresión de 1929, fruto de esa política liberal de creer en la autorregulación de los mercados por sí mismos, a sabiendas que eso es imposible, pues el egoísmo insito en el ser humano desde la cuna, condicionante que hace ello inviable, siendo el Estado el que ha de atemperar las diferencias entre sus ciudadanos, por medio de la regulación de la vida política, social y económica; lo contrario, hará peligrar la estructura de la existencia del propio Estado.
Las pensiones no pueden estar en manos de empresas privadas, pues ello conllevaría a un sistema de injusticia absoluta. No olvidemos que los mercados son estructuras que tan sólo se mueven por intereses económicos especulativos, sin importarles países o seres humanos, son corporaciones con ánimo de lucro por encima de cualesquiera otro tipo de consideraciones.
El principio de redistribución de la riqueza de un país desarrollado y democrático, caso de España, no puede ni debe permitirse el desmantelamiento del Estado, en pro de unas supuestas bondades, de nula credibilidad, de los mercados. Es más, si hiciésemos un ejercicio de memoria, respecto a la venta de las empresas productivas y de los servicios públicos entregados al mercado privado durante los últimos treinta años, veríamos cuán nefasto ha sido para el erario público del propio Estado y del ciudadano en general.
Todo lo expuesto, nos debe llevar a rechazar de manera firme y frontal, que se siga desmantelando las estructuras del Estado; mucho menos aún, que se permita al sector privado meter las manos en el sistema de pensiones públicas. Rechazamos cualquier tipo de reformas de un sistema de pensiones que ha sido y es modelo de congruencia en el sostén de la vida humana de los habitantes de este País. Lo contrario, conllevará a una desestabilización de incalculables y perniciosos resultados, para el conjunto de la nación española.
Cabría preguntarse: Cómo ha sido posible, antes de entrar en la Unión Europea, el sostenimiento del nivel de servicios sociales y de empresas gestionadas públicamente, en España, cuando no existía ningún tipo de ayudas provenientes del exterior. De hecho, baste mencionar como ejemplo, el servicio de suministro de luz; mientras era público, el recibo se pagaba cada dos meses, por cierto mucho menos del coste del recibo mensual posterior, una vez privatizada la gestión de dicho suministro.
Con las pensiones, sino impera el sentido de la razón, terminará por pasarse a tener que contratar cada uno su propio sistema de jubilación, pues de lo contrario se terminará muriendo en una esquina. La culpa, es un poco de todos, pero más de los sindicatos mayoritarios, y de los dos partidos mayoritarios, que han venido cediendo ante las presiones “lobbistas” e interesadas del gran capital especulador y de la “corporatocracia” Ver documental (5)
(5) http://www.youtube.com/watch?v=Bkr-paaAYJ8
Europa; podrá definirse, en un futuro inmediato, como el modelo “sin”:
-Sin empresas públicas
-Sin pensiones públicas
-Sin servicios médicos públicos
-Sin educación pública
-Sin asistencia social pública
-Sin respeto a los seres humanos
-Sin redistribución de la riqueza
-Sin mejorar sociales
-Sin…
¡Basta Ya, de tantos Sin…!