Los Malocello. Orígenes históricos del linaje de Lanzarotto, redescubridor de Canarias.
Se alzan palacios, castillos, que se distinguen con escudos de armas, con códices ilustrados, se respira el primer polen mágico del Santo Grial; el dolor de la existencia disminuye con los cantores privados, la premisa lógica del amor cortés y la literatura caballeresca. El mundo se fortalece en un escenario de fuerza y certezas débiles. El Santo Sepulcro hace su llamamiento. Los sarracenos preocupan a Oriente próximo y al mar cerrado del Mediterráneo. Desiderio, último rey de los lombardos, ya está a salvo en el calor de la historia escrita gracias a la sensibilidad de Paolo Diacono. Ciudadanos que con el sello de la historia se mueven de la marca alemana al Ducado de Spoleto y al de Benevento.
Italia es extremadamente lombarda, no faltan los aliados y precisamente se afianzan los lazos con las ramificaciones extremas de los Lombardi. El valor se determinará al instante, una fortaleza bien hecha, un coraje desplegado en los muros o en mar abierto, y he aquí la combinación de los últimos cromosomas lombardos. Entonces, aquí, en la tenue luz de la historia surgen nombres hasta ahora tenues, que son apenas un susurro, precisamente el de Spinola, el de Visconti, el de Malocello. Y serán estas familias las que decretarán políticas y directrices no solo en las regiones en las que se convertirán en señores. En verdad, también influirán en los asuntos “extramuros”, con el Papado, por ejemplo, y con el emperador. Hemos mencionado a los lombardos, pero hay una distancia mayor y, al menos, según Massimiliano Deza, gran evaluador del siglo XVII, incluso propone a Carlo Magno como una célula madre de lo que se creará y que ha sido pasado por alto.
El rigor de Giustiniani y Deza (entre los dos dista poco más de un siglo) resulta, a menudo, emocionante, y la rendición es un fresco más cierto que la verdad, incluso se puede tratar, a menudo, de noticias tomadas de un resumen oral, tal vez escuchadas bajo un pórtico o en una logia.Incluso cuando brotan los informes notariales, parece que todo lo que se dice hasta ahora puede contar, finalmente, con bases sólidas. Son aquellos actores que apoyan la arquitectura: la mano del notario, la presencia de los contratistas, el acto.
Visconti, Spinola, Malocello. ¿Qué se sabe de ellos?, y ¿desde cuándo se ha reflejado su nombre en la historia? Entremos lentamente como supervivientes de una batalla alrededor del año 1000, cuando el humo se desvanece y, entre lamentos, las muecas, la desesperación, la sangre y la angustia ilimitada siguen siendo pedazos de vida.
El documento oficial es el referible al año 952. Hablamos de la época de Otón I, rey de Alemania y emperador de Occidente, que se convirtió en rey de Italia en 952 y se coronó en Pavía después de haber expulsado a Berengario. Queriendo remunerar a sus más valientes capitanes, ensalzó a Guido (Guidone) de los Señores de la Marca, también llamado “El Grande”, al gobierno de la ciudad de Génova. Era hijo de Adolfo y Altena. Adolfo fue el primer conde de la Marca. Al valiente Guido se le asignaron algunos feudos en Lombardía. No es secundario el hecho de que, al final, fue nombrado Vizconde de Liguria, circunstancia confirmada por un Instrumento del obispo Teodolfo, precisamente en aquel mágico año 952. En tal Instrumento, se menciona a Guido con su propio nombre, seguido del título de Vizconde, un título comparable en el futuro al de Virrey. Este título será considerado de por vida. Este Instrumento es claro, accesible y apreciable en su forma original.
Pero en el fatídico año 952 también reaparece, en una obra de Giovanni Cybo Recco, un estudioso que vivió en el siglo XVI y, por lo tanto, resulta ser un segundo hallazgo en comparación con la fuente principal, propia del obispo Teodolfo. La obra de Cybo Recco tiene su ubicación correcta y, concretamente, el Manuscrito de la Universidad de Génova, pág. 15, facc. II. Veamos la historia reconstruida por Cybo-Recco:
«Haec est illa clarissima familia Spinola quae ortum habuisse dicitur a Guidone Vicecomite, ut ex eorum arboribus antiquissimis in pergamena scriptis vidi. Vidique etiam in quodam antiquissimo libro scripto manu Matthaei de Santo Laurentio Notarii, anno 1265, extracto a propriis originalibus instrumentorum, et sententiarum omnium annuorum censuum abbatiae S. Syri ad instantiam Domini Matthaei de Placentia abbatis, ut idem Matthaeus de S. Laurentio testificatus fuit, quod anno noningentesimo quinquagesimo secundo a nativitate Jesu Dei nostri, tempore Teodulphi episcopi genuensis, quo in tempore regnabat Ottonus Italiae Rex, et primo anno sui regni, Episcopus ipse restitui fecit a quodam presbytero Sylvestro quamdam terram vineatam sitam inter ecclesiam Sancti Syri, et castelletum, dicto Abati S. Syri, et in confinia dedit vineam Idonis de Vicecomite usque in castello, signatumque erat, et est dictum instrumentum, sive laudum signatum manu dicti Teodulphi episcopi, sicut Baldi Archipresbyteri, et Iohannis de Cardine diaconi. A quo Idone atque Guidone, Spinulae ipsi dicunt originem trahere, ut in praedictis arboribus scriptum vidi, et a senibus intellexi. Ipsi enim Spinulae ajunt solum super quo jam constructum fuerat castelleti castrum, jure dominii sibi ipsis pertinere, ut ex pubblisis scriptis apparere dicunt. Dicunt etiam ipsum Guidonem plures habuisse filios, et in procopera, quod plures agros possedisse, ex quibus filiis fuere de illis qui vocari se fecerunt de carmendino, quia in haereditatem habuere agrum illum sive burgum vocatum carmendinum; pars autem aliorum filiorum vocati fuerunt maliaucelli, qua de re ignoratur, sed putandum est ab aliquo agnomine capta, ut antiquis temporibus utebatur; pars autem cognomen proprium de vicecomite retinuerunt, inter quos Obertus major natu filius dicti Guidonis, et ut Augustinus Iustinianus in sua Chronica scripsit, quod Obertus ipse anno 997 una cum Indone de Carmandino aedificari fecerunt ecclesiam Sanctae Mariae de Vineis. Ex dicto Oberto, vel potius meo judicio ex filiis suis, successit Belus de Vicecomite, qui ut in praenarratis arboribus vidi, filios duos habuit Guidonem et Obertum primos Spinulos vocatos; et ut idem Augustinus refert, quod nomen Spinulorum successit, quia opulenti erant in valle illa porcifera, et quando amici ad eos et agros suos accedebant, ut semper accepi a patribus nostris, mos genuensibus fuisse, sicut nunc est, ut amici propinquique hinc inde ad alterius domos in perhumanis congressionibus, conviviisque amicabiliter accedebant, et accedunt, ibique blandiendo in conviviis dicebant deprome de hac vel altera segete vini, quod vulgari nostro idiomate dicebant Spinola quella botte ex hac enim consuetudine dicunt, et communis opinio apud omnes hucusque perseveravit familiam ipsam hortum habuisse».
(…) “pars autem aliorum filiorum vocati fuerunt maliaucelli”. Esta frase, aparentemente leve, se impone en el texto de Cybo Recco porque está llena de significados para el estudio que queríamos emprender aquí.
Escenario germánico e italiano: Otón I y Berengario enfrentados. A propósito de Berengario, escuchamos a Deza:
“Entre ellos, se encontraba el más fiero y poderoso, el Marqués Berengario, que sobre los años de nuestra redención, 945, con abusos y con masacres, se volvió tan formidable para el mundo que Ugone, rey de Italia, juzgó necesario confederarse con los Sarracenos para proteger sus Estados de la violencia de un enemigo tan atroz. Sin embargo, prevaleció a la unión de esas fuerzas la injusta suerte de Berengario, el cual locamente orgulloso tomó el nombre de Augusto, y en poco tiempo se hizo el amo de la mayor parte de Italia, como tan injustamente la conquistó, y tan cruelmente la gobernó. Con orgulloso Imperio, y con insaciable sed de oro y de sangre, abandonando las casas y saqueando las iglesias, incluso después de que la victoria siguiera a la Guerra, ingenuamente cruel e implacable tanto con los súbditos como con los enemigos”.
En esta reconstrucción, Deza utiliza principalmente informaciones aprendidas y conservadas por el padre jesuita Gabriele de Aranda en su trabajo sobre la vida del cardenal Agostino Spinola, a saber, Inmortal memoria en la vida, virtudes y hechos heroicos del Eminentísimo Señor Cardenal D. Agustin Spinola, que murió Arzobispo de Sevilla. Por otra parte, Deza no tiene dudas acerca de la creencia consolidada de que el anteriormente mencionado Guido Visconte es el progenitor de muchas y muy importantes familias de Génova. Para atestiguarlo, Deza se atiene a la uniformidad de las convicciones de los historiadores que indagan en los asuntos genoveses, todos de acuerdo en creer que Guido es el progenitor de tantos nobles linajes. La base de su progreso es también el documento del obispo Teobaldo de 952, en el cual, como ya hemos visto, es nombrado con su propio nombre acompañado del título de Vizconde. Pero hay más: su tesis se basa en una ya definitiva e incuestionable huella de un magistrado hacia finales del siglo XVI:
“…Porque en 1596, surgida la controversia por algunas de las dispensaciones de los Spinola en cuanto a la Casa y al Banco de San Giorgio, en riguroso Juicio fue donde el magistrado reconoció el Árbol genealógico de dicha Familia, con el Origen del mismo Guido Visconte, y después de un examen largo y diligente en todas sus partes aprobadas. De todo esto resulta que ya durante ocho siglos esta familia disfrutó en su tierra natal, no solo el carácter de nobleza, sino con posesiones enormes los primeros y supremos Grados de la República” (…)
Los resultados de ese conflicto bipartidista nos los procura siempre Deza: “Disponiendo Otón de los asuntos de Italia, cambió los registros del gobierno y, sin considerar los privilegios genoveses, confirmados no mucho antes por el propio Berengario, que deseaba recompensar a sus más dignos capitanes, elevó al gobierno de esa ciudad a Guido, Señor de la Marca, compañero fiel y ferviente promotor de esa sociedad; y más allá de los feudos, que le asignó en Lombardía, declarado vizconde de Liguria, Dignidad atribuida nuevamente a los Conti, ya constituida por Carlo Magno, y durante el transcurso de cien años continuó bajo el mismo nombre”.
El antepasado Guido emerge del magma de la historia, aunque sus acciones solo se pueden registrar como leves, tal vez ni siquiera a la sombra. Si esto es cierto, es igualmente cierto que nadie puede dudar ahora de que es el progenitor de aquellos que se convertirán en las familias más importantes e influyentes de la Época, cuyas huellas aún son visibles en el escenario actual. Por consiguiente, fueron las pruebas de su investidura como patriarca/fundador. La opinión de los historiadores es unánime al considerarlo así y, además, su nombre aparece con el título de Vizconde en el famoso Instrumento del Obispo Teobaldo del año 952, un documento ya mencionado.
El Carmeno en Val Polcevera. Feudo, lugar seguro, “Buen retiro” para los hermanos Oberto y Guido, respectivamente, primero y segundo hijo de Ido (Guidone) ya identificados en ese momento, reconocidos como jefes de Visconti. Momento diferente para los otros cinco hermanos menores que “dejando el lugar de Carmeno, con sus familias, se mudaron a Génova”. Según la clara opinión de Deza, estos cinco hermanos le regalaron mucho brillo y esplendor a la ciudad de Génova.
Es natural que tanto derroche (arquitecturas, nuevas ondulaciones de mármol, casi a un paso del cielo, el último momento decisivo para un nuevo aspecto de la ciudad) viniera acompañado por la sonrisa de sabios y humildes, de eruditos y de todo pelaje del mundo, siempre agitada contra alguien y algo. De manera más general, lo que surgió durante la vida de estos personajes en Génova fue la disposición del alma hacia los demás, un sentimiento que tuvo como respuesta el afecto y un aliento protector. En este sentido, las multitudes sintieron el solemne peso de un destino sobre ellas. Evidentemente, entre las nuevas arquitecturas, el semblante cambiado de palacios y callejones y la nueva estructura de gobierno, la vida parecía tener un ritmo más humano. Frente al mar: las infinitas trayectorias hacia lo desconocido.
Hasta aquí, el apoyo de Deza, no solo histórico sino también moral. En este punto, es casi nuestra obligación tener que recordar que los lugares mencionados anteriormente no son más que el escenario, el lienzo original y seguro, el tapiz siempre intacto para los estudiosos empedernidos, de paso fiel a lo largo de los siglos de la rama de la familia Malocello.
El hijo de Guidone (el tercero de los siete hijos) fue Adolfo, con quien comienza el linaje Malocello. ¿Qué sabemos de él? Desde la primera residencia en suelo italiano (el castillo de estilo normando del lugar de Carmeno, construido por el progenitor; es decir, su padre Guidone), se mudó a la vez a Génova, donde todo idealismo noble podía llevarse a cabo, vinculado también a la vida pública de esa ciudad. Excluyendo al primogénito Oberto y, probablemente, también al segundo, Guido, sus otros cuatro hermanos, es decir, Corrado (quien tomó el apellido Guisolfo), Odoardo y Everardo, que mantuvieron el nombre de Visconti y, finalmente, Guglielmo, fundador de la famosa familia Embriachi, se mudaron con Adolfo a Génova. Siguiendo siempre la ruta de Deza, nos enteramos de que estos cinco hermanos, cada uno fundador de una familia, aportaron gran brillo y esplendor a la ciudad de Génova. Los vemos aparecer uno al lado del otro (más que como hermanos), entre los muros, palacios y callejones de Génova, en calidad de Cónsules. Y se habla de tres de los cuatro cónsules que aparecen en 1102 bajo tres apellidos diferentes de Embriachi, Spinoli y Carmandini. Concretamente, hablamos de Guglielmo Embriaco, de Guido Spinola e Ido de Carmandino.
IDO VISCONTE (GUIDONE)
1) OBERTO VISCONTE (dos hijos, BELO y BENEONORATO. Nacerán dos hijos de BELO, GUIDO y OBERTO SPINOLA)
2) GUIDO VISCONTE-CARMANDINO
3) ADOLFO MALOCELLO
4) CORRADO GUISOLFO (o GHISOLFO)
5) ODOARDO VISCONTE
6) EVERARDO VISCONTE
7) GUGLIELMO EMBRIACO
Ahora mencionamos a aquellos autores de los siglos XVII y XVIII que se han enfrentado al Tiempo y a la Historia recopilando fragmentos, minutas, noticias escasas, y aferrándose a la tradición oral que nunca se agota. Las premisas sobre Malocello difieren entre los distintos autores. Este es el caso, por ejemplo, de Federico Federici, que en su trabajo Escrutinio de la Nobleza Ligústica del año 1640, afirma: “Aunque hay opiniones de que los Malocelli descienden de uno de los hijos de Belo Visconte en estos consortes junto con los Carmadini y los Spinoli, yo, constante en vuestras opiniones, dejaré las conjeturas y me basaré en lo indudable y seguro, y en las máximas de que, desde el inicio de las informaciones, han sido los Malocello enemigos de los Spinoli y de las facciones contrarias como principales entre los güelfos, lo que creo que es una falta de identidad; todo lo cual me remito a la verdad”.
Por su parte, Agostino Della Cella en su obra manuscrita titulada Familias de Génova antiguas y modernas, extintas y vivas, nobles y populares afirma que “Malocelli, o Marocelli, como son comúnmente denominados, son nobles y muy antiguos ciudadanos genoveses de excelente nobleza, teniendo uniones comunes con la noble familia de los Spinola, como señala Recco, diciendo que, en el año 952 había en Génova un tal Fedone o Guidone Visconte que tenía muchas posesiones en Polcevera y también muchos hijos a los que distribuía tales posesiones al fallecer, del cual, algunos de ellos, tomaron el nombre como hemos comentado; estamos hablando de Comandino. Otros se hicieron llamar Malucelli, no se sabe bien por qué, aunque hay opiniones de que es lo que sucedió con algún apodo que ya se usaba en tiempos antiguos. Otros consideraron el apellido de Visconte y otros asumieron el apellido Spinola del padre”.
Por ultimo, el fraile Giacomo Giscardi en su obra manuscrita llamada Origen y esplendor de las familias nobles de Génova (1774) da como resultado una narración más clara y precisa señalando a Malocello, o Malocelli, como “ciudadanos genoveses nobles y antiguos descendientes de Adolfo, tercer hijo de Guido Visconte, de donde descendió la Familia Spinola, ya que Adolfo quería llamarse Malocello para distinguirse de sus otros hermanos, de donde descendieron otras familias distintas, tal y como se lee en los propios lugares de esta obra”.
La confirmación de la importancia de los Malocello en la historia, ya consagrada en los anales genoveses a partir del año mil y durante al menos los tres siglos siguientes, la dará en todo caso el viaje en mar abierto de Lanzarotto en 1312, culminando en el redescubrimiento de las míticas "Islas Afortunadas", que marcaron el inicio de la historia moderna del Archipiélago Canario y esbozaron el concepto del "Nuevo Mundo".
*Presidente del Comité Internacional para las Celebraciones del VII Centenario del redescubrimiento de Lanzarote y Canarias por el navegante italiano Lanzarotto Malocello.
* Presidente de la Sociedad Dante Alighieri-Comité de Canarias