“El mercado negro de las citas”
No hay nada más mezquino que negociar con la miseria, la desesperación de las personas. Con la pretensión de optimizar las relaciones entre la Administración pública y los ciudadanos, se han acondicionado diferentes espacios telemáticos de atención ciudadana.
Para muchas personas supone una gran obstáculo (carencias formativas, insuficiencia de medios...) comunicarse con los servicios públicos a través de estos canales telemáticos, viéndose obligadas a depender de terceros para presentar una simple solicitud o llevar a cabo con solvencia rutinarios trámites.
Pero lo más sangrante es cuando la exclusión de la tecnología (especialmente significativo en personas con algunas discapacidades) no se produce porque los ciudadanos tengan dificultades que les impidan hacer un uso correcto de la tecnología, sino porque la tecnología está diseñada de forma excluyente.
Por ello, los avances tecnológicos no pueden contribuir a construir nuevas situaciones de vulnerabilidad. Al contrario, deben garantizar derechos esenciales que asisten a los ciudadanos.
Pero ¿qué pasa cuando la Administración pública pierde el control de la plataforma informática que ha habilitado para gran parte de las citas telemáticas vinculadas a procedimientos de extranjería?
Pues que se consolida un mercado negro que se aprovecha de la necesidad de las personas afectadas por estas situaciones. Mercado negro, que encuentra su alimento en la reventa de las citas que se articula a través de internet, locutorios, grupos de WhatsApp, redes sociales, etc. Sin embargo, lejos de retroceder está preocupante situación se extiende hacia otros horizontes públicos (empleo, registros, tráfico...), replicando el modelo sin que atisbos de cambio.
La presencialidad en la atención no puede estar abocada a la extinción. Es imprescindible asegurarla para no generar desafectos y desarraigos perjudiciales en la labor de los servicios públicos. Sin el contacto directo y la piel los servicios derivan en unidades tramitadores deshumanizadas y despojadas de su naturaleza.
Estamos en plena campaña electoral. Todos los partidos predican las necesidades de inclusión social. Nos hablan de mejorar la gestión y las entrañas organizativas de las administraciones. A ver si reflexionan sobre esta cuestión…En la futura Administración que plantean, ¿los sistemas informáticos, los chat de inteligencia artificial podrán sustituir a los trabajadores?