La tan necesaria Soberanía Alimentaria de Canarias

RAMÓN MORENO CASTILLA

Cómo yo creo en los astros, como mis antepasados guanches, la Astrología me apasiona. No desde el punto de vista esotérico, sino desde un plano científico; lo que me  permitió descubrir hace tiempo que mi horóscopo es Aries, y mi planeta regente Marte, el Dios de la guerra...

Ello ha marcado mi ADN y por eso soy un luchador nato y una persona inaccesible al desaliento; que se crece ante las dificultades, y que lejos de amilanarse ante la adversidad se crece y se vuelve más fuerte y resistente aún.

Por ello, y si Dios, Alá, la Divina Providencia, el Destino o lo que sea quieren que salga indemne de esta pandemia del Covid 19; yo, que soy un hombre de convicciones profundas, seguiré luchando hasta que me quedé un halo de vida, por erradicar de nuestra tierra canaria esa otra pandemia anterior que nos afecta  gravemente en todos los sentidos desde hace siglos: el "coloniavirus". Y cuya única vacuna, ya experimentada eficazmente en los cinco continentes es la descolonización.

La única forma que han tenido los territorios colonizados como Canarias, para zafarse del opresor yugo colonial, caso de los 55 Estados que conforman la actual Unión Africana(UA), cuya mayoría fueron colonias europeas como consecuencia del Tratado de Berlín de 1884 para la repartición de África.

Pero es el pueblo canario en su conjunto, quien debe tomar conciencia de la gravísima situación por la que atraviesa, e imbuirse de la autoestima y la dignidad que hasta aquí han brillado por su ausencia, quién se auto administre individualmente la correspondiente dosis anti virus por su propia supervivencia.

Y que no se preocupe de la manida frase "de qué vamos a vivir?", que Canarias tiene recursos de sobra para su futuro desarrollo y bienestar. Podemos ser, reitero, la Singapur de África y la Noruega del Atlántico. Otra cosa es que hayamos estado gobernados a 2.000 Km de distancia, y sin poder de decisión sobre nuestros propios asuntos. Y un ejemplo palmario, es el llamado Parlamento de Canarias cuyas decisiones no son vinculantes. O el servil, pusilánime y timorato Gobierno autonómico (que no autónomo) supeditado a los dictados de Madrid.

Aquí hay que reinventarse, insisto, porque nada en absoluto va a ser como antes. Ya no podremos vivir solo y exclusivamente del turismo, y hay que volver al campo. Tenemos que conseguí, si o si, la tan necesaria e imprescindible "soberanía  alimentaria", tantos años demandada por mi, que establece la FAO, (de la que nadie se ha percatado antes) y dejar de ser un encorsetado mercado cautivo donde todo se importa, lo que ha agravado nuestra suicida dependencia del exterior.

Sin contar que a causa del embaucador "esplendor turístico" la mayoría de nuestra población rural abandonó el campo para convertirse en una denigrante y explotada población de servicios.

Debemos hacernos a la idea de que las famosas subvenciones europeas han sido un auténtico caramelo envenenado; y apostar decididamente por una economía productiva y no especulativa y extractiva como hasta ahora.

Los canarios deben sentirse orgullosos de labrar la tierra y producir productos hortofruticolas para el mercado local; al igual que los ganaderos tan necesarios para abastecer al resto de canarios de carne, leche y productos derivados. Y no olvidamos al sector pesquero al que ya no tendrían que irmponerle  ninguna cuota de atún rojo, por ejemplo, ya que estarían pescando legítimamente en sus aguas que comprenderian también parte del banco de pesca canario-sahariano, caladero histórico de los pescadores canarios.

Otro de nuestros fantásticos activos realizables, hasta ahora inmovilizados debido a nuestro impuesto status colonial, es nuestra inigualable y envidiable "renta de situación"; con un Archipiélago a caballo entre África, Europa y América.

Pero de este insoslayable asunto tratamos otro día...