San Ginés condenado por Stratus
Pedro M. San Ginés Gutiérrez
Pedro M. San Ginés Gutiérrez Desde La Voz de Lanzarote y Radio Lanzarote siguen confundiendo sus deseos con la realidad y esta es la noticia que les habría gustado publicar. De hecho es eso, o al menos "principal imputado en el caso Stratus", lo que podría parecer a quienes hayan seguido a través de estos medios el juicio que se celebró la pasada semana sobre esta bodega.
Lo cierto es que tenía alguna esperanza en que el señor fiscal me aclarase qué hacía yo, citado por él como testigo en el caso de una bodega autorizada, construida e inaugurada mucho antes de acceder a la Presidencia del Cabildo de Lanzarote, en lugar de citar a los presidentes que estuvieron al frente de la institución en esos años. Pero mi gozo en un pozo porque ninguna de las preguntas que me hizo -a mi juicio- guardaban relación alguna con lo juzgado. Esto es, un supuesto tráfico de influencias que, en cualquier caso, habría sido ejercido sobre otros cargos públicos. Ni siquiera tenía que ver la foto que me mostró el fiscal para que me identificase en ella en la bodega Stratus, cosa que no entendí, si bien me quedó meridianamente claro que la cosa iba de fotos.
Casi todas las preguntas formuladas rondaban en torno a unos supuestos "contra informes" que pedí sobre un informe pericial y lo extraordinario que resultaba que yo advirtiese la falta de validación de dicho informe.
Al respecto tengo que aclarar lo siguiente:
1º Que lo extraordinario, por inédito, fue que el juzgado en lugar de pedir un informe pericial por colaboración al Cabildo, lo hiciera designando a la persona en concreto de la corporación que debía hacerlo, según tengo entendido a instancias del propio fiscal, cosa que perdí la oportunidad de expresar y aclarar en mi declaración.
2º Yo no pedí ningún "contra informe", lo que solicité fue hasta cuatro informes al respecto de aquél, alertado porque en dicha pericial, por un lado, se llegaba a sugerir -antes de la anulación del Plan de La Geria- la no aplicación de la norma que venían aplicando la totalidad de letrados de la institución en todos los actos administrativos del Cabildo y, por otro, negaba incluso la capacidad legal del Plan de La Geria siquiera para establecer equipamientos estructurantes por encima del PIOT (bodegas), lo cual era y es, a juicio de tres de los cuatro informes solicitados y de todos los letrados con los que he consultado, simplemente absurdo.
Por cierto que el Plan de la Geria no se anuló por esa razón, ni cosa que se le parezca, como han tratado de hacer ver los referidos medios. Tal es así, que el nuevo plan, obviamente también contemplará las bodegas aunque éstas no estén previstas en el PIOT.
4 La prueba palmaria de que se pidieron simplemente informes y no "contra informes" es que uno de ellos fue ampliamente coincidente con el peritaje. Concretamente, el del hasta entonces responsable de la Oficina del Plan Insular de Ordenación del Territorio, ambos testigos también del fiscal en este caso.
Cierto es que mientras en ese informe de contraste ambos coinciden en que el Plan Especial de la Geria no tiene capacidad legal para establecer bodegas, en un informe anterior sobre otra bodega también en los juzgados, por contra, afirmó que “ el uso de bodega industrial, sería compatible... por estar expresamente recogido en el plan” , siendo esta una de las diversas razones por las que se produjo la pérdida de confianza y posterior cese del técnico por decisión política, en un cargo para el que fue igualmente designado en su día por decisión política y no concurso-oposición.
Los referidos medios seguirán con su perreta de darme -a mí que soy un simple e inexplicable testigo- el tratamiento de imputado principal en el caso Stratus y la peor de las desgracias para Lanzarote, mientras vetan mi presencia en sus espacios informativos porque les resulta muy cómodo no dar ni el derecho de réplica en lo que debería ser un ejercicio de pluralidad y ética periodística.
Pero yo seguiré trabajando junto al equipo de gobierno del Cabildo tratando de dar respuestas a los problemas de la isla, como así han entendido hasta hoy una buena parte de los lanzaroteños, a pesar de esa manía persecutoria y enfermiza. Debe ser porque mis paisanos sordos no serán en su mayoría, pero tontos tampoco.