REPSOL provoca un nuevo derrame de petroleo tras la explosión de un pozo en Alaska
A primera hora de la mañana de hoy se ha registrado un nuevo vertido de petróleo tras un escape de uno de los tres pozos operados por Repsol en el Delta del río Colville, en North Slope, Alaska (EEUU). Según informa la agencia Reuters, el accidente ha sobrevenido tras la ruptura de una conducción de crudo por causas aún desconocidas, provocando un derrame de al menos 25.000 litros de crudo al medio natural que, en este espacio, está representado por la denominada Tundra. Repsol ha tenido que interrumpir las operaciones en el área de explotación.
A primera hora de la mañana de hoy se ha registrado un nuevo vertido de petróleo tras un escape de uno de los tres pozos operados por Repsol en el Delta del río Colville, en North Slope, Alaska (EEUU). Según informa la agencia Reuters, el accidente ha sobrevenido tras la ruptura de una conducción de crudo por causas aún desconocidas, provocando un derrame de al menos 25.000 litros de crudo al medio natural que, en este espacio, está representado por la denominada Tundra. Repsol ha tenido que interrumpir las operaciones en el área de explotación.
No es la primera vez que Repsol provoca un vertido en este territorio norteamericano; el pasado mes de febrero de 2012, la compañía multinacional se vio obligada a abandonar dos pozos a causa de un derrame de más de 15.000 toneladas de crudo tras registrarse una explosión inducida por una fuga de gas en la instalación. El Cabildo de Lanzarote considera que estos vertidos de petróleo al medio natural demuestran de forma sistemática y con hechos reales que la tecnología y las medidas de seguridad de la industria petrolífera en general, y de Repsol en particular, no garantizan en modo alguno ni en ningún lugar la seguridad de las operaciones y la exención de riesgos y de derrames.
En este caso, es relevante incidir en que los vertidos de Repsol en Alaska se han producido sobre un espacio terrestre, sin ningún tipo de presión ambiental o de dificultad de acceso a los puntos de fuga, mientras que, en Canarias, las perforaciones se pretenden realizar a más de 3.500 metros de profundidad superando en algún caso los 6.000 metros; cualquier ruptura o fuga a esas profundidades podría tener consecuencias gravísimas para las Islas Canarias y el Océano que las circunda.
La compañía Repsol y el Ministerio de Industria vienen afirmando, a través de una intensa campaña propagandística, tendenciosa y basada en hechos supuestos y no reales, que las operaciones de explotación en Canarias son seguras, algo completamente incierto y del todo imprudente en tanto en cuanto los efectos sobre el turismo y sobre el medio natural de las islas pueden resultar muy dañinos e incluso catastróficos.
El Cabildo de Lanzarote recuerda que este accidente es el segundo que se registra en Alaska en lo que va de año, tras encallar a comienzos de enero en la isla de Kodiak la plataforma petrolífera de última generación denominada Kulluk, operada por la compañía Shell. Por su parte, Repsol ha registrado en el presente año al menos tres vertidos conocidos, uno en Tarragona que fue descubierto por las autoridades catalanas dos meses después de producirse, otro en la costa pacífica de Perú en febrero, y el presente vertido de Alaska en la mañana de hoy.
También conviene mencionar que la propia compañía ha reconocido en sus instalaciones cerca de 7.000 derrames de productos hidrocarburos entre los años 2006 y 2010, y entre ellos al menos una docena en las aguas mediterráneas de Tarragona, donde opera desde hace más de 30 años con la plataforma Casablanca.
El Grupo de Gobierno del Cabildo de Lanzarote considera, una vez más, que este derrame de petróleo al medio ambiente sólo confirma que ninguna tecnología actual ni ninguna empresa puede garantizar seguridad en operaciones de esta envergadura industrial y, si no hay seguridad, sí hay incertidumbre, amenazas y enorme y justificada preocupación. No es posible vivir en un permanente estado de alerta, atentos a futuros derrames que se acerquen a la costa, y analizando si las medidas de contención disponibles impedirán en alguna forma el desastre. El Cabildo de Lanzarote se dirige a Repsol y al Gobierno de España para pedirles “sentido común y de la responsabilidad, y que suspendan definitivamente este campo petrolífero que nos imponen frente a las Islas”.