En Memoria de Roberto Pérez Toledo, aquel niño de Titerroy...
Cuando en el año 2004 le propuse a Roberto Pérez Toledo que pregonara las Fiestas Patronales de San José Obrero de nuestro barrio de Titerroy, recién había cumplido 26 años. Ya entonces se adivinaba que iba a ser el gran cineasta que luego ha sido. Cuando le hice la propuesta me sorprendió al decirme que iba a hacer algo para mi insólito: su pregón iba a ser con un audiovisual.
El viernes 23 de abril de 2004, con el modesto salón de actos del Colegio Benito Méndez Tarajano, de nuestro barrio de Titerroy, lleno a rebozar y con la presencia de la alcaldesa de Arrecife, María Isabel Déniz, Roberto nos presentó su obra, su pregón: un relato a modo de cine mudo de su barrio, su “refugio”, como lo llamó. Sus padres, abuelos y hermana; su Colegio, sus vecinos, nuestras calles; los árboles pelados, sin hojas, de la calle Alcalde Lorenzo Cabrera, por obras de jardinería del Ayuntamiento; la Plaza, el Kiosco, las calles muy bien ordenadas como las construyera el alcalde Don Ginés de la Hoz… Y mudo quedó el salón del Benito Méndez mientras veía aquel audiovisual de seis minutos y nueve segundos del joven Roberto Pérez Toledo.
- Sus limitaciones nunca le impidieron volar
Roberto, el hijo de Pedro el Moro y de Carmita, la hija de Pedro Toledo y Nena Rodríguez, de la calle Fray Mendo de Viedma, a apenas unos metros del Colegio Sanjurjo Maneje.
Para Roberto, sus limitaciones de movilidad física nunca fueron impedimento para volar, y volando, con el siempre decidido apoyo de sus humildes padres, se formó en la Universidad pontificia de Salamanca licenciándose en Comunicación Audiovisual.
Luego, se quedó en Madrid para ser director y luego también guionista de cine. De último, también director de teatro. Y allí, con tesón, pasito a pasito, fue haciéndose un puesto importante en el cine español.
En 2010, cuando yo era concejal de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife, inició el proyecto de su primer largometraje: “Seis puntos sobre Emma”, que estrenó en 2012. Sin dudarlo, gustosamente, desde la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife contribuimos con una modesta aportación económica a su proyecto.
Desde entonces, en los últimos 10 años, Roberto Pérez Toledo, aquel niño de Titerroy que acudía al colegio con muletas y que más tarde se vio obligado a moverse en silla de ruedas, se fue convirtiendo en un importante del cine español.
Hoy, lamentablemente, cuando aún no había cumplido los 44 años se nos ha ido y nos ha dejado a todos muy tristes.
¡DESCANSA EN PAZ, ROBERTO!