Liberadas 11 mujeres obligadas a ejercer la prostitución en Lanzarote
La Guardia Civil, en el marco de la operación Guacatal, ha desarticulado una organización criminal internacional dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual tras liberar a 11 víctimas que estaban en una vivienda de Lanzarote, donde eran obligadas a ejercer la prostitución.
Esto ha permitido la detención de siete personas por presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales.
- Desde Cali, Getafe y Elche para ser explotadas en Arrecife
La investigación policial, que ha tenido un año de duración, la ha llevado a cabo la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y con ella ha podido corroborar la existencia de esta organización criminal basada en una sólida jerarquía y con un claro reparto de roles perfectamente definidos en cuanto a la captación, traslado y explotación final de las víctimas, con disposición geográfica en ciudades como Cali (Colombia), Getafe (Madrid), Elche (Alicante) y Arrecife (Lanzarote), como lugar último de explotación.
Esto llevó a emitir varias órdenes europeas de investigación para ampliar más información relacionada principalmente con las fases de captación y traslado de víctimas procedentes de países extranjeros, así como realizó entradas y registros en las localidades de Getafe, Elche y Arrecife, donde se intervino un arma corta, sustancias estupefacientes, diversa documentación que incrimina a la organización criminal con la explotación sexual de las víctimas y dos vehículos de alta gama utilizados para los traslados de las mismas.
La investigación permitió conocer a los agentes que la organización criminal captaba a la mayoría de sus víctimas en Colombia, mediante engaño, y beneficiándose de su situación de vulnerabilidad, les ofrecían falsas esperanzas de futuro en España.
En un principio, la organización sufragaba todos los gastos y trámites necesarios para que las víctimas, captadas tanto en el extranjero como algunas también en España, fuesen trasladadas con seguridad al domicilio de explotación sexual en la isla de Lanzarote.
Aunque previamente las víctimas eran aleccionadas en cuanto a los argumentos a utilizar ante posibles controles policiales, valiéndose para ello de cartas de invitación de diferentes países, proporcionadas por la propia organización.
Si bien, una vez en el destino, y bajo las órdenes directas de los tratantes, retiraban a las víctimas los pasaportes y les obligaban a firmar diferentes contratos en concepto de alquiler de habitaciones compartidas para eludir cualquier inspección policial en la residencia de explotación.
- Obligadas a mantener relaciones sexuales las 24 horas del día
Asimismo las mujeres eran coaccionadas bajo el pretexto de haber contraído una deuda con la organización al haberlas traído a España, lo que tenían que saldar con grandes intereses mediante la prestación de servicios sexuales
A ello se unía que las víctimas no disponían de libertad de movimiento y eran obligadas a estar en disposición de mantener relaciones sexuales las 24 horas del día, incluso encontrándose en mal estado de salud, ya que de no cumplir con las condiciones impuestas por la organización criminal, eran sancionadas con una elevada suma de dinero. De esta forma, aumentaba la deuda adquirida con sus tratantes.
Las víctimas, además, estaban controladas constantemente por un amplio sistema de cámaras de video vigilancia y eran obligadas a consumir cualquier tipo de sustancia estupefaciente si el cliente así lo solicitaba, manteniendo un "control absoluto sobre las mismas".
También eran sometidas a distintos reportajes fotográficos para ser anunciadas en diferentes páginas web en los que se ofrecen servicios sexuales.
La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción Número 2 de Arrecife y llevada a cabo por el Equipo contra el Crimen Organizado con sede en Canarias y la Sección de Trata de Seres Humanos, ambos pertenecientes a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.