LAMENTABLE CAMPAÑA PROPAGANDÍSTICA DEL GOBIERNO PARA ENMASCARAR LAS DEFICIENCIAS EN LA SANIDAD PÚBLICA

Hospital Doctor José Molina Orosa

Caty Darias. Coordinadora de la Federación Nacional de Salud de Intersindical Canaria. 

Secretariado Nacional de Salud Intersindical Canaria:

         Lejos de plantear soluciones a las necesidades reales de asistencia sanitaria de la ciudadanía canaria, como pueden ser la lucha contra las temibles listas de espera quirúrgicas, para pruebas diagnósticas, especialidades, el colapso de la Atención Primaria o los Servicios de Urgencias, a través principalmente de la dotación de recursos y la mejora en la gestión, diariamente, un desfile de autoridades del Gobierno de Canarias (CC y PP), su Servicio Canario de Salud y Cabildos, alardean, a través de continuos actos y declaraciones públicas, de lo “óptima que está siendo su gestión al frente de la sanidad”.

         En estos actos, principalmente extemporáneas inauguraciones de diferentes Servicios a lo largo del País Canario, o que no van a tener por ahora misión alguna, aparecen envueltos los protagonistas de una suerte de coreografía, con el presidente Clavijo y la actual consejera sanitaria como diva. Ello, nada acorde con la situación anímica y de salud global de los pacientes y trabajadores que presencian perplejos tales espectáculos. La realidad es otra. La dinámica de este gobierno y su consejería de Sanidad, pasa por no poner a disposición los recursos económicos necesarios, ni más personal, ni mejores infraestructuras y tampoco existe voluntad política para aliviar el atasco al que está sometida la sanidad pública.

         Sirvan como ejemplo las denuncias de los trabajadores y usuarios en centros como el Materno Insular, donde el Servicio de Mantenimiento se trasladó en el mes de abril a un edificio de obra nueva recepcionada con múltiples deficiencias, sin plan de prevención de riesgos, para iniciar las obras de Pediatría, o situaciones como la que se está viviendo en las Lavanderías Públicas de Tenerife y Lanzarote, o la situación de la Cocina y otros servicios del Hospital La Candelaria con unas nuevas dependencias de Urgencias terminadas hace más de un año y sin inaugurar, en este caso por no encontrar un momento preciso donde la ausencia del colapso permita la estética del acto, o el esperpéntico acto de inauguración del área de Psiquiatría de las urgencias del HUC que, por ahora, no serán utilizadas por el estado global del Servicio y la falta de personal.

         Esto, y datos como que Canarias tiene la población más enferma, las mayores listas de espera y la menor esperanza de vida del conjunto del estado, tiene su origen, junto con otras cuestiones de índole socioeconómica, en el hecho de haber carecido históricamente de un gobierno leal con los servicios sanitarios públicos y entregado al clientelismo del negocio de la sanidad privada, convirtiendo un derecho fundamental de la ciudadanía en el escaparate político y personal, lo que supone una grave temeridad por parte del Gobierno de Canarias y su Consejería de Sanidad.

- Mientras crecen las reclamaciones, el SCS habla de alta satisfacción de los pacientes

         En otro orden de cosas y para continuar con la fantasía gubernamental, los “notables” en la valoración de las encuestas de satisfacción que la Consejería afirma dan los pacientes hospitalizados a los diferentes centros sanitarios, no resultan ni fiables ni objetivos, siendo desmentido con un incremento brutal del número de reclamaciones que plantean los usuarios de la sanidad pública. Así, como dato contrastado, son miles las reclamaciones presentadas por los usuarios en solo uno de esos hospitales durante el año 2023, una información ésta que exigimos a la Consejera haga pública de forma detallada con el número de reclamaciones en cada uno de los hospitales y zonas de salud de las siete islas.

        Desde Intersindical Canaria entendemos como imprescindible un cambio de rumbo radical en la errática y desprofesionalizada gestión sanitaria que aplica el gobierno de Canarias (en manos de CC y PP), y que sin tanto “bombo y platillo” se dote de los recursos humanos suficientes y de las infraestructuras y equipamientos para dar atención personalizada y dirigida a las necesidades reales de la población.