Se fue el gran amigo, maestro y Patriota, Julio Blancas
Aún guardo en mis recuerdos adolescentes (como en muchos de mi generación), el brusco "despertar" a la realidad colonial canaria. Y como el siempre incansable Julio, desafiando el sistema imperante entonces, me llenaba la cabeza (a mí y a otros más) de historias hasta entonces ocultas y clandestinas, y por tanto desconocidas para nosotros: las atrocidades de la Conquista castellana con sus matanzas y ventas de esclavos; la represión eclesial y colonial que durante siglos nos hizo perder una gran parte de nuestra primera cultura (tan sólo nos enseñaban la lista de los reyes godos y los ríos de España); y las posibilidades de futuro que se le presentaban a un Archipiélago que en aquel entonces estaba envuelto en la mayor de las miserias... ¡Historias de las que nosotros, la gran masa, no habíamos oído hablar!
Con el tiempo aquella generación fue madurando. Y cada uno desempeñó su oficio. A mi me tocó trabajar en los medios de comunicación (televisión, prensa y radio), con total libertad para tocar aquellos temas hasta hacía poco tiempo "tabúes", como el entonces latente independentismo en Canarias. Eran los tiempos de la transformación del mítico y perseguido PRAIC en el legalizado FREPIC, siempre bajo la batuta de su histórico secretario general, Francisco Javier González.
Uno de los "hombres fuertes" del FREPIC era Julio Blancas, conocido por su tesón, erudición y mecenazgo. Manolo González (intelectual recientemente fallecido), Vicente Torres y muchos jóvenes de la época, aprendimos con él, no sólo la Historia oculta de Canarias, sino también todo lo relativo a nuestra cultura a nivel internacional. En mi caso, le aseguro a los lectores, que un centenar largo de los libros que forman parte de mi extensa biblioteca, fueron regalados por el propio Julio. Centrándose dichas obras mayormente en la realidad Amazigh de nuestro continente africano.
- La Verdad de Lanzarote
Podría extenderme contando vivencias políticas y sociales de Julio, pero no. Tan sólo voy a rememorar 3 anécdotas que muestran la clase de persona que era, tanto a nivel cultural como humanitario.
La primera anécdota es del año 2012. Época mala anímica y económicamente para éste que escribe. Se celebraba la Asamblea Mundial Amazigh en Rabat, y el propio Julio se empeñó en que fuera. Y ante mi falta de medios, corrió con todos los gastos: pasajes, estancia, comidas y demás... Con nosotros viajó el compañero Manolo Curbelo (hoy también fallecido). Y en esa aventura intensa y emocionante conocí personalmente un mundo del que apenas había oído hablar.
Fue en el pequeño hotel donde nos alojábamos, que conocí a destacadas figuras del Mundo Amazigh: representantes de la Kabilya (Argelia), guerrilleros del Azawad (que acababan de realizar la Rebelión Tuareg en Mali), nativos de Djerba (Túnez), vecinos del movimiento en el Atlas (Marruecos) y otros tantos procedentes de Libia y Mauritania... Más aún, fuimos testigos día tras día, de las sesiones de la Asamblea celebradas en el Teatro de Rabat, donde le entregaron una mención al grupo "Solidaridad Canaria" por su contribución a la preservación de la Cultura Amazigh. Y participamos en la cena ofrecida a todas aquellas delegaciones internacionales.
Aún recuerdo aquellos paseos guiados por el propio Julio Blancas (profundo conocedor del país vecino), al Mausoleo de Mohamed V; el extenso, concurrido y a veces muy estrecho Mercado; la Avenida principal; la residencia de Mohamed VI; el Museo. Y cuando comimos el tradicional cuscús... Como digo, días intensos y a la vez fructíferos a nivel cultural, siempre con la puntual disertación de tan añorado anfitrión ante cada lugar que visitábamos. Y no podían faltar las anécdotas, como aquella vez en que el propio Julio junto con el también desaparecido Manolo González, se vieron obligados a comer Harira (sopa tradicional de verduras), en un momento de debilidad económica.
La segunda anécdota ocurrió en 2013. Ya llevaba tiempo intentando crear un periódico digital. Y como continuaba con mi crisis monetaria, acudí a Julio. Él no lo pensó un instante. Acudió a un cajero y sacó el embrión económico de lo que sería LA VERDAD DE LANZAROTE. O sea, que el responsable de que este humilde diario digital haya cumplido hoy 7 años de vida, fue el propio Julio Blancas.
Finalmente debo destacar la labor de mecenas del amigo Julio. Constantemente me llamaba para que llevara todos y cada uno de los libros por mí publicados, a determinadas librerías. Y vigilaba cuando veía que se agotaban en las estanterías, para seguidamente avisarme que los repusiera... Aunque se de buena fuente que muchas veces los compraba él, para luego regalarlos a otros compañeros. Nunca pude agradecerle tanto altruismo.
Por ello con retraso (pero nunca tarde) expreso mi sentido homenaje a Julio Blancas, un personaje querido y apreciado en Lanzarote, pero sobre todo conocido y muy respetado en el Mundo Amazigh.
¡Que tu estrella ilumine el camino a todos los que han iniciado el mismo!