El Centro de Educación para Personas Adultas cierra por falta de porteros y limpieza
“El centro de educación para personas adultas se encuentra cerrado porque el ayuntamiento ha quitado los porteros y el servicio de limpieza. Pregunten a la concejal de educación en el ayuntamiento”.
He ahí toda la información que obtuvimos al dirigirnos como de costumbre a nuestro centro de enseñanza. Sin ningún tipo de preaviso, sin remedio, sin opción a réplica. Llegas, lo ves, y no contentos con esto, esperan que te vayas a casa sin rechistar, sin recibir una explicación coherente, al menos.
Indignante. Sencillamente indignante. Que nos traten como a críos cuando únicamente pretendemos formarnos, crecer como personas, adquirir los conocimientos que, desgraciadamente, muchos no tuvimos la oportunidad de obtenerlos en su momento. Sea cual sea el motivo, la historia que abarque el por qué estamos ahí, lo importante es que estamos. Hemos pagado las cuotas, nos hemos involucrado y estamos ahí supuestamente para aprender. Frustrante es, ver cómo nos cortan las alas con tanta facilidad, como nos espetan en nuestra propia cara que “No hay dinero” ¿No hay dinero para qué, exactamente? ¿No hay dinero para la enseñanza? ¿No hay dinero para que miles de jóvenes y adultos en españa no opten a una educación digna? Al parecer, no lo hay. Pero sí lo hay para los jolgorios, para las entregas de medallas, las fiestas de los pueblos, la pirotecnia de San Ginés y demás derroche innecesario de dinero. Y recalco lo de innecesario, porque eso, desde que tengo uso de razón, son caprichos. Y no la educación que tanto precisamos, esa que nos hace falta incluso para acceder a un puesto de trabajo. Esa, que desgraciadamente tenemos que tener con los tiempos que corren. Si ya de por sí el centro había empezado con mal pié, esta es la gota que colma el vaso.
Desde horarios inexistentes y cada día más desconcertantes, a profesores fantasma (por la ausencia de ellos, que conste) dudas sin resolver, poca claridad y sobre todo, descontrol total en cuanto a alumnos y sus respectivos tramos a cursar.
Políticos, ¿acaso no veis las faltas? ¿no veis las carencias de un centro de adultos? ¿no veis que aún con todas las trabas que nos ponen en la vida, intentamos superarnos? No veis nada, porque vosotros mismos nos dais las alas y luego, nos las cortáis.
Hacéis como el que oye llover, os laváis las manos bien lavadas después de habernos hecho inscribirnos, pagar tasas y demás y ya si eso se os ve el detalle de avisarnos. Cuando ya tenéis los bolsillos llenos y la conciencia turbia. Cuando ya no podéis seguir aplazando más lo inevitable. Justo ahí, el que paga justo por pecador, somos nosotros.
El pueblo. El pueblo del que ya no me creo que vengas. El mismo que te votó. El mismo que te arropó para que cumplieses todas tus promesas. El mismo del que ahora te mofas. Ese al que pisoteas con recortes donde no se debe recortar. Ese al que ya no le queda fe, ni le queda nada.
¿Cómo creer en algo que no vemos? Si lo único que alcanzamos ver son promesas vacías, toneladas de “Yo prometo y me comprometo a…” Los bailes de máscaras, los cambios de gobierno, lo bien que calentáis la silla y luego, escondéis la cara.
SI solo vemos eso.
Haridian Lorenzo Hernández.
Estudiante en el centro de educación para adultos de Titerroy (C.E.P.A Titerroygatra)