La agrupación señala a las Administraciones de Lanzarote por incumplimiento de la Ley de Patrimonio Natural

Ecologistas en Acción denuncia la suelta ilegal de gatos castrados al medio natural

FOTO AVES MARINAS DEPREDADAS

Ecologistas en Acción Lanzarote recuerda que la ley prohíbe la suelta de gatos ferales (callejeros), tras ser esterilizados (método CER/CES), de vuelta al medio natural y que la primera obligación de las Administraciones es conservar la biodiversidad de la isla.

Ecologistas en Acción ha interpuesto recientemente una denuncia al Seprona y a Biodiversidad del Gobierno de Canarias contra la campaña de captura, esterilización y suelta de gatos silvestres realizada en los últimos meses en la Isla de La Graciosa, y prevista para su desarrollo en la Caleta de Famara. Desde el grupo ecologista se subraya que esta actuación, autorizada y financiada por el Cabildo de Lanzarote y el ayuntamiento de Teguise, incumple la normativa ambiental más relevante: la Ley del Patrimonio Natural que, en su art. 54, expone que las Administraciones tienen prohibido soltar animales domésticos, como el gato, en el medio natural y que la primera de sus obligaciones es conservar la biodiversidad que vive en estado silvestre.

El deber de las Administraciones competentes (que incluye el Cabildo Insular y los Ayuntamientos) es reubicar los gatos capturados en zonas protegidas en un centro especializado o darlos para adopción responsable, cumpliendo con la obligación de preservar el bienestar de los gatos comunitarios, dicen desde la formación ecologista. Pero devolverlos a un Parque Natural (como es el conjunto de la isla de La Graciosa) es ilegal, subrayan.

Ecologistas en Acción indica que es un hecho irrefutable que la presencia de colonias de gatos en zonas protegidas ocasiona graves impactos sobre la fauna silvestre que habita en los ecosistemas naturales dado que su carácter natural es depredador. Y hace referencia a los numerosos estudios científicos, como el del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que revelan que los gatos asilvestrados son una de las especies invasoras más perniciosas para las comunidades de vertebrados (reptiles y aves), especialmente en las islas canarias, donde han contribuido a la extinción de, al menos, el 14 % de los vertebrados extintos y, ahora, amenaza la supervivencia del 8 % de las especies de aves, mamíferos y reptiles catalogados como en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Desde la formación ecologista se incide, también, en la especial importancia que tienen los espacios protegidos costeros, como La Graciosa y Caleta de Famara, ya que constituyen un paso importante en las migraciones de numerosas especies de aves. Y la presencia de gatos en ellas, insisten, puede provocar interferencias en dichas migraciones, disminuyendo el tiempo de reposo y alimentación necesario para continuar su viaje, así como en su comportamiento reproductor.