Cuando “dimitir” se convierte en un acto de honestidad, no hacerlo implica lo contrario.
Ante todo, un político con cargo público. Pues los hay con cargos orgánicos (su organización) o bien es un político militante y también es un político, el activista que no se adhiere a ningún partido ni formación y hace política en lo individual, o bien en movimientos sociales y/o acciones puntuales; o en los restos de los sindicatos que nos van quedando como tales, y hablando correctamente: “todos son políticos”.
Pero para que se entienda, desde los verdes de Canarias, llevamos tiempo insistiendo en la necesidad de dimisión de dos cargos públicos, “políticos” y esto parece como una repetición que no trae consecuencias. Hablamos de nuestra insistencia en que debe dimitir Noemí Santana y Antonio Morales. Entre otros más, se hace evidente.
Cuando hemos venido insistiendo, e insistimos, en la dimisión de la consejera de Podemos, Unidas Podemos, Sí se puede y podemos (aún no me aclaro mucho de tanto nombre “arrejuntao”) Noemí Santana, no es un capricho sin ningún fundamento: existen razones objetivas que hemos planteado de cara a la opinión pública sobre su estilo y forma de abordar su consejería, ante todo, retrasos en su gestión. Contar con un ejército de cargos públicos que con los bailes de nombres nos ponemos a contar y se nos va “el baifo”, o ni sabemos cuantos asesores: digamos “rellena papeles” y otros menesteres, aquí y acullá, con una pata sin duda en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, pero que por aquello de los “familios internos” de sus organizaciones, la rama Noemí poco rasca en la rama Mery Pita, y menos en su lugarteniente de alcalde, el desagradable “ojeador”, calladito hoy en su carguito, esperando tiempos de retiro, el sin apelativo propio “Javier Doreste”, y su cohorte de asesores, pegaos, y técnicos informáticos y poco más. Pero es para situarnos, pues este cabeza poco pensante y labia poco culta y bastante descortés, calladito, a la chita y sin chita, se mantiene en el gobierno de un Ayuntamiento que nos dejará “la ciudad gris” desarbolada, llena de circuitos que aparentan caducos, y nada más lejos, es la acción de la metro guagua de la que hablaremos, pero es como “la Gorona del Cuento” en la isla del Hierro, para ir acostumbrando con una farsa, que vamos, (pretendían) entregar la soberanía energética a una multinacional, previa destrucción del gran barranco de Arguineguín.
Es que ahora con la “metro/guagua”/y su tragaderas constante de millones y árboles, se nos acostumbra a los mega/trenes de costes groseros, en lo económico y en el territorio a ocupar. Con la acción localmente, piensan globalmente en los fondos con y en tierras raras, “ya el petróleo empieza a no ser negocio”, el cuento de que se detuvo su extracción en aguas cercanas, no es más que otro “amago”. Y es de que no resulta rentable por la profundidad, su coste elevado y que es el nuevo camino de “energías alternativas”, que llamaban limpias, donde está el negocio y, en realidad es un cuento más que, si bien no es chino, lo parece.
Con la etiqueta de “energías alternativas”, “limpias” y “justas y necesarias”: se está colonizando todo de una manera sin precedentes, sin modelos y con las grandes multinacionales del sector energético guiándonos los caminos, a su seno, a su “hacerse querer”. Y en ello estos que decían venir a “cambiar” han hecho “colchones” y un poco de candado.
Y no es que sus compañeros de pactos, de gobiernos y demás se queden atrás, claro que son tan cómplices o más que estos, pero es a estos a quien nos corresponde mencionar, porque son “llaves” de gobiernos, lo que no sabíamos, es que sacaron la copia de los anteriores y bastante indeseables gobernantes, es por ello que a ellos nos referimos, los demás son “cuento viejo” y como aquí todos son cuentos; pues seguimos narrando.
En el caso de Noemí Santana, o bien del desagradable y descortés “Doreste”, no hablamos de indicios de corruptelas porque no es la cuestión, es tanto o más grave, su ineficacia y distanciamiento de lo social por lo que dimitir sería un acto de honestidad; si bien es cierto que cuasi a lo mismo que la “maniobra gestada por Pablo Iglesias” para propulsar a su socio “Errejón” que ya anteriormente lo experimentó, porque ambos son “dos cabezas” de un mismo cuerpo, que juegan a ser los listos y ni cuenta se dan que “se les ve el plumero”… o sí. Pero como que les da igual. Total, desarticularon juntos con otros hermanos, miembros de su iglesia, a todo lo que quedaba de la llamada izquierda (reformista, lacaya y con mil limitaciones igual); los restos que pululaban de los sindicatos, o de aquellos que se “jartaron” en llamar y que movimientos sociales: por esto, por aquello, y por lo de la moto… con el fin de, sobreponer los intereses de colectivos individualizados por encima de la inmensa reivindicación de las capas trabajadores, y en concreto a la hoy alienada o como se decía /aburguesada Clase Obrera/. Ellos, precisamente ellos, son los capataces de la desmovilización que impide un marco de desarrollo hacia otro modelo económico y social.
Y esto en sí, no es moco de pavo como el que dice, es un camino que se traza, a que las opciones más conservadoras y retrógradas (de esto último los mencionados no se escapan) se alcen con los triunfos electorales y políticos y, los que están, siguen agazapados a la espera sabiendo que históricamente, estos, hoy “progres” de cuño viejo, han abierto plenamente las puertas al retroceso social, arando y allanando previamente los caminos, con acciones personalistas, desafortunadas, eso sí, con algunos toque de mejoras, para contentar, que les sirven para seguir vendiendo sus fábulas y otras historietas, o lo mismo algún antiguo “crece pelo”. Eso sí, la factura de sus gritos y puños y arrebatos… terminamos pagándolas los pueblos a golpe de pérdidas de derechos y limitación de libertades. De organización no hablo, pues expertos son estos en desorganizarlo todo.
Del Señor Antonio Morales, presidente hoy del Cabildo de Gran Canaria, entre otros cargos adheridos a esa presidencia. Si bien ha ejercido la desarticulación social tiempos de perpetua alcaldía en su municipio y sus ramificaciones al resto del sur/este de la Gran Canaria; donde aparenta más ser una sociedad caciquil del “conmigo o contra mí” que cualquier otro apelativo.
Morales es un “peligro para nuestra isla” y su único legado serán un 10% de la masa forestal de la isla calcinada durante su mandato por no actuar adecuadamente en la prevención de incendios forestales; unos índices de paro y de crisis económica jamás alcanzados (eso sí, a gritos “que eso no es de su competencia” : al trabajo se refiere claro está) unos vertederos descontrolados y unos vertidos de aguas residuales y a saber, en nuestras costas en alza, de los que ni siquiera están localizados y ubicados.
Con un patrimonio hidráulico, esquilmado su acuífero, mediante una constancia de dos mil pozos de agua, y al menos el doble en la ilegalidad, no han dado avíos ni tregua a filtrados a la capa freática. Le han chupado la sangre, que es el agua, a la isla hasta casi matarla.
Con unos 54 embalses de aguas; que se distribuye a precios insostenibles, terminando en manos de los que los pueden pagar como es la red hotelera del sur de Gran Canaria.
Pero lo ya sin precedentes es su “salto de Chira” … que no es otra cosa que un lavado de imagen al ya rebautizado en varias ocasiones y conocido como el megaproyecto de Chira/Soria y el Barranco de Arguineguín.
El proyecto Chira-Soria “innecesario, obsoleto y que provocará que el Barranco de Arguineguín quede transformado industrialmente”. Pues sigue empecinado en darle pa´lante cueste lo que cueste. Eso sí, “el gran mamotreto estará acabado como en unos 15 años y: “si te vi, no me acuerdo”.
Todo se va adornando de habladurías y poca efectividad en una red de aprovechamiento del sol, sin apenas plantear el mar. Y esto va todo “despacito”.
Resulta ya cuanto menos “inquietante” ver sustituidas las visiones de árboles, flora e incluso matorrales, por parques de molinos, de casi siempre propiedad y especulación privada. Privatizando el viento, robando visión y sobre todo ocupando parte del “entorno cielo” como si de una finca a cultivar se tratara; de una dehesa más que comunal, descomunal. Porque en el fondo, es una cuestión especulativa y poco amable con el medio ambiente. Se cubren las espaldas con proyectos poco significativos para cumplir unos protocolos internacionales de descarbonización que sin “un plan real y estudiado de desarrollo económico, convierte esa apuesta por nuevas fuentes de energía, en un mercado como todos, salvo que en este, es la soberanía energética, es en sí, la posibilidad de seguir con la vida, lo que se está tramitando y no es cuestión baladí ni mucho menos… ese cúmulo de acciones con vista y a la espera de un boom turístico post covid, que todo apunta que no será; pero si han descubierto que hay una parte de la isla que va desde Arguineguín hasta la Aldea que no ha tenido una sobre/explotación turística… y como toda jugada “el gran amago de todo esto ha sido el despreciar nuestro turismo de sol y playas, que aún con las migajas que nos repercutía, nos permitía sobrevivir” pero el cuento (esto es un país de cuenteros; que no “cuenta cuentos”) es el chip de “turismo de calidad”; que a modo de eco/isla; todos hablan de él y nadie sabe lo que es, al final, todo lo preparan para que este nuevo paraíso sin explotar, resulte el atractivo a presentar en calidad. Eso sí, por otro lado, si los dejamos, con una obra faraónica sin ninguna utilidad, nuestra mayor cuenca que es el Barranco de Arguineguín transformada, salvo avanzar en tratar de expoliar la riqueza real de esta comunidad.
No sería malo, es más es imprescindible, pararnos a pensar ¿qué nuevo cuerpo de gestores políticos tenemos?... bien es cierto, como al principio comenté que “políticos”, queriendo o no, somos todos, la cuestión ¿con qué gestores contamos para nuevos tiempos y para sustituciones en puestos públicos de responsabilidad?
Me resulta inquietante el gran tema que han venido desarrollando las “llamadas izquierdas moderadas y que democráticas” que han llegado a cuotas de poder político, y han hecho justo el trabajo necesario a la gran oligarquía financiera, que no es otro que el preparar el terreno para que surja un retorno de una nueva toma del poder político, el económico sigue intacto: es más, reforzado, por la labor de capataces de los poderosos. que ejercen estas organizaciones “populachas” que se “autobomban” de izquierdas, y una vez en el cargo (ellos le llaman poder para confundir y amagar igualmente, que el verdadero poder no lo van a tocar) se hacen al mismo, adquieren pre/vendas, nutren sus egos. Pero, sobre todo, frenan y confunden aspiraciones de cambio real y transformación social. Al fin y al cabo, mientras no estén los sectores sociales organizados, “el mundo seguirá siendo tal como es” y claro, piensan: sólo se vive una vez. Extienden a todo trapo el terrible: “vale más malo conocido, que bueno por conocer” y los compensan, vaya que si los recompensan a los capataces del poder.
Terminando la partida, la carambola en estas ínsulas, sin contar otros de menor rango y porta; el portavoz de: podemos, si se pude, juntos podemos “o como carajo se llamen”; el diputado autonómico Sr. Marrero, que en base a unos acuerdos de gobierno, que como se comprueba ignoraban, ahora se hace el que tiene que tragar lo acordado, en el caso del macro/proyectado “asalto a Chira/Soria”… “es como firmar un pacto con alguien, entendiendo la buena voluntad, y como ese alguien es un delincuente convicto, un asesino o un violador; que se descubre posterior a la firma… como firmé me lo trago” … háganos el favor de no soportar más sus ridiculeces en esta su última etapa activa. “dejando huella” en muchos hasta vergüenza ajena.
En el calor de las luchas volvemos a forjarnos, con aciertos, con errores, con desviaciones y también “con el buen camino”. Nos tratan de injuriar, descalificar, amedrantar, y se olvidan que: “no se puede tapar el sol con un dedo” y que estamos forjando los cuadros políticos/gestores que habrán de tomar las riendas de honestidad, compromiso y transparencia. De eso estamos cada día un poquito más armados y más seguros.
Dimitir se hace imprescindible, a fuerza de acontecimientos… pero como no podemos creer en milagros, se lo vamos a dar, y los vamos a “dimitir” en las urnas a golpe de voto tras voto… y que se vayan, pero antes, por favor, devuelvan la llave, que la casa es de todos y no sólo de unos cuantos.
En un Barranco de la Gran Canaria, a 02 de junio de 2021