Creo en los partidos como herramienta de cambio social

 

Yo particularmente me sentiría totalmente incapaz de pertenecer a un partido en el que he dejado de creer, considero  que los partidos deben ser herramienta de cambio social; vehículos abiertos para que los ciudadanos se expresen de modo organizado con respecto a la manera en que entienden deben ser gobernados. Cuando en lugar de eso, los partidos se convierten en el medio de vida de unos cuantos a costa de otros y se da la espalda a los compañeros con los que fueron en lista, encerrándose herméticamente en sí mismos, dejan de tener sentido.

Tengo compañeros que en las elecciones municipales de Mayo de 2015, le sugiriero  formar parte en una coalición de partido y concurrió a las elecciones municipales de Arrecife  bajo las siglas de “Somos Lanzarote”. Nunca antes había militado en ninguna otra formación política e inicio su  actividad política y la militancia en “Vecinos Unidos” con un fin primordial: desarrollar su vocación pública poniendo su granito de arena para mejorar las condiciones de vida de los conciudadanos en Arrecife y luchar por una regeneración política que desde fuera, desde la perspectiva de ciudadano,  entendía, y hoy aún más, absolutamente necesaria.

Me consta que desde el principio la incorporación de una persona que como yo procede del mundo del movimiento social y que además este no era miembro directo de “Somos Lanzarote” según los criterio de  alguno, levantó algunos recelos en algunos militantes con una concepción patrimonialista de esta fuerza según ellos asamblearias.

Pero claro, cuando algunas personas olvidan que un partido político ha de ser un instrumento de cambio social, de participación de los ciudadanos en la vida pública, pasa lo que pasa. Que el partido acaba siendo concebido por los trepas recién llegados que intentan mover los hilos a su antojo, como un “cortijo” de una corta familia política o de algunos clanes.

Este y no otro es el motivo de que en la actualidad “Somos Lanzarote” esté cada vez más fracturado y a la deriva. La opinión de los responsables de algunos miembros que forma la coalición no importa; por lo que veo se les busca sólo cuando hay que ayudar en campaña y movilizar voto; o cuando hay que rellenar algún congreso y acto público para que haga bulto.