¿CAZA DE BRUJAS EN EL COLEGIO DE ABOGADOS DE LANZAROTE? (1)

Fuentes de toda solvencia se han dirigido a LA VERDAD DE LANZAROTE para denunciar lo que entienden como una “descarada caza de brujas” en el Colegio de Abogados de Lanzarote. “Caza” dirigida principalmente contra jóvenes (en plural) letrados que, iniciando su andadura profesional en el siempre apasionante (y estresante) mundo de la abogacía, se topan de repente con lo que creen presuntos (siempre presuntos) “amiguismos” y excesivo “corporativismo” entre determinados miembros de la institución.

 

Tal y como señala uno de los letrados afectados, en calidad de anonimato por motivos obvios, “en la Junta todos son ‘amigos’… uno de ellos es de la UGT, el otro es cuñado de tal persona, e incluso hay uno sobre el que pesan varias quejas en el propio Colegio de Abogados por su actuación y proceder, y pasan tres pueblos de abrirle expediente. Peor aún, las archivan sobre la marcha, sin darle importancia (omitimos su nombre, de momento)”.  Añadiendo que “todo eso es un corporativismo puro y duro”.

Otra de las denuncias se refiere a que “se está expedientando a jóvenes abogados que se ganan la vida de forma honrada, por cosas que son totalmente injustas. Y, sin embargo, hay casos verdaderamente MUY GRAVES en este Colegio de Abogados, y se han tapado entre todos… Es decir, no sancionan a nadie por motivos graves, y van a expedientar a jóvenes abogados que acaban de empezar, por motivos injustificados”. La fuente, muy indignada, manifiesta que “esto parece un colegio de monjas, que se tapan unas a otras”.

Un caso al que ha tenido acceso LA VERDAD DE LANZAROTE (disponemos de la grabación del juicio) refleja como en las postrimerías de la vista, un abogado “interrumpe" continuamente” al letrado contrario. Llegando la propia juez a increpar al primero que “Usted tenga un poco de respeto al compañero… Es cosa de ética profesional entre compañeros…”.

La situación llegó al extremo de que el abogado afectado presentó una queja en la Junta del Colegio de Abogados, “y sobre la marcha (denuncia) lo archivaron, no le dieron importancia”. Peor aún, “expedientaron al letrado reclamante”. De tal manera que ya está pensando acudir a otras instancias con su queja, en el supuesto de que se estuviera cometiendo “prevaricación”: Consejo Canario, Contencioso Administrativo, etc.

Las fuentes informantes informan a este diario digital de lo siguiente:

"Interrumpir a un abogado en una sala de audiencias no solo representa una falta de respeto hacia la profesión y el tribunal, sino que también puede tener implicaciones serias para la imagen del colegio de abogados, especialmente si quien interrumpe es un miembro de la junta.

Consecuencias de la Interrupción

1. Tipo de falta:

Falta grave: Interrumpir de manera constante a otro abogado violando el principio de oportunidad.

Descripción: Esta conducta puede ser considerada como un acto de desacato hacia el proceso judicial y la autoridad del tribunal, afectando la correcta administración de justicia.

2. Normativa del Código Deontológico:

El Código Deontológico de la abogacía suele establecer que los abogados deben comportarse con respeto y consideración hacia sus colegas y el tribunal. La interrupción repetida puede ser una violación de estas normas.

Se espera que los abogados mantengan un comportamiento profesional, que incluya escuchar y permitir que los demás se expresen sin interrupciones injustificadas.

3. Sanciones:

Amonestación: Advertencia formal que puede dejar un registro en el expediente del abogado.

Multa: Sanción económica como consecuencia de la falta.

Suspensión temporal: En casos más graves, podría imponerse una suspensión del ejercicio de la abogacía por un periodo determinado.

Expulsión: En situaciones extremas, puede haber una expulsión del colegio de abogados.

Impacto en la Imagen del Colegio

Percepción pública: Un miembro de la junta que interrumpe a otros abogados puede dar una mala imagen al colegio, ya que se espera que quienes ocupan posiciones de liderazgo actúen como modelos a seguir.

Credibilidad: Este tipo de comportamiento puede disminuir la credibilidad del colegio ante la sociedad y otros profesionales del derecho, comprometiendo su autoridad y respeto.

Ejemplo a seguir: Los miembros de la junta tienen el deber de mantener estándares éticos y de conducta. Su comportamiento influye en la percepción que tienen otros abogados sobre el colegio.

En resumen, interrumpir a otros abogados no solo es una falta de profesionalismo, sino que también puede tener repercusiones significativas tanto para el abogado infractor como para la institución a la que pertenece. Es fundamental mantener un comportamiento respetuoso y profesional en todas las interacciones en el ámbito legal".

CONTINUARÁ