Batalla campal en el 'botellón' de la Plaza del Varadero de Puerto del Carmen
Según las fuentes informantes, el 'botellón' llegó a concentrar a "alrededor de 3.000 personas en la Plaza del Varadero y las calles aledañas". Y sobre las 01,50 horas, justo enfrente de la Cervecería 'Heineken', "un habitual de la zona, de origen magrebí, le pegó con una botella en la cabeza a un ciudadano dominicano, provocándole una herida inciso-sangrante de carácter grave".
- Enfrentamiento entre 50 magrebíes y dominicanos
A consecuencia de la agresión, un grupo de compañeros de la víctima, también dominicanos, procedieron a auxiliarle. Pero en ese momento, según las mismas fuentes, "otro grupo de magrebíes se unieron al agresor, comenzando una verdadera batalla campal entre jóvenes de ambas nacionalidades". Al final, fueron entre 50 y 60 los implicados en la reyerta.
"Las sillas y las mesas volaron", cuenta un testigo del monumental alboroto, que añade que "algunos de los contendientes sacaron navajas, mientras otros se arrojaban botellas... Muy pronto se llenó la zona de policías y ambulancias, para asombro de los numerosos turistas que trataban de disfrutar en las cervecerías del lugar".
- Dos heridos graves y dos detenidos
Rápidamente acudieron al lugar 2 parejas de la Policía Local de Tías (una ya se encontraba desplazada en la zona) y otras dos de la Guardia Civil, que se las vieron y desearon para poder calmar los ánimos. Practicando la detención de dos de los alborotadores, entre ellos el ciudadano marroquí que inició la bronca al golpear supuestamente con una botella en la cabeza a un súbdito dominicano. El magrebí es un "viejo conocido" en los ambientes policiales.
En cuanto a la víctima del botellazo, fue trasladada al principal centro hospitalario de la Isla, "con herida inciso-sangrante en la cabeza, siendo necesario practicarle cirugía y unos doce puntos", aseguran las fuentes.
Otro ciudadano dominicano fue atendido de un corte profundo en su mano, producido con una navaja.
Los 'botellones' descontrolados los fines de semana suelen alcanzar límites insospechados de violencia, lo que se suma a la falta de efectivos, en toda la geografía insular.