Tras 4 meses en la calle, recupera su casa judicialmente, y la encuentra convertida en un "invernadero" de marihuana
Juan Morales Curbelo es un vecino de Altavista, que desde el pasado mes de noviembre ha estado sufriendo un verdadero calvario, que no parece que vaya a acabar nunca: unos individuos “sin identificar” penetraron en su vivienda, mientras estaba ausente, convirtiéndola en un “invernadero” de marihuana a la vez que saqueaban sus pertenencias…
Tal y como denunció a LA VERDAD DE LANZAROTE, Juan Morales es propietario de una vivienda de 2 plantas en la calle Telesforo Bravo (antigua Crucero Baleares), nº 9, en el barrio arrecifeño de Altavista. Con una grave enfermedad del corazón y sufriendo diabetes, se encuentra prejubilado con una miserable paga de 520 euros mensuales. Y para poder recibir su nuevo tratamiento médico, en el pasado mes de septiembre de 2018 aceptó la invitación de una pareja de amigos y marchó de vacaciones a la localidad norteña de Puntamujeres.
El “culebrón” comenzó a su vuelta el pasado mes de noviembre, cuando tras regresar a su casa e intentar colocar la llave en el bombín, comprobó que le habían cambiado la cerradura. “Toqué en la puerta de mi casa, abrió alguien y al verme cerró la puerta en mis narices… Luego todo fue tocar y tocar para nada”, recuerda el propio Morales, que luego acudió a la Comisaría de Arrecife para denunciar los hechos, “sin embargo, la Policía estuvo largo rato tocando y nadie abría”.
A partir de ese día, el mundo se le vino encima a Juan Morales: denunció los hechos en el Juzgado de lo Penal, y le dijeron que “el procedimiento podría tardar 3 años”; luego fue al Juzgado de lo Civil, para reclamar un “juicio express”, y le aconsejaron que “esperase”. Todo ello gracias a su abogada de oficio… La Policía iba continuamente para identificar a los okupas, pero nadie abría la puerta.
No tenía donde quedarse, hasta que consiguió alquilar 1 habitación ¡por 300 euros al mes! O sea, más de la mitad de su pensión… Malvivía del Banco de Alimentos, que le proporcionaba legumbres y conservas. Pero debido a su dolorosa enfermedad, Juan Morales precisaba de frutas y verduras frescas, lo que provocó un agravamiento de su estado
- 1.190 euros de luz y 600 euros de agua
Gracias a la gestión realizada por LA VERDAD DE LANZAROTE y BIOSFERA TV, se consiguió que el Ayuntamiento de Arrecife le facilitara productos frescos. Pero el “culebrón” continuó por otras ramas: el Juzgado de lo Penal archivó su caso, porque “la Policía no había podido identificar a los okupas”… ¿Cómo los iba a identificar si no habrían la puerta? ¡Es incomprensible esa decisión judicial!
Al mismo tiempo, le llegó una comunicación de Endesa al legítimo propietario de la casa, advirtiendo que DEBÍA “1190 EUROS DE LUZ”. ¡UNA LUZ QUE JUAN MORALES NO HABÍA GASTADO! Seguidamente Canal Gestión Lanzarote reclamaba “600 EUROS DE AGUA”. ¡UN AGUA QUE JUAN MORALES NO HABÍA GASTADO!... Todo ello sumió a este sufrido vecino de Arrecife en una profunda depresión.
Para colmo de males, un día le abordó en la vía pública un individuo que le advirtió que “si sigue mandando a la Policía a la casa, le pego fuego y luego te mato”. Dando a entender que era uno de los okupas. Situación que se agravó al enterarse de que estaban “alquilando a otros okupas, cada habitación de su casa”.
- Un “invernadero” de marihuana en la casa
Hasta que el pasado 5 de abril, el Juzgado de lo Civil decidió llevar a cabo el “desahucio express”. A las 11 de la mañana de ese viernes, una dotación del Cuerpo Nacional de Policía y otra de la Policía Local de Arrecife, acompañados de Secretaria Judicial (y la abogada y Procuradora de oficio de Juan Morales) penetraron en la vivienda ayudados por un cerrajero. En el interior no se hallaba ninguno de los okupas.
La casa estaba completamente saqueada: “el dormitorio de mis padres estaba destrozado, los muebles habían desaparecido, y por todos lados había porquería y enseres de procedencia desconocida”, denuncia Juan Morales. En una de las habitaciones, la Policía encontró “una importante cantidad de cocaína y otros estupefacientes”.
En la planta alta, el propio Morales encontró “más de 200 gramos de hachís”, que luego entregó a la Policía. En una de las habitaciones se encontraron los restos de lo que debió ser un “invernadero” de marihuana: luces halógenas para darle el calor a las plantas, un centenar de pequeñas macetas para separar cada esqueje, turba especial para dicha hierba; incluso habían pintado el cuarto para darle más ambiente a la plantación.
En la azotea encontraron a un perro “completamente deshidratado” que tuvo que ser recogido por los agentes de la Unidad Canida de la Policía Local de Arrecife. Toda el techo está destrozado, lleno de excrementos, y con grietas que provocan humedades en toda la casa.
- Comienzan a aparecer los okupas
Dentro de la casa aparecieron “3 grandes televisores de plasma, 6 teléfonos móviles de alta gama y numerosos efectos de dudosa procedencia”.
Tras marcharse la Policía y recuperar su vivienda, Juan Morales se enfrentó a tener que vivir en un hogar sin luz ni agua corriente, con una gran cantidad de basura que tirar; y con unas abultadas facturas que “no sé cómo voy a pagar”.
Ya entrada la tarde del mismo viernes, comenzaron a aparecer los okupas, que querían “recuperar” sus “pertenencias”. Y Juan Morales tuvo que solicitar la presencia de la Policía Nacional para que levantase acta de esta “entrega”, y así de paso identificarlos: primero acudió un marroquí, que al parecer era el dueño del perro; luego un ciudadano gallego, que pidió disculpas y aseguró que le habían engañado y que “había estado pagando 250 euros mensuales por el alquiler de una habitación”; finalmente apareció un toxicómano lanzaroteño, que entró para recoger “15 euros”… Pero los verdaderos responsables de todo este destrozo (aunque plenamente identificados), ¡nunca acudieron!
Mientras tanto, Juan Morales vive asustado, enfermo, en condiciones infrahumanas (sin agua, ni luz para poder cocinar), y completamente indefenso por parte del Poder Judicial que debería haber actuado desde el principio...