¿Come su perro mejor que su hijo?
20 de enero de 2013 (15:20 h.)
JOSÉ LORENZO SUÁREZ: En seis de cada diez viviendas españolas vive al menos una mascota. 20 millones de perros, gatos, pájaros y peces conviven con sus dueños en 8,5 millones de hogares. A ellos se suman también unos dos millones de animales exóticos, como pequeños mamíferos y reptiles. Las mascotas no se pueden quejar, pues las atenciones que les dedican sus dueños también están aumentando, sin que ni la crisis ni el paro apenas estén afectando, según distintos estudios consultados. Por ejemplo, en el caso de los perros, el gasto medio por familia en los cuidados de su mascota (alimentación, accesorios y cuidados veterinarios) ronda los 1.500 euros al año.
En seis de cada diez viviendas españolas vive al menos una mascota. 20 millones de perros, gatos, pájaros y peces conviven con sus dueños en 8,5 millones de hogares. A ellos se suman también unos dos millones de animales exóticos, como pequeños mamíferos y reptiles. (1)
Las mascotas no se pueden quejar, pues las atenciones que les dedican sus dueños también están aumentando, sin que ni la crisis ni el paro apenas estén afectando, según distintos estudios consultados. Por ejemplo, en el caso de los perros, el gasto medio por familia en los cuidados de su mascota (alimentación, accesorios y cuidados veterinarios) ronda los 1.500 euros al año.
Nos deberíamos alegrar: Gandhi decía que “el grado de civilización de un pueblo se mide por la manera en la que trata a sus animales”. Aunque, por desgracia, en España no a todos los animales se les trata igual de bien.
Las mascotas no se pueden quejar, pues las atenciones que les dedican sus dueños también están aumentando, sin que ni la crisis ni el paro apenas estén afectando, según distintos estudios consultados. Por ejemplo, en el caso de los perros, el gasto medio por familia en los cuidados de su mascota (alimentación, accesorios y cuidados veterinarios) ronda los 1.500 euros al año.
Nos deberíamos alegrar: Gandhi decía que “el grado de civilización de un pueblo se mide por la manera en la que trata a sus animales”. Aunque, por desgracia, en España no a todos los animales se les trata igual de bien.
Testículos de silicona
Hoy en día se pueden comprar los accesorios más variados para animales. Están por supuesto los juguetes, gorros y abrigos de lujo. También antidepresivos para perros y gatos melancólicos.
Una empresa norteamericana incluso ha lanzado al mercado unos testículos de silicona para perros y gatos castrados, en varias versiones y a un precio de hasta 1.000 dólares el par. Sus creadores explican que estos testículos falsos “ayudan a la mascota a mantener su apariencia natural, la confianza en sí mismo y a superar el trauma ligado al cambio”. (2)
Una empresa norteamericana incluso ha lanzado al mercado unos testículos de silicona para perros y gatos castrados, en varias versiones y a un precio de hasta 1.000 dólares el par. Sus creadores explican que estos testículos falsos “ayudan a la mascota a mantener su apariencia natural, la confianza en sí mismo y a superar el trauma ligado al cambio”. (2)
Alimentación bio
Cada vez más animales domésticos se alimentan de productos biológicos: carnes de granjas ecológicas cocinadas con verduras orgánicas; piensos a base de ingredientes con propiedades saludables (lentejas, garbanzos y arroz integral para aportar hidratos de carbono de bajo índice glicérico; espinacas, tomates, zanahorias, yuca y arándanos, cargados de antioxidantes y vitaminas, aceite de oliva para aportar ácidos grasos monoinsaturados…).
Como muestra interesante de la evolución que está viviendo la gastronomía animal, los fabricantes de comida ya no dudan a la hora de recomendar a los dueños que prueben ellos mismos los platos antes de ofrecérselos a sus perros y gatos, según un reciente artículo del New York Times sobre la gran feria anual de productos para mascotas que se celebra en Orlando, Florida. (3)
Todo esto me parece estupendo. Pero la pregunta evidente es: ¿comen sus dueños igual de bien?
Como muestra interesante de la evolución que está viviendo la gastronomía animal, los fabricantes de comida ya no dudan a la hora de recomendar a los dueños que prueben ellos mismos los platos antes de ofrecérselos a sus perros y gatos, según un reciente artículo del New York Times sobre la gran feria anual de productos para mascotas que se celebra en Orlando, Florida. (3)
Todo esto me parece estupendo. Pero la pregunta evidente es: ¿comen sus dueños igual de bien?
Los animales parten con ventaja
Hay que aceptar que los animales parten desde un principio con ventaja: no eligen lo que comen. Su dueño es quien decide lo que van a tomar y no “caen rendidos” ante la tentación de una bolsa de patatas fritas, una tarta de chocolate o un refresco, por lo que resulta mucho más fácil que un animal siga la dieta adecuada antes que una persona.
Aunque por supuesto hace falta que el dueño sea responsable y no se dedique a dar a su perro “chucherías” que le destruirán los dientes, el páncreas y el sistema cardiovascular.
Aunque por supuesto hace falta que el dueño sea responsable y no se dedique a dar a su perro “chucherías” que le destruirán los dientes, el páncreas y el sistema cardiovascular.
Vigile lo que come
Una vez más, estimado Lector, retomo mi papel de consejero para pedirle que usted también cuide de su propio cuerpo, del que es el único responsable; a la medicina le costará mucho trabajo repararlo si lo estropea.
El cuerpo no está hecho para que se le inyecten drogas, productos químicos ni medicamentos. No tolera los productos artificiales. Necesita nutrientes que se encuentran en las frutas, legumbres, frutos secos, bayas, pescado y crustáceos que la naturaleza produce en abundancia para nuestro disfrute (porque una buena alimentación no sólo mejora el rendimiento del cuerpo, sino también de la mente).
El cuerpo no está hecho para que se le inyecten drogas, productos químicos ni medicamentos. No tolera los productos artificiales. Necesita nutrientes que se encuentran en las frutas, legumbres, frutos secos, bayas, pescado y crustáceos que la naturaleza produce en abundancia para nuestro disfrute (porque una buena alimentación no sólo mejora el rendimiento del cuerpo, sino también de la mente).
Cuide de los animales… ¡y de los niños!
Supongo que al tener muchos niños a mi alrededor estoy especialmente sensibilizado con la manera en la que nuestra sociedad les trata desde el punto de vista de la alimentación.
Me da la impresión de que en clase de mis hijos hay demasiados niños que tienen un comportamiento muy poco normal para su edad. Sin duda, existen muchas y complejas explicaciones, pero no seré yo quien se meta en la educación de los demás.
Aunque me parece lamentable, por ejemplo, que el 8% de los niños españoles acuda al colegio sin haber desayunado absolutamente nada. Y para muchos de los que sí toman algo antes de salir de casa, ese “algo” es únicamente un vaso de leche. (4)
Me da la impresión de que en clase de mis hijos hay demasiados niños que tienen un comportamiento muy poco normal para su edad. Sin duda, existen muchas y complejas explicaciones, pero no seré yo quien se meta en la educación de los demás.
Aunque me parece lamentable, por ejemplo, que el 8% de los niños españoles acuda al colegio sin haber desayunado absolutamente nada. Y para muchos de los que sí toman algo antes de salir de casa, ese “algo” es únicamente un vaso de leche. (4)
Un buen desayuno para un buen rendimiento escolar
Y lo que es peor: las recomendaciones que primero salen en las búsquedas en Internet sobre la forma de alimentarlos bien son incorrectas.
El desayuno ideal de un niño o adolescente en su etapa escolar debe incluir al menos un alimento de cada grupo básico (5):
El desayuno ideal de un niño o adolescente en su etapa escolar debe incluir al menos un alimento de cada grupo básico (5):
· lácteos (leche con o sin cacao, yogur, queso fresco…).
· cereales (pan de barra, tostadas -de pan integral o blanco- cereales, galletas, bizcochos caseros…) que les aporten los hidratos de carbono que necesitan.
· una ración de fruta (fresca o, alternativamente, un zumo natural).
· azúcares (azúcar, mermelada, miel…).
· grasas (preferentemente un poco de aceite de oliva).
Tenga en cuenta que el desayuno de un escolar debe tener la categoría de “comida principal”, y debe aportarle el 25% de sus necesidades calóricas diarias, necesarias para ayudarle a empezar un día en el que necesitan energía para todas las actividades físicas e intelectuales que realizan.
Desayunar mal –o, peor aún, no desayunar nada en absoluto- acarrea cansancio, sueño y un peor rendimiento en el colegio, pues disminuye su concentración, su capacidad de atención y de esfuerzo y hasta su fuerza muscular y su capacidad física. Así que nada de permitirles tomar un vaso de leche a toda velocidad antes de coger la mochila y salir pitando hacia el colegio, pues se les está haciendo un mal favor que hasta se reflejará en sus calificaciones escolares.
Hay estudios sobre la importancia de la nutrición y el rendimiento escolar que mantienen que los alumnos que no desayunan cometen más errores en los ejercicios de resolución de problemas. Investigadores que trabajan en esta área, como el profesor Benton de la Universidad de Gales, mantienen que la vitamina B (presente en los cereales o el pan), activa un transmisor cerebral llamado acetilcolina, relacionado con la memoria, lo que explicaría que el “ayuno voluntario” que padecen los escolares estaría afectando de forma directa a su rendimiento escolar. Y la falta de hierro también tiene efectos negativos sobre la memoria. (6)
Vale la pena despertar a los chavales 15 minutos antes para que puedan tomar un buen desayuno, sano y nutritivo, sin prisas ni estrés, sino sentados tranquilamente a la mesa.
¿Y qué pasa con la bollería industrial? Pues que debe quedar fuera de sus desayunos. No se trata de que no puedan tomarla de forma ocasional, pero sí debe rechazarse que se convierta en la solución fácil con la que llenarse el estómago. También están desaconsejadas las grasas saturadas (por ejemplo, las mantequillas completas).
5 trucos para enseñar a sus hijos a comer bien
La educación alimentaria comienza a una edad muy temprana. Y hoy en día, en un entorno en el que nos encontramos rodeados de anuncios y tentaciones sobre comida, cada vez es más importante.
Sus hijos tienen más probabilidades de alimentarse bien en un futuro si consigue inculcarles buenos hábitos. Pero no siempre es fácil: los niños tienden a comerse de mala gana las exquisitas verduras que usted prepara. Éstos son algunos trucos.
Sus hijos tienen más probabilidades de alimentarse bien en un futuro si consigue inculcarles buenos hábitos. Pero no siempre es fácil: los niños tienden a comerse de mala gana las exquisitas verduras que usted prepara. Éstos son algunos trucos.
1. Cuide las apariencias
Está demostrado que la atracción por las frutas es mayor si se colocan en un recipiente agradable a la vista y llamativo, más que en un simple bol de plástico. Hacer más apetecible la idea de comer alimentos sanos es una buena estrategia. Por ejemplo, si su hijo tiene una pequeña máquina de caramelos, puede que sea positivo utilizarla con frutos secos (si no es demasiado pequeño ni alérgico).
2. Coloque los productos sanos en primera fila
Los pasteles, caramelos, patatas fritas o refrescos no deben estar a mano en la cocina o el salón. Siempre tendemos a ir a lo fácil, sobre todo cuando tenemos hambre. Coloque las manzanas en primera fila y los dulces al fondo del armario; sus hijos se acostumbrarán a elegir más a menudo la fruta. Este método también funciona en la nevera: si distribuye los postres azucarados al fondo, dejando en primer plano los lácteos naturales y menos suculentos, su consumo aumenta en detrimento del resto.
3. Cocine con imaginación
Lo que más le cuesta a un niño es comer verduras. Para que se acostumbre, un buen método consiste no en ponerle brócoli cocido, sino más bien en ser “sutil”. Por ejemplo, el día que toque hacer puré, olvídese del típico de patata y ¡prepare un puré de patata con apio y calabaza! Para terminar, puede añadirle una pizca de queso al puré aún caliente para que el plato resulte más apetitoso. ¡Y ahora le toca a usted buscar más trucos!
4. Cambie el nombre de los alimentos
Si guarda los alimentos en botes, pegue en ellos etiquetas rebautizando los alimentos con un nombre original o gracioso. Por ejemplo, si su hijo es fan de las artes marciales y de Bruce Lee, escriba en el bote del arroz integral “El secreto de Bruce Lee”; échele imaginación. Recuerde a sus hijos que las zanahorias son naranjas, pero no son una fruta; que son dulces, pero no son un pastel; que ayudan a la vista, pero no son unas gafas; aunque sea en clave de humor, el mensaje se habrá transmitido y su hijo entenderá que haya zanahorias para cenar. Igual que cuando va a un restaurante y elige en función de los nombres de los platos: “Medley de verduras de primavera y salsa de la casa” apetece más que “Verduras variadas”.
5. Déles opciones
En lugar de decir a los niños: “¿te apetece cenar brócoli?”, intente más bien darles la opción de elegir. Proponga por ejemplo: “Esta noche, ¿qué verdura prefieres? ¿Zanahoria o brócoli?”. Al poder elegir, estos alimentos se perciben como positivos y beneficiosos. Y además es menos frecuente que sus hijos respondan “no”.
Ojalá que los trucos anteriores le sean de ayuda.
¡A la salud de sus hijos!
Ojalá que los trucos anteriores le sean de ayuda.
¡A la salud de sus hijos!