Sin ánimo de alarmar

GINÉS DE QUINTANA CABRERA: Siempre he mantenido públicamente que la actitud de confianza de los trabajadores de INALSA me sorprendía, el cómo se conformaron con la promesa presidencial de una “paz social” porque los pliegos para la privatización recogerían las condiciones suficientes para que no peligren sus puestos de trabajo. Pues sepan que éstas dejaron de ser sustanciales, ahora, son negociables.

SIN ÁNIMO DE ALARMAR

 

Siempre he mantenido públicamente que la actitud de confianza de los trabajadores de INALSA me sorprendía, el cómo se conformaron con la promesa presidencial de una “paz social” porque los pliegos para la privatización recogerían las condiciones suficientes para que no peligren sus puestos de trabajo. Pues sepan que éstas dejaron de ser sustanciales, ahora, son negociables.

El informe del letrado, contratado por el Grupo de Gobierno para los asuntos de INALSA, presentado en la sesión ordinaria de la Asamblea General del Consorcio del Agua, celebrada el pasado 11 de enero,  entre las cláusulas de los pliegos susceptibles de negociación en el procedimiento negociado abierto, hace referencia a la número 54, Personal, “en concreto, la necesidad de autorización del Consorcio para que se proceda a la realización de un ERE por razones de organización y a la autorización en caso de despido declarado improcedente”.

Esto implicaría que si antes, en los pliegos originales, para realizar un ERE o despido improcedente era necesaria la autorización del Consorcio, ahora no. Para los Alcaldes de la isla, el Presidente y Vice-Presidente del Cabildo, que han aprobado dicho informe, esta cláusula ha dejado de ser sustancial, ahora, podría ser negociable.

Es cierto que este apartado del informe no se recogió en el acuerdo definitivo tomado en dicha sesión ni publicado en los boletines oficiales. No se contempló en este procedimiento, repito. Pero Dios nos libre de que no tengan que ceder a las pretensiones de los empresarios que concurran a este concurso conscientes, que lo son, del apuro y premura que tienen los citados anteriormente de llegar a un acuerdo para evitar la liquidación de INALSA por las consecuencias que tendría para algunos.

Yo no me fiaría un pelo. Recientes incumplimientos como prueba de desconfianzas nos sobran. Uno, relacionado con este asunto, la promesa del Sr. Presidente, repetida mil veces, que el precio del agua no se realizaría hasta el 2016. Ahora, es negociable, no es sustancial. Me arriesgo, y ojalá tuviera que rectificar, a predecir que pagaremos más cara el agua, más pronto que tarde. Él mismo reconoce, según el acta de la sesión, que si bien el canon fijo no es negociable (los 50 millones) si lo es “la posibilidad de negociar el plazo cuatro años para la modificación de la Tasa del agua”.

Otro ejemplo que me genera desconfianza, los cambios de posición de sus socios de gobierno, PSOE. Antes paladines defensores de la gestión pública de los servicios y ahora promotores de los “nuevos modelos de gestión” en manos de particulares (esto último lo pongo yo porque ellos no lo dicen) en INALSA  y Castillo de San José. Antes, en la oposición, defensores de la readmisión de un trabajador “injustamente tratado” y, en el gobierno, a la...calle.

Yo, sin ánimo de alarmar, estaría un poco más preocupado.

 

                                                       Ginés de Quintana Cabrera.