Un nuevo curso político con horizonte electoral
Este nuevo curso político, que se ha iniciado después de las vacaciones, tiene un elemento diferencial respecto a los anteriores, habrá elecciones municipales en mayo y es muy probable que, coincidiendo con ellas, si Pedro Sánchez no es capaz de conseguir los apoyos de los secesionistas para aprobar los PGE de 2013, haga coincidir las elecciones generales para esa misma fecha. La base territorial municipalista del PSOE, mucho más extendida que la de cualquier otro partido, abundaría esta tesis.
Los disensos “in crescendo” de sus socios de gobierno son un anuncio de manual de marketing político. Disputándose un mismo espacio electoral, necesitan diferenciarse y marcar agenda propia, cuanto menos, un año antes de las siguientes elecciones, y este es el caso. Los ministerios gobernados por U.Podemos ya han abandonado la tarea de gobernar el día a día, y se han pasado a la pantalla electoral, de ahí la fiebre de propuestas para diferenciarse del PSOE.
Pedro Sánchez ya ha recogido el testigo, y también ha iniciado la carrera electoral. Aquí el manual de marketing político sugiere sacar un nuevo libro del candidato, 3 meses antes. En este caso D. Pedro sustituirá el libro por una serie televisiva para su mejor loa personal, la duda es si de 2 o de 4 capítulos.
El PP está disputando a cara de perro el próximo hueso electoral con el PSOE, negándose a ningún tipo de acuerdo de Estado. Rememorando la terrible frase que hizo famoso a Cristóbal Montoro en 2010 cuando negaba desde la oposición, cualquier acuerdo con el Gobierno Zapatero. Lo resumió en una frase de ocho palabras: “Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros”. Y en esas siguen; ahora con un problema añadido, no dejar que VOX les “coma la tostá” con sus propuestas fascistoides, y eso lo compensan dejando hacer a Ayuso con sus ocurrencias radicales, extravagantes y carentes de todo rigor.
Las encuestas, como el tiempo, amenaza con tormentas eléctricas. Las previsiones a medio plazo son un gobierno de derechas, muy conservador: PP+VOX. Es más que probable que “el remedio sea peor que la enfermedad” y desde la izquierda institucional se nos pida a las otras izquierdas que seamos responsables y no dividamos más ese espacio político, pero es que ya no podemos aguantar más esa enfermedad permanente de unos representantes políticos que prometen unas cosas cuando están en la oposición y hacen justo lo contrario cuando llegan al gobierno. Hace falta una izquierda decente, que clique reset, que haga un reinicio, aunque ello signifique volver a picar piedra y pasar otra travesía del desierto.
Hace falta rellenar un espacio ahora vacío, el de una nueva izquierda, de la izquierda española que se confiese abiertamente y sin complejos como tal, territorialmente unitaria y socialmente de la izquierda democrática, con un programa avanzado, tanto en derechos civiles y políticos, como en derechos sociales y económicos. En ese espacio no hay nadie más; no tenemos competidores. BILDU y ERC ya han demostrado suficientemente que su único objetivo es la secesión, eso es, la división de la clase obrera para hacerla más débil, en beneficio de sus burguesías nacionalistas.
PODEMOS Nos dijo desde su nacimiento que no era ni de izquierdas ni de derechas. Tiene una práctica populista, centrada en atomizar España, apoyándose continuamente en los cantonalistas provincianos. Su demagogia populista se ha desenmascarado muy pronto y están bajando con la misma velocidad que subieron.
El PSOE está preso de su tacticismo cortoplacista y de los intereses personales de su Secretario General. Su dependencia vergonzosa de los que quieren cambiar la Constitución Española, para hacer de nuestro país una confederación de mini-naciones, le resta toda credibilidad, y ha acabado practicando justo lo contrario de lo que prometía en campaña electoral. La incoherencia política de Sánchez llevará al PSOE a su destrucción orgánica, cuando pierda la única argamasa que les une: el poder de las instituciones públicas.
De SUMA nos separa el postureo obsesivo de su candidata por la imagen, que llama a los demás a sumarse a una formación política que ni se ha molestado en presentar un programa. Persiste en el mismo error de los anteriores caudillos cesaristas – Rivera; Iglesias; Sánchez- “seguidme que yo os salvaré”
La Alianza de la Izquierda Republicana de España (AIRES) se constituyó como partido político en enero de 2022, aunque figura registrada en el Ministerio del Interior desde Julio del 2021.
Sus componentes son cuadros políticos de largo recorrido, provenientes en su mayoría del PSUC, IC, PODEMOS y PSOE, están vacunados contra los liderazgos mesiánicos. El cesarismo, el caudillismo, en la toma de decisiones de un partido, educan en negativo. Son radicalmente contrarios a la pedagogía que debe imperar en una organización, que, con su ejemplo ético y democrático de funcionamiento interno, ha de proyectar un ejemplo social, e impregnar de principios y valores al conjunto de la sociedad a la que aspira liderar.
Algunos llevamos 25 años dando clases en cursos de especialización universitaria sobre Comunicación, Habilidades Directivas y Liderazgo Social y Político y los alumnos siempre se sorprenden cuando explicamos que “el mejor líder, es el líder prescindible” el que hace crecer tanto a sus equipos, individual y colectivamente, que puede ser sustituido en cualquier momento, porque deja garantizada la continuidad del proyecto. La máxima del pro-común debiera ser: “Los líderes pasan, el proyecto permanece”.
Hemos nacido para trascender. Nuestro fin último es continuar la tarea de avance hacia el Socialismo Democrático. Eso pasa hoy por transformar la sociedad española, dotándola de un partido de izquierdas serio, coherente, territorialmente unitario, sin ambigüedades. Un partido que recoja en su seno a todos los que se sienten huérfanos de una izquierda ortodoxa, orgullosa de su tradición marxista y que ha aprendido de los errores del comunismo autoritario.
Somos un partido para defensa de la clase trabajadora. Es decir, para el 90 % de la población española.
Con nosotros no habrá sorpresas ni doble juego con los supremacistas del secesionismo.
Nosotros SÍ tenemos principios irrenunciables, que constituyen nuestras líneas rojas para cualquier acuerdo político: La unidad territorial de España, y la defensa de los más desfavorecidos. Luchamos por conseguir más unidad territorial; más democracia política y más democracia económica y social.
Respecto a próximas elecciones, no queremos adelantar acontecimientos. Estamos centrados en la tarea de crear, fortalecer, extender el Partido y formar cuadros políticos sólidos. Hemos cimentado el edificio, subido paredes y todavía no hemos cerrado el techo organizacional. Estamos en contacto con otros grupos de izquierda para ampliar nuestras bases y el conjunto del edificio. No tenemos prisa. Hemos aprendido de experiencias propias y ajenas, de lo que les ha pasado a los que han levantado castillos de barro sin cimientos.
Estamos centrados en elaborar propuestas y programas para dar respuesta a los problemas inmediatos que tiene por resolver la sociedad española: El empleo; el paro juvenil; la pobreza; el control sobre la inflación y el alza de los precios, que ha desactualizado los salarios en un 14% durante el último año. El acceso a la vivienda; la corrupción; las puertas giratorias, es decir la connivencia política con las empresas del mercado oligopolista de la energía, que está enriqueciendo a unos pocos y empobreciendo a la mayoría social; el fraude fiscal; la competencia fiscal entre autonomías; la dignificación de la sanidad pública, acabando con los recortes presupuestarios y las listas espera. La mejora de la Educación y la exigencia de la cooficialidad de la lengua española en un plano de absoluta igualdad con las lenguas autonómicas; la regulación de la Inmigración; la Justicia y la Seguridad Pública. Es decir, la mejora de la calidad de vida de la población española. Esos serán los fines estratégicos que guiarán nuestra acción política; para eso hemos nacido.
Alcanzar cuotas de poder político institucional es una parte imprescindible de nuestras tareas para, desde las instituciones, contribuir a transformar la actual realidad social.
Cualquier tipo de acuerdo de colaboración institucional con otras fuerzas políticas, estará siempre sujeto a respetar esos fines estratégicos de defensa de la clase social mayoritaria, la clase trabajadora; y para eso necesitaremos muchas manos; también la de todos aquellos que después de haber militado o votado a la izquierda alguna vez, han tirado la toalla fruto de la frustración por los incumplimientos de sus dirigentes. Sólo hay malos dirigentes políticos en los partidos y en las instituciones, cuando la mayoría social se inhibe de la política y se abstiene de participar. La indiferencia y la abstención sólo conducen a la mayor depauperación de lo público, de lo que es de todos.
Y esas propuestas no sólo hay que elaborarlas, hay que defenderlas desde la calle, con movilizaciones populares. Por eso este domingo 18 de septiembre seremos el único partido político de izquierdas que acudiremos a la manifestación de ¡¡ L’ ESCOLA PER TOTHOM; LA ESCUELA PARA TODOS ¡¡ exigiendo el fin de la segregación lingüística del idioma español en las escuelas públicas.