ESTATUTO: DECLARACIÓN UNILATERAL DE DEPENDENCIA
La situación colonial de Canarias es un hecho desde hace siglos. Como otros muchos territorios del mundo que hoy si son independientes, existe un muy evidente hecho histórico que, por mucho que se pretenda ocultar, nos conecta con todos ellos: una invasión militar del territorio con guerra de conquista, un sometimiento de sus primeros habitantes originarios, una apropiación indebida de sus recursos y un establecimiento permanente de estructuras de poder por tiempo ilimitado. Los Reyes católicos en su día y por pura inercia histórica el resto de los dirigentes que sobre Canarias ha ejercido poder hasta nuestros días, una mera declaración unilateral sin refrendo alguno ha servido para otorgar un legalidad a un acto ilegítimo. Algunos, acostumbrados a que lo que en el tiempo se mantiene en realidad se convierte, han ido superponiendo estructuras, estatus, regímenes y especificidades con el objetivo de adornar de "capacidad de decisión" y de "respeto a la singularidad" lo que en esencia siempre ha sido poder disfrazar mejor la condición colonial y lo que de ella se deriva.
Si a Cataluña se le discute que no puede hacer una declaración unilateral de independencia por ilegal, ¿por qué sí va a ser legal una declaración unilateral de dependencia? Los catalanes al menos en su día sí tuvieron la oportunidad de votar en referéndum su "autonomía" pero, ¿en qué momento de la historia de Canarias se ha sometido a la consideración de su pueblo su status de dependencia? Es que acaso ahora, cuando no más de 7 políticos en comisión deciden cual debe ser el "nuevo" (¿?) estatus de autonomía para Canarias y tampoco se lo somete a referéndum, ¿no se está ante otra declaración unilateral más de dependencia?
Canarias fue conquistada y colonizada por las armas y sus habitantes no pudieron elegir otro status que el impuesto. A lo largo de los siglos se establecieron marcos políticos y fiscales sin consultar a los canarios como ahora, luego, siempre hemos asistido a "declaraciones unilaterales de dependencia" del Estado español y sus aliados en lo que, flagrantemente, se convertían en actos que intentan legalizar desde la normativa española lo que desde la internacional siempre han sido actos ilegítimos.
La obsesión española siempre ha estado en vestir una y otra vez de democracia y autogobierno lo que siempre ha carecido de refrendo popular y de verdadera capacidad de decisión y gobierno. Lo investido como tal resulta tan insustancial como los tratados de otras épocas basados en derechos papales o poner la bandera en la Luna, puro y simple papel mojado para consumo de quien entierra una pica sobre tierra a la espera de que sólo eso concilie lo que de todas es inmoral.
El estatuto recién aprobado en las Cortes españoles es una declaración unilateral más de dependencia donde España decide y Canarias es sometida, miren por dónde lo miren, la vistan como la vistan, la llamen como la llamen, lo firme quien lo firme. Y lo es porque hoy como ayer, al pueblo canario no lo dejan ni pronunciarse, como diría Jerónimo Saavedra, por temor a perder....como en Cataluña. Y es que en Canarias es seguro que aún los niveles de independentismo no son altos, pero es que los de dependentismo podrían quedar muy al descubierto y eso, para quien quiere esconderse en autonomismos bananeros, no es nada atractivo porque así quedaría retratado como resignados "dependentistas".
Los firmantes de cualquier Estatuto quieren aparecer como representantes de una supuesta autonomía que no es tal en lo sustancial. Es deber de todos l@s independentistas llamarlos por su nombre para frenar que actúen con esa impunidad y para ello es fundamental generalizar la denominación de "dependentistas", partidarios de la dependencia, partidarios de declarar unilateralmente que no les dejan aspirar a nada que no sea seguir dependiendo de España. Y eso, eso, los retrata como incapaces.