“Un complejo de inferioridad de Dolores Corujo”, y otras perlas de Elena Solís (I)
Recientemente, hemos escuchado y leído a la ya exconsejera de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote, Elena Solís, que “lo que hay realmente es un complejo de inferioridad de la presidenta que no es capaz de estar ahí por sí misma, y ante cualquier persona que le haga la mínima sombra se pone muy nerviosa”.
Si estas palabras las hubiera proferido quien suscribe, habría sido fulminantemente acusado de misógino, machista y macarra por el presto gabinete de prensa de la presidenta. Pero ha sido una mujer bien formada, autónoma y nada sospechosa de machismo quien lo ha hecho. Nada menos que una exconsejera de Dolores Corujo, la “prestigiosa jurista y activista medioambiental, Elena Solís”, tal y como fue grandilocuentemente presentada por el PSOE y PODEMOS, cuando formaron gobierno y la nombraron con el único objetivo, a la postre demostrado, de utilizar su nombre y su prestigio en favor de su permanente campaña de sostenibilidad y falsa defensa del territorio, para defender solo sus sillones desde un gobierno en minoría apuntalado por un tránsfuga de CC-PNC.
Pero estas no son las únicas verdades que Elena Solís ha revelado del gobierno del que formó parte, y aunque en honor a la verdad tampoco ha dicho nada que en el Cabildo no sepa todo el mundo, no es menos cierto que nadie desde dentro lo había verbalizado de manera tan clara.
Corujo calculó muy bien lo de ordenar a PODEMOS que fuera en agosto cuando le pidiera su cese porque hay menos atención mediática, por eso aquí les dejo el primer capítulo de algunas de las perlas que nos ha dejado la exconsejera sobre “las cloacas” de este gobierno, término tan del gusto de la progresía política opositora hoy instalada en el gobierno.
Elena Solís sobre las razones de su cese y quién maneja realmente el Cabildo
La ya ex consejera afirma que “ha habido continuas presiones de la presidenta del Cabildo de Lanzarote, María Dolores Corujo, y del jefe de gabinete, Carlos Espino, para que PODEMOS se deshiciera de ella”, en contra de lo manifestado por Corujo, que se ha mostrado públicamente ajena por completo a esa decisión.
- “Esto ha sido precipitado por Loly Corujo y Carlos Espino, que han estado continuamente intentando mi cese”.
- “Carlos Espino, que es quien corta el bacalao”. “Espino entraba en su despacho y daba órdenes a trabajadores del área”. “No hay duda de ello. Es el jefe en el Cabildo”.
- “Una facción de PODEMOS ha sucumbido a las presiones de Loly Corujo y Carlos Espino que, por supuesto, es quien maneja el Cabildo”.
- “Es muy difícil enfrentarse a Carlos Espino. Es un zorro viejo y es muy difícil”.
- “Yo no iba a consentir que un señor como Carlos Espino entrara a mi despacho, entrara en mi departamento y estuviera allí como Pedro por su casa mandando a los funcionarios”.
Corujo, que parece sentirse con patente de corso para ello, trató públicamente a Solís de machista por revelar cuán marioneta es de Espino y quién dirige la institución –como sabe todo el personal de la corporación–, pero no dudó en un pleno en espetar a mi secretaría general y número uno del partido, Migdalia Machín, que en Coalición Canaria “quien manda no es ella, sino los machos alfa”, en un alarde de su habitual hipocresía capaz de despreciar a los hombres de CC y a sus mujeres al alimón.
- “Nunca he tenido la oportunidad de hablar con Loli Corujo y siempre ha utilizado otras vías de comunicarse conmigo”.
- “El lunes a la una de la tarde Myriam Barros y Jorge Peña me pidieron una reunión en la que se me dijo que Dolores Corujo había dado un ultimátum a los consejeros de que o me cesaba PODEMOS, o me cesaba ella”.
- “Myriam Barros, ya la noche anterior a mi cese, había escrito a la presidenta presentándole mi dimisión, que por supuesto, fue diseñada por el aparato del PSOE”.
Estas son solo algunas de las perlas que Elena Solís ha destapado acerca de las verdaderas razones de su cese y quién es la mano que realmente mece la cuna de Dolores Corujo. Esa que tanto dolor y humillación causa y a la que tan oscuros intereses la mueven.
Hay quien cree que a la presidenta le ha salido perfecta la jugada por lograr que fuera PODEMOS quien formalmente pidiera el cese de Solís. Yo discrepo, si pocos la creen y la gente sabe que miente descaradamente, la mentira nunca será una jugada perfecta, presidenta.