La farsa de la RIC y la construcción de viviendas.
Cuando uno cree que ya lo ha visto todo en el disparate político, llega el llamado “Pacto de Estado” entre CC, PP y PSOE para modificar el REF y permitir que la RIC financie la construcción de- viviendas. Más madera para la hoguera Canaria.
Nos lo venden como una solución mágica a la emergencia habitacional, pero en realidad no es más que- una operación de maquillaje político al servicio del sector inmobiliario y de la construcción.
Es la defensa de lo mismo de siempre, potenciar el clientelismo político empresarial al servicio de la usurpación del bienestar de Canarias.
Más que un pacto de Estado, parece un pacto de demolición para terminar de enterrar las esperanzas de los canarios de acceder a una vivienda digna.
*Viviendas libres para extranjeros: el negocio de siempre.*
Según el acuerdo, los fondos de la RIC podrán destinarse no solo a viviendas protegidas, que apenas le generan beneficios considerables de retorno a las empresas, sino que se abre la puerta a la construcción viviendas de venta libres,- el verdadero negocio - esas que acaban siendo compradas en masa por extranjeros y especuladores de fondos de inversión locales o extranjeros.
En un archipiélago donde dos de cada tres viviendas nuevas terminan en manos extranjeras, abrir la RIC a este propósito es como echar gasolina al fuego.
Los políticos parecen más preocupados por engordar las cuentas de las promotoras e inmobiliarias que por garantizar un techo asequible para los canarios.
Y, claro, como estamos atados de pies y manos por las normas de la Unión Europea y del Estado Español , ni se nos pasa por la cabeza reservar estas viviendas para la población local.
*¿Que la población canaria necesita una vivienda?*
Oiga, que compitan con fondos de inversión y turistas adinerados o se marchen fuera a buscar mejor suerte.
Total, el mercado “siempre se regula solo”, ¿verdad?
La Superpoblación es la bomba en Canarias que nadie quiere desactivar pero terminará por explotar en la cara a los gobernantes mediocres que tenemos, al ritmo de crecimiento que llevamos.
Canarias soporta una de las densidades de población más altas de Europa, con recursos naturales y servicios públicos al borde del colapso. Y la brillante solución de nuestros autoproclamados líderes político empresariales., es fomentar la construcción sin freno para alimentar un modelo especulativo y extractivo, como siempre.
Porque, claro, lo que necesitan unas islas con limitaciones de suelo y agua es más cemento, más asfalto y más población flotante.
¿Han oído hablar nuestros políticos de la regulación de la Residencia?
Pues es una necesidad urgente que debería estar blindada incluso en la Constitución, como mínimo.
No se puede gestionar la prosperidad de un Archipiélago con las mismas reglas pensadas para El territorio continental del Estado Español o la Unión Europea porque somos diferentes y únicos.
Es hora de reconocer que Canarias necesita otras reglas de juego para proteger a su población y garantizar una gestión diferenciada de mayor libertad económica, de impulso al emprendimiento, de abrirse al mundo con otra visión de oportunidades.
Pero eso requiere valentía y visión de futuro, dos cualidades que brillan por su ausencia en quienes gobiernan.
*¿RIC para viviendas? No, gracias*
La Reserva para Inversiones en Canarias (RIC) nació, supuestamente, para fortalecer las empresas canarias, poder diversificar la economía y reducir la dependencia del turismo.
Esa milonga nos contaron.
Pero en lugar de usarla para impulsar sectores estratégicos necesarios y vitales que aporten a la economía mayor valor añadido y riqueza, se decide desviarla al sector inmobiliario de compra venta , que ya factura 550 millones de euros al año.
Es decir, tomamos un instrumento diseñado para fortalecer la economía y lo convertimos en otro engranaje de la máquina especulativo. Necesitamos libertad económica, no un corsé que nos limite día sí, día también.
¿Y cuál es el resultado?
Más viviendas que no serán para los canarios, más presión sobre los recursos naturales, y un mercado inmobiliario cada vez más inaccesible para la población local.
Y mientras tanto, el acceso a la vivienda social sigue siendo una quimera para miles de familias que apenas pueden llegar a fin de mes.
Claro, es obvio que necesitamos otras reglas de juego o terminamos cavando nuestra tumba social. Canarias no puede gestionarse con visiones de territorio continental. No lo somos.
Estamos ubicados geográficamente donde estamos y somos lo que somos, un Archipiélago con gran potencial pero secuestrado e impedido su progreso.
Este pacto para modificar la RIC no hace más que cavar nuestra tumba como sociedad, fomentando un modelo de poder político económico insostenible que ignora los límites del territorio Archipelágico.
Es hora de reclamar un régimen jurídico específico que permita limitar la venta de viviendas a no residentes, restringir la entrada de capital especulativo y regular el crecimiento poblacional. Hay países que ya lo hacen y aunque no los hubiere, es lo que nuestro Archipiélago necesita.
¿Por qué Canarias, con su delicado equilibrio territorial, no puede seguir su ejemplo?
Además, como mínimo necesitamos blindar nuestras singularidades en la Constitución. Una regulación de la residencia, vinculada a criterios de carga poblacional, derecho a la calidad de vida, a oportniddaddes de progreso, a la disponibilidad de recursos limitados junto a infraestructuras insuficientes para poder dar cobertura a la sobrepoblación , no es solo deseable, es imprescindible.
Sin estas medidas, Canarias seguirá siendo un paraíso... pero solo para los especuladores y turistas de paso.
*¿Política para quién?*
El pacto entre los grandes partidos no es más que un favor a las grandes empresas, disfrazado de política social.
Los canarios no necesitamos más cemento ni más promesas vacías; necesitamos viviendas asequibles, una economía diversificada y un modelo de gestión que respete los límites del territorio.
Si el Estado español no quiere que los canarios vivan con dignidad, con un hogar, empleo y salario digno; si no está dispuesto a darnos las herramientas jurídicas para poder protegernos como sociedad con derechos en nuestro país canario, que nos lo haga saber.
No podemos seguir perdiendo un tiempo tan preciado en manos de quienes solo buscan su interés y no les interesa nuestro bienestar y secuestran el presente y futuro del Archipiélago.
Si el Estado Español prefiere que un ciudadano de la UE tenga casa en Canarias antes que la población isleña, que tenga la valentía de decirlo en voz alta y mirándonos a los ojos.
Si prefiere que un italiano, un francés o un alemán ocupen trabajos en Canarias mientras los nuestros se ven forzados a emigrar, que lo diga también.
Al menos sabremos la verdad de nuestra situación real y dejaremos de caer en la trampa de promesas vacías.
A estas alturas, lo mínimo que se espera es que alguien tenga la decencia de hablar claro.