García Navarro, ¿acreedor o causante?
Continúan las buenas noticias deportivas en la UD LAS PALMAS, pero no terminan por desaparecer, todo lo contrario, la terrible pesadilla en que lleva inmersa la entidad de Pío XII en los últimos ocho años, la triste, famosa, pero salvadora Ley Concursal en la que se vio salvajemente sometida el gigante amarillo.
Ocho largos años en los cuales la UD LAS PALMAS ha ido salvando y sorteando “obstáculos” en pos de mantener a este señero club “vivo”, con una historia salpicada de malos momentos deportivos, pero engrandecida enormemente con campañas extraordinarias aderezadas con un elenco de ilustres jugadores y entrenadores que han hecho posible el tener su merecido “hueco” entre los clubes más reconocidos de este país llamado España.
Otra cosa muy distinta es la variopinta fauna de directivos mandamases o depredadores que han asolado la casa amarilla, élite que con su “buen hacer”, en algunos casos para ellos, metieron de lleno al club de Pío XII con una deuda superior a los 70.000.000 de euros que no había Dios que pudiera coger por ningún lado.
Fue aquel el momento en el cual las “ratas” empezaron a correr de un lado para otro, la entidad empezaba a desmoronarse, y mas de trecientas personas y entidades acreedoras hacían “fila” para cobrar lo que les pertenecía.
Pionera, pero salvadora, la Ley Concursal encabezada por el juez Cobo Plana mantuvo erguida la “cabeza” de la UD LAS PALMAS evitando su total asfixia y posterior “enterramiento”. A partir de ahí se fueron escribiendo páginas positivas que fueron resucitando al “cadáver” amarillo llegándose a ver con algo de nitidez la luz al final de este penoso túnel. Partícipe de ello y elemento fundamental el actual presidente Miguel Ángel Ramírez que al menos ha sabido reconducir con cierto aplomo la situación económica.
Claro, pero como todo en el monte no es orégano, siempre hay algún “hierbajo”, sigue furulando por ahí la alargada sombra del ex-presi de la UD que reclama para sí una deuda de unos 4.000.000 de euros. El tira-afloja de Ramírez-Navarro con la UD LAS PALMAS de por medio, se ha alargado, quizás, demasiado en el tiempo. El primero diciendo que el pago de esta cantidad podría liquidar a la entidad; el segundo alardeando que por 4 milloncitos de nada, el club amarillo iba a correr peligro alguno de disolución.
Lo cierto es que Manuel García Navarro tiene un crédito reconocido en el convenio de acreedores; pero es ahí donde choca con el presidente de la UD , ya que éste considera que el señor navarro no tiene legitimidad moral para reclamar ese dinero dado que el antiguo presidente entregó el club con una deuda bestial de más de setenta millones.
Añade además Ramírez, para restregarle bien el hocico a su antecesor, que en su momento la administración concursal no pudo comprobar la veracidad de ese crédito porque la UD LAS PALMAS era el señor García Navarro, era él el presidente.
Acreedor o causante, en los dos términos coloca al señor Navarro el actual presidente de la entidad de Pío XII; por su parte el reclamante también dispara con “dardos envenenados” a la actual gestión deportiva del dueño de la seguridad de la UD LAS PALMAS.
Pero el TÚ MÁS que se dicen el uno al otro y el otro al uno son los “cariños” que se lanzan mutuamente, pero lo único cierto es que entre tanto terregerío la casa continúa sin terminarse de “barrer”.