Todo en marcha para la XLII Edición de la Ruta BENTEJUÍ
Ya se ha abierto el plazo para que se inscriban todos los que quieran participar en la XLII Edición de la Ruta "Bentejuí", un recorrido de unos 30 kilómetros (a cubrir en 2 días) por entre tramos de montaña ocasionalmente fuertes y vertiginosas ascensiones. Una marcha que trata de recordar el trayecto que recorrieron los últimos Alzados Canarii, guiados por el legendario guayre Bentejuí, antes y después de la sangrienta batalla de Ajódar.
Solidaridad Canaria, informa que en los salones de la Cooperativa El Pilar, en el Barrio de la Feria, sobre la Iglesia del Hermano Pedro y el supermercado Spar, estará abierta hasta el día 25, en horas de 18 a 21, la exposición ‘Cuatro décadas en Ruta’, en la que se dará información e inscribirá para la XLII edición de la Ruta de Bentejuí, que tendrá lugar los próximos días 27 y 28.
El lunes 22, desde las 18 horas se pasarán imágenes en DVD de las Rutas celebradas, y a las 20 tendremos un coloquio sobre ‘La Ruta, su pasado, presente y futuro’.
Esta actividad de montaña que combina lo cultural con lo lúdico- deportivo, se inició a finales de la década de los sesenta y ha aportado ininterrumpidamente durante 41 años las vivencias de unos parajes que alejados de carreteras y urbanizaciones, nos acercan a la naturaleza en que se desarrollaron unos acontecimientos históricos de suma importancia para el Archipiélago Canario y su futuro, filtrados y trastocados por el colonialismo y la incultura impuesta.
La trayectoria es de unos 30 kilómetros, a patear en dos días. Es una ruta de montaña con tramos fuertes por su ascensión o de algo de vértigo en unos pocos pasos. Nos allega a lugares históricos de vivencia y lucha, donde la arqueología guarda secretos y la orografía nos pone ante la imaginativa visión de qué y cómo pudo haber pasado tanto acontecimiento que nos va llegando muy lentamente, afectado de una desidia acomplejada, síndrome inoculado durante siglos en claro deseo de doblegar, de dominar para explotar.
- Bentejuí y la batalla de Ajódar
Tras cuatro largos años y medio de lucha, los invasores castellanos se habían adueñado de los principales núcleos de población de la Gran Canaria, comenzando a su vez a construir los suyos. Al mismo tiempo que los isleños habían perdido a sus principales líderes: Adargoma, herido y llevado a España; Doramas asesinado a traición; Thenesor Semidán se pasó al bando de los castellanos, tras ser capturado; lo mismo que el valiente Maninidra...
Sólo un valiente Guayre, el joven e irreductible Bentejuí, reunió a centenares de canarios (mayormente mujeres, ancianos y niños) y se refugió en las todavía inexpugnables montañas... Pero el Jefe de los invasores, Pedro de Vera, no podía permitirse más demoras en su intento de apoderarse de la isla, y decidió jugárselo todo a una carta.
En enero de 1483, el ejército castellano llegó hasta las cercanías del Roque Bentayga, donde Bentejuí se hallaba atrincherado junto a Guanariragua (el fiero Faycán de Telde), y la "princesa" Arminda, la legítima heredera de la isla tras el "descabezamiento" de los dos guanartematos. Y en el primer intento por acercarse al "fuerte" isleño, perecieron aplastados 8 guerreros castellanos por los enormes bloques lanzados por los Alzados isleños desde la escarpada pendiente.
Tras una evacuación nocturna, los "últimos canarios" se desplazaron a través de cerros cortados por profundos barrancos y vertiginosos desfiladeros, hasta llegar a un promontorio de basalto, por un lado batido por el mar, y por el otro cubierto por una red inextricable de dislocados montes y espesos pinares de difícil ataque y fácil defensa. El lugar que pasó a la Historia como "fuerte de Ajódar".
En otro artículo relataremos los pormenores de la sangrienta batalla. Sólo resaltaremos que las columnas castellanas al mando del Capitán Míchel de Mújica, compuestas mayormente por vizcaínos y burgaleses, atacaron por una especie de sendero abierto por el mar; mientras que un grupo de canarios "mercenarios" mandados por el traidor Fernando Guanarteme lo hicieron por un inabordable camino tierra adentro. Fue un desastre: los Alzados de Bentejuí esperaron a que los atacantes estuvieran a mitad de la subida, para después lanzarles peñascos, dardos, troncos y grandes piedras...
"Corrieron arroyos de sangre", rezan las Crónicas de la Conquista. Y era cierto: unos 300 invasores, entre ellos el bilbaino Michel de Mújica, murieron despedazados o despeñados... Sus esqueletos fueron descubiertos en 1913 en Gáldar.
La resistencia se prolongó por espacio aún de varios meses, y la Ruta Bentejuí culminó en Ansite y Fataga.