"MENCEY DE ABONA, UN DUELO SIN RESOLVER"
‘Mencey de Abona’ simboliza la cicatriz del Sáhara Occidental en un duelo sin resolver que continúa abierto desde hace 40 años.
‘Mencey de Abona’ fue uno de los barcos pesqueros ametrallados por el Frente Polisario frente a las costas del Sáhara.
El caso del ‘Mencey de Abona’ es, a efectos prácticos, el de decenas de barcos que sufrieron las consecuencias directas de la guerra entre Marruecos y el Frente Polisario por la independencia del Sáhara Occidental, una de las provincias que abandonó España a su suerte en 1975 durante el fallecimiento de Franco.
El 10 de noviembre de 1980, el ‘Mencey de Abona’ desapareció a escasas millas de las costas del Sáhara. De los 12 pescadores jamás se supo nada. Sólo fue hallado un cadáver, el de Domingo Quintana, de 36 años, atado de pies y manos al mástil del barco con signos evidentes de tortura.
El pequeño pesquero canario Mencey de Abona desapareció en aguas del Sahara. A pesar del intenso rastreo de tres patrulleras de la Armada española en los meses de diciembre de 1980 y enero de 1981, no se pudo localizar el menor objeto que pudiera pertenecer al banco artesanal canario.
En los medios portuarios canarios cobro consistencia la hipótesis de que el pesquero canario Mencey de Abona, del que no se tuvo noticias, podría haber sido atacado y hundido en aguas del Sahara, en una ación muy parecida a la ocurrida, al pesquero Cruz del Mar y el holandés Zuiderster 8.
Es imposible saber lo que ocurrió. Quizá fueron atacados o tuvieron alguna avería y se acercaron a la orilla. Me consta que el patrón del Mencey conocía perfectamente la zona».
Sólo se encontraron dos cadáveres. Uno se logró identificar, pero el segundo fue imposible, debido a su estado de descomposición, en extrañas circunstancias. A pesar de todo, los familiares de los pescadores desaparecidos, que vivieron sometidos a una angustia permanente, los familiares siempre tuvieron la esperanza de que algún día volviera. El Mencey de Abona salió del puerto de Las Palmas el día 28 de octubre de 1980, con destino al banco sahariano, para realizar una marea. Así se denomina el período en que faenan -de unos veinte días-. El pequeño artesanal fue visto por última vez el día 10 de noviembre, frente a las costas del Sahara: al parecer, un buque de la Armada española lo encontró faenando en aguas prohibidas y le advirtió que tenía que salir inmediatamente del lugar. Desde este día se perdió todo contacto con el Mencey de Abon.
Posteriormente, el 16 de noviembre, fue encontrado flotando en aguas del Sahara el cadáver del tripulante Domingo Quintana, localizado por el pesquero español Sabemar, a unas dieciséis millas de la costa Güera, atado de pies y manos y con síntomas en el cuello de haber sido ahorcado.
A pesar de que en aquel momento la familia de este tripulante, de 35 años, se resistió a creer que fuera su cadáver, el juez de la Comandancia Militar de Marina confirmó que era Domingo Quintana por el exhaustivo examen de sus huellas dactilares. Además, se comprobó que las cuerdas que tenía atadas a los pies y manos pertenecían al Mencey de Abona.
Un nuevo cadáver
Algo más de un mes después del hallazgo del cuerpo de Domingo Quintana, concretamente el 26 de diciembre, un barco coreano extrajo del agua en las redes de pesca el cadáver de un hombre, de una estatura aproximada a los 1,75 metros, también atado de pies y manos. Inmediatamente después de ser encontrado el cadáver, el capitán del pesquero coreano dio parte a las autoridades de Marina de Marruecos, quienes, ante el avanzado estado de descomposición, recomendaron que fuese arrojado nuevamente al mar, envuelto en un toldo y con lastre.Al preguntar a las autoridades marroquíes si este cadáver podía tener relación con la desaparición del pesquero, afirmaron que desconocían por completo el caso del Mencey de Abona y que «ninguna autoridad española ha comunicado oficialmente a Marruecos este hecho».
José Coello, padre de dos tripulantes que iban en el Mencey, los hermanos Manuel y José Carlos, de veinticinco y veintiocho años, afirma que «el barco se encontraba faenando en noviembre del año pasado entre cabo Barbas y Villalobos, junto a otros pesqueros; desapareció de la noche a la mañana sin dejar rastro.
Se dice que uno de los ataques más sangrientos se produjo el 28 de noviembre de 1978, dos años antes de la desaparición del Mencey de Abona, pero realmente el ataque más importante y perjudicial es el que sufrió el "MENCEY DE ABONA" dónde desaparecieron hace 40 años 12 personas.