Las visitas de Avendaño Porrúa y Elola Olaso
Un sábado 2 de marzo de 1965, llegó a la isla el Gobernador Civil dela Provincia, Antonio Avendaño Porrúa. Y la primera medida que tomó fue recibir en el despacho de la Delegación del Gobierno, a los cuatro miembros de la Comisión. En la reunión estuvieron presentes, el Delegado del Gobierno, el Alcalde de Arrecife, el Presidente del Cabildo Insular y el Delegado de la Organización Juvenil.
En su exposición, Montero le explicó a la alta autoridad gubernativa, que en Lanzarote había: 5 clubes de fútbol regional, 3 juveniles y 7 infantiles; se desarrollaba un torneo de baloncesto con participación de 12 equipos; se celebraban encuentros de lucha canaria... "Todo ello sin cancha o centro de juego, para desgracia de más de 500 jóvenes".
Prosiguió Aureliano haciendo una "comparación con la Península... ¿Por qué en Lanzarote no existe polideportivo? ¿Por qué los clubes lanzaroteños son huérfanos del Gobierno Central? Y es que al acudir a las instituciones locales, todo son negativas".
La respuesta de Avendaño Porrúa a las peticiones de los 4 valientes, fue que "por encima de todo, se hará el Polideportivo". Más aún, en entrevista realizada por Guillermo Topham para "Antena",el Gobernador Civil señaló claramente que "ha de ser Arrecife, la primera ciudad de la provincia de Las Palmas que cuente con unas instalaciones de este tipo. Le repito que en su consecución pondré toda mi mejor voluntad y empeño".
Sin embargo, algunas autoridades de la época, molestas por la iniciativa de Montero y sus tres compañeros, comenzaron a "conspirar" para evitar que el proyecto tomara forma. Es más, corrió el rumor de que las palabras de aliento de Avendaño Porrúa a los cuatro miembros de la Comisión pro Complejo Deportivo, formaba parte de la habitual política de "tener contentos a los ciudadanos con promesas".
- Visita ministerial
Nada más lejos de la realidad. En septiembre del mismo año llegó a Lanzarote el Delegado Nacional (especie de ministro) de Educación Física y Deportes, José Antonio Elola Olaso. Y en las escasas 5 horas que estuvo en la isla, visitó los distintos centros sociales, requirió información sobre las actividades deportivas que se hacían en los mismos, y... ¡recibió a los cuatro quijotes!
Aureliano Montero, como Delegado Insular de Educación y Descanso, hizo entrega a la Alta Autoridad de un escrito-memoria, en el que se hacía hincapié sobre "la urgente necesidad que tiene Lanzarote de contar con un Complejo Deportivo, amén de canchas de juego en el interior de la isla". El propio Montero expresó su temor al "tramiteo burocrático que llevaría a prolongar el papeleo, acaso de años". Pero Elola Olaso contestó que tal temor era infundado, pues la Delegación Nacional acortaría en todo lo posible muchos trámites, teniendo siempre en cuenta que "Lanzarote es una isla huérfana en cuanto a canchas de deporte". Y era urgente, por lo tanto, que ello quedara solucionado en espacio de pocos meses.
Exactamente 5 días más tarde, el Delegado del Gobierno y el Presidente del Cabildo Insular, recibieron respectivamente un escrito de la Delegación Nacional de Deportes y Educación Física, en la que se informaba que había sido aprobado con carácter urgente ¡un presupuesto de 3.500.000 pesetas, a fondo perdido!, con destino a la obra del Complejo Deportivo. Dicho presupuesto entraba en el ejercicio económico de 1966, pero para aligerar la iniciativa de las obras y "que dieran comienzo lo antes posible", se hizo una transferencia como anticipo por importe de 500.000 pesetas.
Pero el calvario de los 4 valientes defensores del polideportivo, no había acabado, sino que empeoró. Las autoridades insulares,envidiosas del logro obtenido, empezaron a poner trabas a la construcción del complejo, pese a tener más de la mitad del dinero presupuestado en su poder. Incluso comenzó una especie de "represión" hacia alguno delos promotores de la idea.
Entró el año 1966, y estas extrañas circunstancias provocaron el malestar y la impaciencia de los aficionados deportivos. Y es que los clubes de baloncesto quedaron relegados durante más de un año a la inactividad. Y los clubes de fútbol buscaban en las afueras de la ciudad, un lugar donde poder jugar su Liguilla Insular. Todo el deporte permaneció "castigado", a la espera de la decisión del Cabildo.
- Los años perdidos
El 26 de marzo, en medio de la desesperación, Aureliano Montero envió una carta al Secretario Provincial de la Obra Sindical de Educación y Descanso, Ramón Mariño Mirazo. En la misma explicaba que "hace un año que Avendaño Porrúa subvencionó con 150.000 pesetas para creación de una cancha de juego. Pero nada se ha hecho todavía. Hace cosa de meses que Elola Olaso, a quien he escrito repetidas veces,subvencionó con más de 3.500.000 pesetas para las obras del Complejo Deportivo de Arrecife. Pero nada se hace. Todo en regla. Terreno. Planos. Dinero. Pero nada se hace...Es una vergüenza lo que está sucediendo. Yo no puedo contenerme. Repito que es doloroso y triste, que el Estado se preocupa por nuestras cosas que luego obstruyen mentalidades estrechas, simplistas y figurones. Son los enemigos de todo progreso, los que cierran puertas a la juventud, los que hácense sordos, los que no saben del amor a la patria chica...".
Así pasaba el año 1966, "otro año perdido", en el que algunos comentarios apuntaban a que la tardanza en iniciarse las obras (pese a tener el dinero), era debida a que el Cabildo todavía aspiraba a hacer las cocheras en el solar elegido para construir el Complejo. Pero Montero continuó su lucha, con conferencias, crónicas en los medios que representaba (TVE y Radio Nacional), cartas a Samaranch, etc. Con el inestimable apoyo de su amigo Agustín Acosta, quién también realizó una loable campaña informativa. Otro tanto hay que decir de Guillermo Topham.