ANTONIO ORTEGA SANTANA
Los españoles y particularmente los canarios, estamos de enhorabuena. El próximo viernes, día 13 el Sr. Presidente del Cabildo de G. Canaria, hará entrega de las llaves de la sede de la Fundación Juan Negrín, sita en la C/ Reyes Católicos, 30 de nuestra capital Se hace realidad el acuerdo Plenario de nuestro Cabildo, que, por unanimidad cedió el inmueble, a la Fundación que lleva su nombre, y, que en dicho acto, la misma se hará cargo de la custodia de los documentos del archivo de Juan Negrín, fruto de la tenaz e incansable dedicación por recopilar todo el historial de nuestro ilustre paisano, desperdigado a lo largo y ancho de toda la geografía de nuestro vecino país. Francia, por Carmen Negrín Fetter, nieta de nuestro ilustre ciudadano.
Iba siendo hora que la ciudadanía dispusiese de una información veraz de la vida y obra de D. Juan, que, hasta la fecha, los revisionistas de la historia, habían falseado, anteponiendo su credo e ideología a la veraz, apasionada e interesante vida del que fuera, entre otras grandes cualidades en su doble condición de científico y estadista, ciudadano a figurar en la historia de España, por su ejemplarizante actitud, en las tristes y fatídicas fechas que le tocó vivir, como Presidente dela II República y su exilio. Su influencia cómo fisiólogo de renombre internacional, que desarrollaba nuevos métodos de investigación en laboratorio y de enseñanza en la Universidad de Madrid, compatibilizando la investigación con la política. En 1930 fue diputado socialista en las tres Cortes republicanas, ministro del Tesoro con Largo Caballero durante la rebelión militar y primer ministro de la República de mayo de 1937 hasta el final de la contienda militar, en marzo de 1939. En el forzado exilio siguió siendo reconocido como el último primer ministro legitimo hasta su renuncia formal en la reunión de las Cortes en el exilio, celebrada en México en agosto de 1945.
La plena dedicación de su nieta Carmen, en recopilar todo lo escrito, tanto a nivel científico, como de análisis político, ha hecho posible, conocer mejor la vida y pensamientos de este canario ilustre, y, a disipar la imagen negativa de su paso por la política, que con los años, se ha venido a demostrar que, los artífices del golpe de estado, pusieron en práctica, lo que, años después ejercitara el tristemente célebre Joseph Paul Goebbels, en la II Guerra Mundial, con su teoría que: “ una mentira repetida mil veces, terminará asumida por la mayoría, como una verdad” practica tan de moda en la actualidad, para desgracia de los españoles.
D. Juan no era hombre de discursos. Era un canario afable cortés y profundamente reservado en lo relativo a sus convicciones más íntimas. Quizás, es por ello, que no se haya tenido amplio conocimiento de su persona, hasta que, la creada Fundación y su nieta, se impusiesen el arduo trabajo de rescatar la basta documentación del archivo de D. Juan.
A los hombres y mujeres que forman parte de la Fundación, agradecerles públicamente su dedicación, al servicio de la verdad y a su apreciada nieta su empecinado peregrinar en busca de los papeles del abuelo y ponerlos a disposición de los españoles y de aquellos ciudadanos de éste globalizado mundo, que nos visitan y nos admiran.
También deben sentirse orgullosos los buenos y laboriosos hijos de la ciudad de los faycanes. Nuestro querido Telde, que, aunque viviendo un triste presente Socio-económico, son muchos los que se interesan por la vida de nuestro paisano y sus vivencia infantiles en el casco histórico de San Juan, y sus amigos de infancia y juegos en la Plaza de la Iglesia. De todos es sabido que D. Juan pasaba largas temporadas de su niñez en la casona familiar situada en el inicio de la calle León y Castillo, lugar que recuerda su paso, con una placa.
Igualmente recordar a los desaparecidos compañeros Juan Vega y Leonardo Peñate que, en otra vieja casona del recoleto S. Juan (La Placetilla), que, en 1977 pusieron manos a la obra y en unión de un grupo de intelectuales y trabajadores dieron forma a los Estatutos de la Agrupación Socialista Juan Negrín, denominación aceptada por la mayoría, y, que hoy es la referencia del socialismo teldense, que también hace suya la satisfacción de poder disponer en nuestra capital del preciado tesoro bibliográfico de nuestro ilustre paisano.
Por todo ello, aunque la tristeza me embarga, por el cotidiano devenir de nuestras gentes, la lacerante pobreza en la que se ven inmersas miles de familias; este acto renueva mi esperanza en un futuro mejor, pues como admirador del sabio refranero castellano he escogido dos que pudieran resumir el momento: “Nunca es tarde si la dicha llega” o aquel otro que nos dice “No hay mal que cien años dure, ni cuerpos que lo soporte”