¿Qué hicieron con los muertos? ¿Dónde se encuentran?
GEVIC (GRAN ENCICPLOPEDIA VIRTUAL DE CANARIAS)
Los GUANCHES de todas las islas creían en la existencia de vida espiritual después de la muerte y por eso concedían tanta importancia a la sepultura de las personas fallecidas.
“ …juraban por Magec que es el sol … a el alma tenían por inmortal hija de Magec, que padece afanes, congojas, angustias, sed y hambre, y llévanles de comer a las sepulturas los maridos a las mugeres, y ellas a ellos a los fantasmas llaman Magios o hijos de Magec.” (Marín (17?? (1694))
Existían dos tipos de enterramientos: uno en cuevas, donde generalmente el cuerpo era momificado, y el otro en estructuras tumulares, en Gran Canaria, donde el cuerpo era depositado en cistas, que se corresponde con las necrópolis
Las necrópolis, las “ciudades de los muertos”, han sido un elemento cultural constante en la historia de Gran Canaria desde tiempos pre-coloniales. Posiblemente, la relación con los muertos, de los primitivos canarios, fue distinta a la actualidad. Existieron espacios bien diferenciados, como en La Guancha-El Agujero, en donde las casas de los vivos se entremezclan con las casas de los muertos: los túmulos.
Sin embargo, no parece ser esto siempre así, pues existieron necrópolis (ciudad de muertos) con inmensos espacios dedicados exclusivamente a la muerte, por ejemplo, El Maipéz de Agaete o Arteara, «pero entre los ya desaparecidos cabe destacar la gigantesca necrópolis de La Isleta o el Barranco de Guayadeque, de cuyas cuevas proceden algunos de los ejemplos más destacados de mirlados o cadáveres preservados en fardos funerarios, las mal llamadas “momias” canarias. Toda la isla está salpicada de solapones, cuevas, cistas o pequeñas agrupaciones de túmulos funerarios»(Pablo Guedes González).
La necrópolis de Arteara (no confundir con Artenara), consta de más de 809 enterramientos tumulares, está en la margen derecha del barranco de Fataga, San Bartolomé de Tirajana, con una cronología del s.VIII- IX d.C., según el C-14, revisada desde el 2011 por el Servicio Arqueológico del Cabildo (Pablo Deluca). A pesar de que fue inicialmente datado en el siglo V a. C., (2500 años de uso de este cementerio de los nativos). Fue construido, aprovechando las piedras que recubren la zona del mal país, rodeados en sus inicios por un muro de piedra seca, que hoy todavía se intuye en varios lados de todo el perímetro (Pablo Guedes González).
Los enterramientos, construidos en piedra seca, presentan una cista donde se coloca el cadáver a modo de caja mortuoria de piedra seca y una estructura superpuesta o torreón que la cubre. Dispuestos sin ninguna razón aparente en todo este enclave de mal país, con distintas configuraciones estructurales como por ejemplo: troncocónica, piramidal, circular, rectangular, etc. (Pablo Guedes González).
La necrópolis de Maspalomas, constituida por más de un centenar de sepulturas, fue hallada en 1988 en las obras de ampliación de la Autopista Gran Canaria-1. Los restos fueron trasladados a una nave en Lomo Gordo, donde parece que están depositados. Las investigaciones realizadas en 50 esqueletos permiten concluir que los restos funerarios tienen una antigüedad de unos 800 años y que en el cementerio se respetaba la jerarquía del grupo (Pablo Guedes González).
¿DÓNDE ESTÁN LOS MILES DE MUERTOS DE ANTIGOS CANARIOS?
¿Dónde están? Hay una explicación muy extendida, tanto en Gran Canaria como en Tenerife, que durante siglos, estos restos humanos encontraron un uso especial: abono para los cultivos. Al fin y al cabo, para los conquistadores y colonos llegados desde Europa no dejaban de ser muertos paganos y una fuente rápida, rica y abundante de calcio y nitritos para la agricultura. Quedan, en la toponimia de Gran Canaria, abundantes referencias a estas fuentes de nutrientes agrícolas: Montaña de los Huesos, Las Huesas…Esto, dice en Facebook , Carlos Javier Carreño, se puede confirmar viendo, en sorribas, restos de cerámica, hueso, lapas…
Similar opinión la da el estudioso tinerfeño, Eduardo García (Gaveta de Aguere, etc.), al considerar que durante el siglo XIX la panacea universal de la farmacopea europea era el polvo de momias (cuando recalaba algún buque, no era extraño que el capitán ordenara a sus siervos la búsqueda de alguna momia o xaxo). «Además existía un importante comercio con los cuerpos mirlados de nuestros ancestros e incluso llegaron a usarse como abono para los terrenos. Lamentable pero cierto».
Mientras que Abaceloy Waya Abenao, en Facebook, también, encuentra una explicación peculiar, rechazando que se usaran como abono, sino que, al estar las cuevas de enterramientos en sitios altos, eran buenas para anidar palomas, cuya presencia está todavía en algunas vasijas, por lo que iban a buscar el estiércol de las palomas…
Sea cual fuere la razón, los restos de los antepasados guanches también fueron objeto de ultraje y de aprovechamiento, pero lo que hay que evitar es que lo sea su recuerdo.